lunes, 27 de junio de 2016

Scott Sumner is wrong on Austrians and interest rate


Acording to the Market Monetarist Scott Sumner
Instead, the view that Bullard attributes to monetarists is actually the Keynesian/Austrian view. It’s Keynesians and Austrians who reason from a price change. They are the ones who insist that low interest rates are expansionary... That is, they assume that low rates are tight money, whereas Keynesians and Austrians tend to assume it’s easy money. It’s neither.
However, it is not true at all that Austrians base their judgement only on the (nominal) rate of interest in order to judge monetary policy.

Ludwig von Mises, certainly an Austrian, explicitly states in 1949 (49 years before Friedman) that you must not see only the rate nominal (arithmetical) of interest in order to acknowledge whether or not there is credit expansion:
It is the continuous increase in the supply of the fiduciary media that produces, feeds, and accelerates the boom. The state of the gross market rates of interest is only an outgrowth of this increase. If one wants to know whether or not there is credit expansion, one must look at the state of the supply of fiduciary media, not at the arithmetical state of interest rates.
And also Mises in 1955:
The interest rate may go up and up in a boom and yet it may still remain below the rate it should have attained under these conditions. A higher money rate of interest doesn't mean that the real, the pure or originary, rate of interest is higher. Nor does it mean that the policy of easy money has been abandoned.
Murray Rothbard, another hardcore Austrian, in 1962 was also very aware that a rising nominal interest is not at all a sign of credit restriction:
Similarly, credit expansion does not necessarily lower the interest rate below the rate previously recorded; it lowers the rate below what it would have been in the free market and thus creates distortion and malinvestment. Recorded interest rates in the boom will generally rise, in fact, because of the purchasing-power component in the market interest rate.
And in 1963 he states that it is possible that banks can lower interest rate and not to expand credit:
Mises points out (Human Action, p. 789n.) that if the banks simply lowered the interest charges on their loans without expanding their credit, they would be granting gifts to debtors, and would not be generating a business cycle.
Finally, Joseph Salerno, the greatest Austrian monetary theorist alive, in 2013 makes perfectly clear how keynesians fall in that error:
Unfortunately, both Keynesian and central bank orthodoxies of the 1960s focused on the nominal interest rate as an important indicator of the degree of ease or restraint of monetary policy, making no allowance for the effect of inflationary expectations on the nominal interest rate. Consequently, neither the new economists nor the monetary authorities believed that monetary policy was “unduly” expansionary because short-term nominal interest rates rose from 1961 to 1963. Indeed, the new economists were quite pleased with monetary policy during this period, an attitude typified in Seymour Harris’s observation that “the [Federal Reserve] board provided the country with a reasonably easy money policy ...”

viernes, 24 de junio de 2016

Música de videojuegos que tenés que escuchar antes de morir. Parte II


Advertencia: Este post está destinado a, entre otros, personas no aficionadas a los videojuegos. Por ello, puede contener spoilers.

Es viernes y como ya hice en un post previo, continúo presentándote la música de video juegos que deberías escuchar antes de morir, incluso si estos no te gustan o nunca tocaste uno. Esto es arte puro. 

El pasado 22 de marzo se cumplieron 20 años del lanzamiento del primer Resident Evil. La excusa es perfecta para disfrutar de diez de sus, a mi parecer, mejores temas musicales. La mayoría duran menos de 3 minutos y 5 como máximo, por lo que escucharlos todos no te será nada difícil.

Creado por la compañía japonesa desarrolladora de video juegos Capcom en 1996, Resident Evil es un representante del subgénero “survival horror”, es decir, un juego cuya mecánica de entretenimiento se enfoca en atemorizar, inquietar, perturbar o incluso asustar al jugador. Predeciblemente, mucha de la magnífica música que nos acompaña mientras jugamos tendrá ese tono de inquietud y terror.

Durante mi infancia y adolescencia jugué completos el primer Resident Evil (director’s cut), Resident Evil 2 (mi favorito), Resident Evil 3, Resident Evil 4 y hace poco tomé revancha de algo que siempre me quedó pendiente porque diversas circunstancias me lo impidieron: jugar y terminar Resident Evil: Code Veronica. Con alguna que otra excepción, usaré solo los nombrados ya que todos los demás juegos de la franquicia perdieron la esencia “survival horror” característica de los primeros y los que jugué.


