Continuamos viendo cómo era la vida en el siglo XIX en el
mundo con datos provistos por van Zanden et al. (2014). Ahora veremos unas
cuantas estadísticas que dan una idea de cómo evolucionó el nivel de vida a escala
mundial y en las dos regiones donde más se desarrolló el capitalismo entre 1820
y 1910.
PBI per cápita
Cualquier investigación sobre bienestar de una época comienza observando el PBI per cápita. Usualmente se toma como un indicador para medir la performance de los países, el cual es motor del bienestar (van Zanden et al., 2014: 58).
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PBI per cápita mundial y promedio regional en dólares de 1990 PPP, 1820-1910. Los ejes no comienzan en cero. |
Partiendo de 1820 hasta 1910, el PBI per cápita mundial aumentó sin parar desde los 605 dólares norteamericanos a PPPs de 1990 hasta los 1399. Por lo que aquí tenemos una primera pista sobre lo que ocurrió con el bienestar planetario durante el siglo XIX. Es evidente que esto indica que tendió a incrementarse. Pero ese dato global incluye regiones con PBI per cápita muy bajos. Las regiones más “capitalistas” como Europa occidental (Gran Bretaña, Países Bajos, Francia, Alemania, Italia, España y Suecia) y el Vástago occidental (Australia, Canadá y Estados Unidos) obtuvieron mejores resultados. Entre 1820 y 1910, Europa occidental pasó de 1226 a 3172 y el Vástago occidental desde 1294 hasta 4915. Todas las regiones del mundo de las que hay datos muestran un claro crecimiento entre 1820 y 1910.
Veamos ahora como se comportó la población mundial. Desde la época de Cristo hasta el siglo XVIII la población mundial crecía poquísimo, apenas un 0,06 % anual. En los siglos XVIII y XIX gracias a la revolución industrial y a la baja de la mortalidad en Europa y el vástago occidental aceleró hasta 0,5 % anual (van Zanden et al., 2014: 41).
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Población total mundial y por región, 1820-1910.
Los ejes no comienzan en cero. |
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Tasa de crecimiento de la población mundial y regional (por década), 1820s-1900s (hay un error en el gráfico: no aparece el 1900s). |
Desde 1820 hasta 1910 la población mundial aumentó década a década sin parar casi un 72 % en total, de 1.091 a 1.873 millones de personas (van Zanden et al., 2014: 42). Ello ya nos da una segunda pista importante de incremento de bienestar y riqueza. El crecimiento poblacional mundial está determinado por las tasas de nacimiento y muerte y, por tanto, en gran parte por cambios en el riesgo individual de tener hijos y de morir (van Zanden et al., 2014: 46). Sin un aumento considerable de riqueza material (que incluye salud y alimentación, entre otros) y sin ciertas expectativas de mejora en el nivel de vida para las siguientes generaciones, es difícil explicar el cambio abrupto, en términos históricos de largo plazo, en la tasa de crecimiento poblacional. Allí donde la comida escasea, las enfermedades diezman a los pobladores y donde se espera que los hijos tengan un futuro igual o peor, la población tiende a disminuir. Ya sea por disminución de natalidad y aumento de mortandad, porque los jóvenes huyen mientras pueden o una combinación de ambas. El aumento poblacional es una señal de aumento de bienestar.
En los últimos 200 años el cambio demográfico se caracterizó por la baja de la tasa de mortalidad seguida por una baja de la de fertilidad (van Zanden et al., 2014).
Tener una educación básica directamente mejora el bienestar de las personas al proveer mayor control de sus vidas. Saber leer, escribir y operaciones matemáticas básicas son cosas elementales para moverse en las acciones y transacciones de la vida diaria comercial o en la economía del hogar (van Zanden et al., 2014: 88). No solo ayuda en actividades laborales sino también para el disfrute del ocio y placer interno personal como poder leer un buen libro, escribir o ir a un museo (van Zanden et al., 2014: 88).
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Población con educación básica mundial y por región, 1870-1910.
Los ejes no comienzan en cero. |
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Años de educación mundial y por región, 1850-1910. |
Tanto la población que recibió al menos
educación básica como el número medio de años de educación aumentaron
constantemente a fines del siglo XIX. El porcentaje de la población por encima
de los 15 años enrolada en educación formal pasó de 23,9 % en 1870 al 35,6 % a
nivel mundial. Mientras los años de educación pasaron de 0,9 años en 1850 a 2
años en 1910 en el planeta. Debe quedar claro que esta es otra variable que
apoya el aumento del bienestar de la población mundial durante el siglo XIX.
Pero, dado que se incluyen zonas históricamente muy pobres, estos números
globales ocultan que ciertas regiones lograron niveles mucho mejores. En 1870 la
población educada con lo básico era el 60 % en Europa occidental con 3,5 años
de educación y 82,3 % en el Vástago Occidental con 5,5 años de educación. Hacia
1910 esos valores crecieron a 82,6 % con 5,5 años de educación en Europa
occidental y a 96,7 % y 7,5 años de educación en el Vástago Occidental. Las
regiones más “capitalistas” fueron, por lejos, las que más y mejor educaron
gente a fines del siglo XIX.