(1) Resident Evil Outbreak main title theme
(El tema principal de Resident Evil Outbreak)

La primera pieza musical de este post es de uno de los Resident Evil que nunca jugué. La sinfonía que acompaña la introducción de Resident Evil Outbreak es de las mejores de toda la saga de juegos. Una obra brillante que acompaña a la perfección la cinemática introductoria. Es bastante corta y cualquier amante de la buena música no puede perdérsela, garantizo que no se arrepentirá. En caso de desear escuchar solo la música sin el video acá está el link.


(2) The Theme of Alexia Type 1
(El Tema de Alexia Tipo 1)

El segundo tema pertenece a Resident Evil Code Veronica y también es uno de los mejores de toda la saga, en este caso, para peleas con jefes finales. En el primer combate que libramos contra una de las antagonistas, Alexia Ashford, suena esta gloriosa banda sonora de fondo. La batalla se vuelve legendaria al estar acompañada por esta excelente composición. A continuación les dejo la versión orquestada del tema, que es aún más épica y que aparece en Resident Evil Darkside Chronicles. Si desean escuchar el tema original hagan click acá.


(3) The third malformation of 'G'
(La tercera malformación de 'G')

Para los que amamos Resident Evil 2 este tema traerá muchos recuerdos. La transformación final del antagonista principal del juego, William Birkin, es otro plato fuerte. Birkin es un científico que participó en la creación del Virus-T (transforma a la gente en zombis) y creó el Virus-G. En varias ocasiones lo enfrentamos mientras sufre las distintas mutaciones del Virus-G que él mismo se inyectó para salvarse. Las últimas veces suena la siguiente e impresionante banda sonora. Si desean oír todos los temas de las transformaciones de Birkin, imperdibles también, hagan click acá.



(4) Still dawn
(Aun así amanece)

Luego de pasar por todo el terror del primer Resident Evil y ver su desenlace, el corto tema que suena durante los créditos finales es muy bello y tiene un gran ritmo. No tiene nada terrorífico y es como si los creadores del juego te dijeran "No te preocupes, ya pasó todo. Ahora relájate". Una gran forma de culminar definitivamente una obra maestra. 




(5) The Front Hall
(El salón principal de la estación de policía)

Este es otro tema que inmediatamente traerá recuerdos a los que somos fans de Resident Evil 2. El tema del salón principal de la comisaría es un clásico de terror en la saga. Al sonar cuando entramos por primera vez y mientras recorremos el enorme salón principal, la sensación de inquietud es enorme.




(6) First floor mansion
(Primer piso de la mansión)

Así c
omo la comisaría es emblemática de Resident Evil 2, la mansión lo es del primer Resident Evil. El juego que inicia toda la saga se desarrolla dentro de una mansión infestada de zombis debido al brote vírico del Virus-T. El siguiente tema es el que suena en el primer piso de ella mientras lo recorremos. Terrorífica y siniestra, esta magnífica pieza se complementa a la perfección con el ambiente desolado de la enorme mansión Spencer. Existen versiones orquestadas, pero, en este caso, nada supera la aterradora versión original.




(7) Second floor mansion
(El segundo piso de la mansión)

Tan estremecedor como el primer piso es el segundo. Otro tema clásico e imperdible de la saga.




(8) The city of ruin
(La ciudad de la ruina)

Como se ve en Resident Evil 2 y 3, luego del incidente de la mansión el Virus-T se esparce por la ciudad de Raccoon (Raccoon city) convirtiéndola en una trampa llena de zombis para quien logre zafar de ser infectado. El siguiente tema de Resident Evil 3 se escucha mientras caminamos por las desoladas calles repletas de muertos vivientes y peligros. Un tema emblemático de la tercera entrega con el que la mayoría recordamos la soledad que se sentía caminar por las desiertas calles de Raccoon




(9) Good bye, Leon
(Adiós, Leon)

Antes de terminar, un tema triste. Este suena cuando ocurre la (¡Spoiler Alert!) muerte de Ada Wong, una protagonista secundaria de Resident Evil 2 de la que Leon, uno de los protagonistas principales, se enamora. En juegos siguientes sabremos que (¡Spoiler Alert!) en realidad no murió, pero en el momento de jugar es muy triste. En este link pueden ver la secuencia original donde se escucha el tema (y acá doblada al español por fans), el cual llena de tristeza el trágico momento. Y no sigo escribiendo porque se me pianta un lagrimon :'(.




(10) Secure Place
(Lugar seguro)

Por último, ningún top de música de Resident Evil puede carecer de algún tema de la habitación de guardado (save room). Este es el lugar donde podemos guardar nuestro progreso durante cada juego. Además, aún cuando la mayoría de los temas son tenebrosos, la habitación de guardado era de los poquísimos lugares donde uno podía relajarse y saber que se estaba a salvo (como el nombre del tema indica). En este caso, he elegido mi favorito de todos los juegos: el de Resident Evil 2. Pero, si lo desean, pueden escuchar todos los temas de la habitación de guardado en el siguiente link. No se arrepentirán porque todos valen la pena.



miércoles, 22 de junio de 2016

La “paradoja del ahorro”: el mito keynesiano que jamás morirá


La "paradoja del ahorro" se ha hecho conocida particularmente gracias a John M. Keynes, aunque no es una creación original de él. Después de todo, Keynes se dedicó en gran parte a revivir viejas falacias inflacionistas ya refutadas. El mito es repetido ad nauseam por el keynesianiso más extremo y, a veces, por el que no lo es tanto.

Básicamente lo que dice la paradoja del ahorro es que suponiendo que el ahorro es beneficioso a nivel individual, ello no implica para nada que lo sea a nivel general. Los defensores de que el progreso de la sociedad es gracias al ahorro, dicen los keynesianos, cometen una falacia de la composición: que el ahorro sea benéfico a nivel particular no significa que sea bueno socialmente.

Recuerden el aforismo keynesiano: mi gasto es tu ingreso y mi ingreso es tu gasto. Por ende, es cierto que un individuo puede aumentar su riqueza incrementando su ahorro, pero solo a expensas de otra gente. Más ahorro, por definición, significa menos gasto en consumo. Menos gasto en consumo es menos ingreso para las empresas de consumo.

Imaginen ahora si todos ahorran simultáneamente, es decir, si todo el mundo disminuye su gasto en consumo al mismo tiempo. El ingreso de todas las empresas de consumo caería sincrónicamente provocándoles pérdidas. Un círculo vicioso se pone en marcha: por la caída de ingresos, la inversión cae. Por tanto, disminuyen los ingresos de los factores de producción (salarios y rentas). Al bajar los ingresos de los factores, el gasto en consumo se retrae todavía más y la economía se hunde en una espiral deflacionaria prácticamente interminable. Como los ingresos han caído, para ahorrar lo mismo que antes (cuando se disponía de un nivel de ingreso mayor), se deberá dedicar una fracción mayor de ingreso al ahorro. Desmoronando más el consumo y, ulteriormente, más el ingreso y así sucesivamente.

He ahí la paradoja: si todos tratan de aumentar su ahorro al mismo tiempo, producirán efectos que hacen que todos terminen ahorrando menos simultáneamente. El intento de aumentar el ahorro total termina disminuyendo el ahorro total. La falacia de la composición no puede ser más evidente: es completamente erróneo generalizar los benéficos efectos individuales del ahorro a la sociedad en su conjunto.

Demoledora refutación, ¿No? Pues… no.

Como correctamente señala Hülsmann (2012), es cierto que una reducción de gasto en consumo hará que se reduzca la inversión en empresas de bienes de consumo. Pero es falso que se pueda generalizar ese hecho.

Si una empresa se enfrenta a una reducción de ingresos, solo podrá permanecer en el mercado si disminuye sus costos, es decir, si baja su gasto en factores de producción renegociando los contratos con los dueños de los factores. Dado que solo una firma confronta una caída de ingresos, por ejemplo, debido a que cambió la demanda de los consumidores; le será muy difícil renegociar porque los factores de producción tienen otras alternativas. Se pueden ir a servir a otra compañía, posiblemente (aunque no únicamente) a la que experimenta una expansión de demanda dado el cambio que produjo la caída en ingresos de la primera empresa, en lugar de quedarse y que les bajen enormemente la paga. La oferta adicional de factores en busca de empleo hará que sus nuevos empleadores tiendan a pagarles menos de lo que ganaban antes en la industria que tuvo problemas, pero esos ingresos no son lo bajos que serían si seguían trabajando con sus antiguos empleadores que pasan dificultades. La firma que sufrió la caída de ingresos por el cambio de demanda se queda, de esta forma, con pérdidas y fuera del negocio (Hülsmann, 2012).