Es claro que la salud es un concepto clave de
bienestar y uno de los más evidentes indicadores de cambio en las condiciones
de vida de la gente. Una buena salud contribuye al bienestar general de los
individuos directa (estar sano es universalmente valorado) e indirectamente (influye
en la calidad y la cantidad de tiempo usado en su empleo, educación, deberes
cívicos y conexiones sociales), por lo que es importante (van Zanden et al.,
2014: 102). Una medida de la salud poblacional es la mortalidad, que tiene en
cuenta aspectos relacionados con la muerte como el tiempo y la causa del
fallecimiento, etc. Y un concepto clave para medir la mortalidad es la expectativa
de vida al nacer.
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Esperanza de vida al nacer mundial y por región, 1820s-1900s.
El eje no comienza en cero. |
A nivel mundial, el promedio de expectativa de
vida al nacer de la década de los 1880s era de 27 años y luego aumentó en la
década de 1900s hasta casi 31 años. Claramente este indicador de bienestar
aumentó considerablemente a nivel global. En la región del Vástago occidental se
pasó de 40,3 años promedio en la década 1880s a 50,8 años en la década de los
1900s. Europa occidental tenía en la década de los 1830s en promedio 33,4 años,
hacia 1880s unos 40,4 años y en 1900s llegó a 46,3 años.
Altura
La altura promedio de un gran número de personas
es otro indicador importante de bienestar. El cuerpo humano tiende a reducir su
crecimiento si el nivel nutricional empeora más allá de cierto mínimo o si
enfermedades reducen sus nutrientes. Con lo que, este indicador, da ulteriores indicios
del estado de salud y bienestar de la gente (van Zanden et al., 2014: 118).
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Altura promedio de la población mundial y por región, 1820s-1900s.
El eje no comienza en cero. |
En el mundo el promedio de la década de los
1820s era de 163,4 centímetros, pero hacia 1900s se incrementó a 165,2
centímetros. Lo cual, nuevamente, es un claro indicio de mejora de nivel de
vida global. En Europa occidental se pasó de 165,6 a 168 centímetros promedio
de esas décadas. Sin embargo, en el Vástago occidental cayó de 172,1 en 1820s
hasta 170,1 centímetros en los 1900s.
¿Como puede ser que con un crecimiento económico fenomenal y muchos indicadores de aumento de bienestar como el que tuvieron los norteamericanos a lo largo del siglo XIX la altura media tendió a caer? En Estados Unidos esta paradoja se llama “Antebellum Puzzle”. La respuesta no se conoce con seguridad. Una explicación es que la ola inmigratoria, el crecimiento económico rápido, la urbanización, la mejora del transporte, etc. contribuyeron a esparcir ciertas enfermedades localizadas a lo largo del país y ello pudo haber afectado el promedio de altura. A medida que la economía crece, aumenta la necesidad de transporte y al producirse más de él y reducirse costos, transportarse se abarató. El mayor y más barato transporte se sumó a la inmigración europea (trayendo sus diferentes enfermedades) aumentando la densidad poblacional y la capacidad de esparcimiento de virus y bacterias. Otra explicación puede ser un cambio de dieta.
Seguridad personal
Es más que evidente que el bienestar de la
gente es mayor si no son victimas de un crimen y si no temen serlo,
especialmente de un crimen serio como el homicidio. Además la persona no tiene
que ser la victima directa para que afecte su bienestar, un crimen sobre un ser
cercano también lo influye mucho (van Zanden et al., 2014: 140).
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Tasa de homicidio por región, 1820s-1900s |
Sobre las tasa de homicidios previa a 1900 solo disponemos
de datos para Europa occidental. Aun así puede observarse que los países “capitalistas”
vieron una casi constante caída en la tasa de homicidios desde la década de
1820s hasta los 1900s. Lo cual, nuevamente, da una notable pista de aumento de
bienestar de la gente en el “mundo capitalista salvaje” del siglo XIX.
Por último, observen que este periodo no
estuvo exento de defectos. Nadie jamás ha afirmado que esta etapa fue perfecta
o que todo estuvo bien y anduvo sobre ruedas, pues es claro que no fue así.
Pero incluso teniendo en cuenta todo lo malo,
el siglo XIX ha sido el periodo más próspero de la historia de la raza humana hasta ese momento y el antecedente necesario de nuestra actual civilización y
todos sus logros. La gran mayoría de los 7 mil millones de personas del actual
mundo le deben el poder existir al trabajo duro, ahorro, acumulación de capital
y sacrificio de la gente del siglo XIX.
van Zanden, J.L., et al. (eds.) (2014), How Was Life?: Global
Well-being since 1820, OECD Publishing.