Como resultado, la economía en agregado progresa como antes, e incluso más que antes (Hülsmann, 2012). Primero porque la reducción parcial del precio de factores hace que ciertos proyectos, antes inviables por el previo precio más elevado, ahora sean rentables. Y segundo porque el cambio en la demanda implica que las empresas, cuyos bienes no son ya demandados y daban pérdidas, estaban destruyendo riqueza y mal asignando recursos si seguían produciendo. Su salida del mercado significa dejar de destruir valor. No hay un aparente juego de suma cero en el cual uno se beneficia a costa de otro como dan a entender los keynesianos, sino que la sociedad en su conjunto continúa progresando y se beneficia.

Pero las cosas cambian cuando todas las empresas experimentan una caída de ingresos monetarios, por ejemplo, a causa de que aumenta la demanda de dinero. Que caigan los ingresos de todas las firmas no implica para nada que todas tendrán pérdidas. ¿Por qué? Porque todas las compañías están involucradas en esto y, por ende, todas las empresas tendrán que reducir su gasto en factores de producción. Los dueños de los factores, a diferencia del escenario de la industria individual, ahora no tienen alternativas cuando su compañía quiera renegociar una baja considerable y tenderán a aceptar porque en todos los otros lados están en una situación similar (Hülsmann, 2012). Por tanto, no va a ocurrir que todas las empresas tengan pérdidas. Márgenes de beneficios pueden ser mantenidos y no sucede ninguna espiral deflacionaria sin fin.

¿Notan el error? La paradoja del ahorro se basa en generalizar indebidamente el caso de una empresa individual a toda la economía. Es decir, el usual argumento keynesiano contra la frugalidad se sustenta en una falacia de la composición. Los keynesianos llevan décadas acusando a otros del error que ellos cometen.

En conclusión, el núcleo de la paradoja se apoya en la falacia que los keynesianos proyectan sobre el análisis contrario. El ahorro voluntario es y seguirá siendo beneficioso tanto a nivel individual como colectivamente. En el único lugar donde ello no es así es en el mundo de fantasía de los keynesianos.   




Hülsmann, 
Jörg G. (2012) "The Meaning of Macroeconomics". Romanian Economic and Business Review. Vol. 7, No. 3, 40-54.

sábado, 11 de junio de 2016

El fin del laissez faire: el tamaño del Estado de occidente en el siglo XX

Mussolini (1933)

Suele decirse que el Estado no ha parado de crecer en influencia y tamaño a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI. Una de las pocas veces en que Mussolini tuvo 100 % razón es cuando escribió esa frase profética que, a su vez, sintetiza muy bien este post. Como correctamente reconoce el dictador y genocida italiano, el siglo XX fue el siglo del Estado. No debería extrañar que, coincidentemente, la cantidad de muertos por parte del Estado a lo largo del siglo pasado fue abrumadora.

Pero veamos en números cuanto ha crecido el tamaño del Estado a lo largo del siglo XX.

Gasto público sobre PBI en países de occidente, 1870-2002

Como se puede esperar, la primera medida es la más evidente: la forma clásica de ver el tamaño del Estado es mirar el ratio (proporción) del gasto público sobre el PBI del país. El gráfico de arriba muestra la evolución de ese parámetro para el mundo occidental desde 1870 hasta 2002 según Tanzi (2005). Es muy claro mirando el promedio de todos los países (la línea roja) cómo el Estado occidental ha crecido sin parar desde 1870 hasta mitad de los 90s, con una desaceleración del crecimiento desde 1980 pero aun así incrementándose. El tamaño del gobierno en occidente ha pasado desde aproximadamente el 10 % del PBI hasta más del 45 % en 1996, bajando solo un poco en 2002. Es decir que, en relación al PBI, el tamaño del gobierno se ha multiplicado por 4,5 durante el siglo XX respecto de finales del XIX. No pueden quedar dudas del crecimiento estatal a lo largo de la centuria pasada.

Gasto público real sobre PBI en países de occidente, 1870-1995

Pero no solo el gasto público nominal en relación al PBI (también nominal) ha aumentado, el porcentual del gasto estatal en términos reales (la suma de salarios y materiales comprados por el gobierno, la parte de gasto gubernamental que usa recursos directamente) también lo ha hecho. En 1870 el gasto real estaba en menos del 5 % del PBI en occidente, pero hacia 1995 ya se encontraba en más de 17 % (Tanzi y Schuknecht, 2000: 24-25). El gasto público real en porcentaje del PBI se incrementó 3,4 veces a lo largo del siglo XX en el mundo occidental en comparación a fines del siglo XIX.


Empleo gubernamental sobre población total en occidente, 1870-1994

No solo el gasto estatal nominal y real ha aumentado incuestionablemente, también los empleados del gobierno lo han hecho. El porcentaje, sobre el total de la población, de personas que trabajan en el gobierno pasó de un mínimo 2,40 % en 1870 hasta un enorme 18,40 % en 1994 (Tanzi y Schuknecht, 2000: 26). Es decir, la cantidad de personas trabajando en el gobierno se multiplicó por 7,7. 

Nadie puede decir que el Estado no tuvo medios. Poseyó de manera creciente tanto recursos reales como recursos humanos para planificar. Sus numerosos fracasos a lo largo del siglo XX no pueden ser atribuidos a escasez de recursos, porque no lo hubo.









Mussolini, Benito (1933), "The Political and Social Doctrine of Fascism". En Mussolini, Benito (1928), My Autobiography: With ‘The Political and Social Doctrine of Fascism’. New York: Dover Publications, Inc. 2006.

Tanzi, Vito y Schuknecht, Ludger (2000), Public Spending in the 20th Century: A Global Perspective. Cambridge, United Kingdom: Cambridge University Press.

Tanzi, Vito (2005), “The economic role of the state in the 21st century”. Cato Journal. Vol. 25, No. 3, 617-638.

lunes, 6 de junio de 2016

El doble estándar del periodismo K


Ayer fue domingo y haciendo zapping me encuentro con el programa del periodista kirchnerista Roberto Navarro. Por suerte enganché justo la parte en que hablaba de "cierre de empresas" en estos meses.

Alguien en Twitter facilitó esta captura de pantalla que nos permite demostrar la deshonestidad del periodista.


No voy a entrar a ver si los números en los que se apoya Navarro realmente deben ser interpretados como "cierre de empresas". Voy a asumir que ello es correcto (aunque, a decir verdad, confiar en Navarro es como confiar en un lobo). Usando los mismos datos la Superintendencia de Riesgos de Trabajo, comparemos las recesiones de Cristina (2014) y de Macri (2016):



De paso, muchachos de SRT desde enero de este año que en los pdf presentan datos de 2016 poniendo erróneamente que son de 2015, ¡media pila!

El cuadro es claro. Usando exactamente los mismos datos y comparando los tres primeros meses de recesión post devaluación de los episodios de 2014 y 2016, se observa que la cantidad de "empresas cerradas" al inicio del periodo 2014 es muy superior (casi el doble). En otras palabras, en los tres meses luego de la devaluación durante el gobierno de Cristina cerraron 5.358 empresas por la recesión de 2014. Por otro lado, en los tres meses luego de la devaluación durante el gobierno de Macri cerraron 2.708 empresas por la recesión que va de 2016. Adicionalmente es obvio que lo de "record" es, en el mejor de los casos, exagerado y, en el peor, una obvia mentira.

Ahora bien, dado que asumimos cierta honestidad intelectual de su parte, seguramente Navarro durante la recesión de 2014 fue un vociferante denunciante del cierre de empresas luego de la devaluación, ¿O no? Pues… no. Debe haber algo, dado que Navarro, como todo buen charlatán, es experto en maximizar cosas por encima de lo que son en realidad. Por ejemplo, en un momento dijo algo así como que "tendríamos que volver a 2001 para ver estos números". Lo cual es, como mínimo y asumiendo buena fe, de ignorante. Solo basta con regresar dos años atrás.

He buscado en Google desde 01/01/2014 hasta 31/12/2014 y no he encontrado nada. En ningún lado he visto que Navarro alguna vez utilizó este mismo indicador y mucho menos salió a denunciar indignado el cierre "masivo" de empresas acusando al gobierno de turno. Pero tal vez yo no sé buscar en Google.

Quien quiera defender al periodista K deberá mostrarme al menos un link a una nota/programa de TV o radio de 2014 (año recesivo) donde (1) Navarro use el mismo indicador de la SRT midiendo el "cierre de empresas", (2) donde él se muestre tan "preocupado" e "indignado" como lo está ahora por ello y (3) que acuse vehementemente al gobierno por ello.

Cualquier persona coherente y honesta denunciaría en 2014 el cierre de empresas con igual énfasis que lo haría en este 2016. Navarro, en cambio, guardó relativo silencio cuando el cierre de empresas ocurría en el gobierno de Cristina pero vocifera con un megáfono el cierre de empresas (mucho menor en comparación) que ocurre en el gobierno de Macri. El vergonzoso doble estándar es evidente.

Por último, demostrar que Navarro es un incoherente con una ridícula doble moral, en nada implica defender el gobierno de Macri. Cuya ideología de Estado grande y antecedentes de declaraciones mentirosas durante estos seis meses son simplemente la continuidad de la esencia del kirchnerismo.

sábado, 4 de junio de 2016

Algunas estadísticas de bienestar durante el siglo XIX


Continuamos viendo cómo era la vida en el siglo XIX en el mundo con datos provistos por van Zanden et al. (2014). Ahora veremos unas cuantas estadísticas que dan una idea de cómo evolucionó el nivel de vida a escala mundial y en las dos regiones donde más se desarrolló el capitalismo entre 1820 y 1910.

PBI per cápita 

Cualquier investigación sobre bienestar de una época comienza observando el PBI per cápita. Usualmente se toma como un indicador para medir la performance de los países, el cual es motor del bienestar (van Zanden et al., 2014: 58).

PBI per cápita mundial y promedio regional en dólares de 1990 PPP, 1820-1910.
Los ejes no comienzan en cero.

Partiendo de 1820 hasta 1910, el PBI per cápita mundial aumentó sin parar desde los 605 dólares norteamericanos a PPPs de 1990 hasta los 1399. Por lo que aquí tenemos una primera pista sobre lo que ocurrió con el bienestar planetario durante el siglo XIX. Es evidente que esto indica que tendió a incrementarse. Pero ese dato global incluye regiones con PBI per cápita muy bajos. Las regiones más “capitalistas” como Europa occidental (Gran Bretaña, Países Bajos, Francia, Alemania, Italia, España y Suecia) y el Vástago occidental (Australia, Canadá y Estados Unidos) obtuvieron mejores resultados. Entre 1820 y 1910, Europa occidental pasó de 1226 a 3172 y el Vástago occidental desde 1294 hasta 4915. Todas las regiones del mundo de las que hay datos muestran un claro crecimiento entre 1820 y 1910.

Población

Veamos ahora como se comportó la población mundial. Desde la época de Cristo hasta el siglo XVIII la población mundial crecía poquísimo, apenas un 0,06 % anual. En los siglos XVIII y XIX gracias a la revolución industrial y a la baja de la mortalidad en Europa y el vástago occidental aceleró hasta 0,5 % anual (van Zanden et al., 2014: 41).

Población total mundial y por región, 1820-1910.
Los ejes no comienzan en cero.

Tasa de crecimiento de la población mundial y regional (por década), 1820s-1900s
(hay un error en el gráfico: no aparece el 1900s).

Desde 1820 hasta 1910 la población mundial aumentó década a década sin parar casi un 72 % en total, de 1.091 a 1.873 millones de personas (van Zanden et al., 2014: 42). Ello ya nos da una segunda pista importante de incremento de bienestar y riqueza. El crecimiento poblacional mundial está determinado por las tasas de nacimiento y muerte y, por tanto, en gran parte por cambios en el riesgo individual de tener hijos y de morir (van Zanden et al., 2014: 46). Sin un aumento considerable de riqueza material (que incluye salud y alimentación, entre otros) y sin ciertas expectativas de mejora en el nivel de vida para las siguientes generaciones, es difícil explicar el cambio abrupto, en términos históricos de largo plazo, en la tasa de crecimiento poblacional. Allí donde la comida escasea, las enfermedades diezman a los pobladores y donde se espera que los hijos tengan un futuro igual o peor, la población tiende a disminuir. Ya sea por disminución de natalidad y aumento de mortandad, porque los jóvenes huyen mientras pueden o una combinación de ambas. El aumento poblacional es una señal de aumento de bienestar. 

En los últimos 200 años el cambio demográfico se caracterizó por la baja de la tasa de mortalidad seguida por una baja de la de fertilidad (van Zanden et al., 2014).

Educación

Tener una educación básica directamente mejora el bienestar de las personas al proveer mayor control de sus vidas. Saber leer, escribir y operaciones matemáticas básicas son cosas elementales para moverse en las acciones y transacciones de la vida diaria comercial o en la economía del hogar (van Zanden et al., 2014: 88). No solo ayuda en actividades laborales sino también para el disfrute del ocio y placer interno personal como poder leer un buen libro, escribir o ir a un museo (van Zanden et al., 2014: 88).

Población con educación básica mundial y por región, 1870-1910.
Los ejes no comienzan en cero.

Años de educación mundial y por región, 1850-1910.

Tanto la población que recibió al menos educación básica como el número medio de años de educación aumentaron constantemente a fines del siglo XIX. El porcentaje de la población por encima de los 15 años enrolada en educación formal pasó de 23,9 % en 1870 al 35,6 % a nivel mundial. Mientras los años de educación pasaron de 0,9 años en 1850 a 2 años en 1910 en el planeta. Debe quedar claro que esta es otra variable que apoya el aumento del bienestar de la población mundial durante el siglo XIX. Pero, dado que se incluyen zonas históricamente muy pobres, estos números globales ocultan que ciertas regiones lograron niveles mucho mejores. En 1870 la población educada con lo básico era el 60 % en Europa occidental con 3,5 años de educación y 82,3 % en el Vástago Occidental con 5,5 años de educación. Hacia 1910 esos valores crecieron a 82,6 % con 5,5 años de educación en Europa occidental y a 96,7 % y 7,5 años de educación en el Vástago Occidental. Las regiones más “capitalistas” fueron, por lejos, las que más y mejor educaron gente a fines del siglo XIX.

Expectativa de vida

Es claro que la salud es un concepto clave de bienestar y uno de los más evidentes indicadores de cambio en las condiciones de vida de la gente. Una buena salud contribuye al bienestar general de los individuos directa (estar sano es universalmente valorado) e indirectamente (influye en la calidad y la cantidad de tiempo usado en su empleo, educación, deberes cívicos y conexiones sociales), por lo que es importante (van Zanden et al., 2014: 102). Una medida de la salud poblacional es la mortalidad, que tiene en cuenta aspectos relacionados con la muerte como el tiempo y la causa del fallecimiento, etc. Y un concepto clave para medir la mortalidad es la expectativa de vida al nacer.

Esperanza de vida al nacer mundial y por región, 1820s-1900s.
El eje no comienza en cero.

A nivel mundial, el promedio de expectativa de vida al nacer de la década de los 1880s era de 27 años y luego aumentó en la década de 1900s hasta casi 31 años. Claramente este indicador de bienestar aumentó considerablemente a nivel global. En la región del Vástago occidental se pasó de 40,3 años promedio en la década 1880s a 50,8 años en la década de los 1900s. Europa occidental tenía en la década de los 1830s en promedio 33,4 años, hacia 1880s unos 40,4 años y en 1900s llegó a 46,3 años.

Altura

La altura promedio de un gran número de personas es otro indicador importante de bienestar. El cuerpo humano tiende a reducir su crecimiento si el nivel nutricional empeora más allá de cierto mínimo o si enfermedades reducen sus nutrientes. Con lo que, este indicador, da ulteriores indicios del estado de salud y bienestar de la gente (van Zanden et al., 2014: 118).

Altura promedio de la población mundial y por región, 1820s-1900s.
El eje no comienza en cero.

En el mundo el promedio de la década de los 1820s era de 163,4 centímetros, pero hacia 1900s se incrementó a 165,2 centímetros. Lo cual, nuevamente, es un claro indicio de mejora de nivel de vida global. En Europa occidental se pasó de 165,6 a 168 centímetros promedio de esas décadas. Sin embargo, en el Vástago occidental cayó de 172,1 en 1820s hasta 170,1 centímetros en los 1900s.

¿Como puede ser que con un crecimiento económico fenomenal y muchos indicadores de aumento de bienestar como el que tuvieron los norteamericanos a lo largo del siglo XIX la altura media tendió a caer? En Estados Unidos esta paradoja se llama “Antebellum Puzzle”. La respuesta no se conoce con seguridad. Una explicación es que la ola inmigratoria, el crecimiento económico rápido, la urbanización, la mejora del transporte, etc. contribuyeron a esparcir ciertas enfermedades localizadas a lo largo del país y ello pudo haber afectado el promedio de altura. A medida que la economía crece, aumenta la necesidad de transporte y al producirse más de él y reducirse costos, transportarse se abarató. El mayor y más barato transporte se sumó a la inmigración europea (trayendo sus diferentes enfermedades) aumentando la densidad poblacional y la capacidad de esparcimiento de virus y bacterias. Otra explicación puede ser un cambio de dieta.

Seguridad personal

Es más que evidente que el bienestar de la gente es mayor si no son victimas de un crimen y si no temen serlo, especialmente de un crimen serio como el homicidio. Además la persona no tiene que ser la victima directa para que afecte su bienestar, un crimen sobre un ser cercano también lo influye mucho (van Zanden et al., 2014: 140).

Tasa de homicidio por región, 1820s-1900s

Sobre las tasa de homicidios previa a 1900 solo disponemos de datos para Europa occidental. Aun así puede observarse que los países “capitalistas” vieron una casi constante caída en la tasa de homicidios desde la década de 1820s hasta los 1900s. Lo cual, nuevamente, da una notable pista de aumento de bienestar de la gente en el “mundo capitalista salvaje” del siglo XIX.

Por último, observen que este periodo no estuvo exento de defectos. Nadie jamás ha afirmado que esta etapa fue perfecta o que todo estuvo bien y anduvo sobre ruedas, pues es claro que no fue así.

Pero incluso teniendo en cuenta todo lo malo, el siglo XIX ha sido el periodo más próspero de la historia de la raza humana hasta ese momento y el antecedente necesario de nuestra actual civilización y todos sus logros. La gran mayoría de los 7 mil millones de personas del actual mundo le deben el poder existir al trabajo duro, ahorro, acumulación de capital y sacrificio de la gente del siglo XIX.






van Zanden, J.L., et al. (eds.) (2014), How Was Life?: Global Well-being since 1820, OECD Publishing.

jueves, 2 de junio de 2016

La destrucción del Peso durante la era K: tus $100 valen menos de $10

El chiste es en base a este dialogo de los Simpson

Hace ya dos años veíamos cómo el gobierno kirchnerista había demolido desmesuradamente el valor del peso. Hoy vamos a ver ese mismo fenómeno pero ya cubriendo todo el periodo de gobierno de los Kirchner (mayo de 2003-diciembre de 2015).

Como era de esperar, la situación ha empeorado. El Banco Central argentino, siempre al servicio del gobierno, terminó de destruir cuanto pudo el signo monetario emitiendo y expandiendo la cantidad de dinero para, en buena medida, financiar gran parte del déficit fiscal que en 2015 llegó a más del 7 % del PBI.
  

El gráfico muestra la evolución mensual el poder adquisitivo del peso argentino según el Indice de Precios al Consumidor (IPC) elaborado por Natalio Ruiz (del blog Cosas que Pasan o CqP) y además incluyo el IPC de Billion Prices Project del MIT para Argentina (de la página Inflación Verdadera o IV), quienes generosamente han colgado en la web su IPC para descargarlo como .csv. Observen que la dos medidas se correlacionan casi perfectamente. Ambos son de lo mejor que tenemos (¡y además gratis!) mientras que el INDEC no funcione correctamente y deje de inventar cifras.

Como claramente se puede observar, el billete de $100 de mayo de 2003 equivalía en poder de compra en diciembre de 2015 a entre $9,65 y $9,96. Tus $100 cuando los kirchner iniciaron su mandato valen menos de $10 cuando se fueron. Si en mayo de 2003 con $100 comprabas 100 alfajores, en diciembre de 2015 con los mismos $100 no comprabas ni 10. 

La frase usualmente escuchada sobre que "$100 no alcanzan para nada" es completamente correcta. Los $100 argentinos han perdido más del 90 % de su valor a lo largo del todo el gobierno kirchnerista. El nivel de precios se ha multiplicado por más de 10 entre mayo de 2003 y diciembre de 2015.

La destrucción económica del kirchnerismo no discriminó ni siquiera al signo monetario. 






2016 The Billion Prices Project @ MIT: www.inflacionverdadera.com 

Ruiz, Natalio (2016) Cosas que Pasan. Blog. 
Cosas que Pasan en base a Direcciones Provinciales de Estadística.