La explicación más extendida sobre las causas del cataclismo de 1929-1933 en Estados Unidos es la monetarista y dice, en general, algo así: la Gran Depresión fue causada por la Reserva Federal (FED) debido a que no hizo lo suficiente para evitar que la cantidad de dinero se contraiga un tercio (Friedman y Schwartz, 1963: 352) y que el número de bancos también lo haga en la misma medida (Friedman y Schwartz, 1963: 299). De allí viene el comentario de Friedman de que por cada 3 dólares en depósito que había en 1929, solo quedaban 2 dólares en 1933. Y por cada 3 bancos de 1929, existían solo 2 en 1933.
En este blog hemos revisado la visión de la Escuela Austriaca de Economía sobre la Gran Depresión. La misma no culpa a la contracción monetaria en sí (de hecho, demuestra que la FED hizo todo cuanto pudo para reinflar el crédito), sino a la política del gobierno de Hoover y a los intentos de la Reserva Federal de mantener artificialmente altos precios y salarios.
Sin embargo, hay un caso histórico que sirve para ilustrar que la explicación austriaca tiene mucho más sentido para comprender los hechos acaecidos en los años 30s que la monetarista.
Casi a mediados del siglo XIX en Estados Unidos ocurrió un ciclo económico cuya fase de contracción se comienza a manifestar con el pánico de 1837. Sin meternos demasiado en cuales fueron las causas, veamos como se desarrollaron los hechos posteriores.
Dado que, en general, no hay datos completamente seguros de los hechos concernientes al siglo XIX; siempre es bueno usar varias fuentes o una sola que haga un análisis con ese criterio. Friedman y Schwartz (1970: 231-32) enseñan tres fuentes diferentes de oferta monetaria para los años previos a 1867. El siguiente cuadro las muestra para el periodo 1837-1843:
Oferta Monetaria de Estados Unidos, 1837-1843 según autores. Fuente Friedman y Schwartz (1970: 231-32) |
Noten que todas registran una caída de más de un tercio en la oferta monetaria, desde el pico de 1838 hasta el valle de 1842. Lo mismo que ocurrió en el periodo 1929-1933 y que, según los monetaristas, fue la causa principal del cataclismo de la Gran Depresión. Los propios Friedman y Schwartz mencionan el episodio del siglo XIX (Friedman y Schwartz, 1963: 299-300), aunque el trabajo más importante sobre esa crisis es el de Temin (1969) y su estimación de la oferta monetaria también se encuentra en Temin (1968). Veamos algunos datos de ese periodo:
- La oferta monetaria se redujo un 34,2 % entre 1839 y 1842. Es decir, la cantidad de dinero se contrajo un tercio en 1839-1842
- Según Measuring Worth, el índice de precios al consumidor cayó un 12,4 % entre 1839 y 1842 y, si tomamos hasta 1843, bajó un 20,5 %. Mientras tanto, los precios mayoristas se desplomaron un 42 % (Rothbard, 2002: 101; Salerno, 2010: 277 basados en Temin, 1969)
- De acuerdo con Measuring Worth, el PBI real (en dólares de 2009) aumentó un 5,8 % entre 1839 y 1842. Y, si tomamos 1839-1843 (porque hasta 1843 los precios aún seguían bajando), el PBI real creció 11 %
¿Cual fue el "secreto" para que factores similares a los que causaron la Gran Depresión no provocaran en 1839-1843 un cataclismo similar al de 1929-1933? Simple, no hubo intervención estatal para evitar que salarios y precios se ajustaran a la situación económica y monetaria. Es decir, los salarios eran flexibles (Rothbard, 2002: 103-04; Salerno, 2010: 277-78). Como dice Margo (2000: 159): "Los salarios nominales antes de la Guerra Civil eran flexibles en respuesta a shocks nominales o reales sostenidos, pero no de inmediato."
En conclusión, para los monetaristas la causa principal del colapso de la Gran Depresión en 1929-1933 fue (que la FED permitió) la reducción de un tercio de la cantidad de dinero en ese periodo con las quiebras bancarias. Sin embargo, en 1838-1842 la cantidad de dinero también se redujo en más de un tercio, junto con una desaparición importante de bancos y una deflación fenomenal, sin causar un cataclismo ni remotamente similar. Es decir, sin desempleo masivo y permanente del 25 %, sin una caída catastrófica del PBI real, sin una reducción descomunal del consumo real. Por supuesto, la crisis no fue un paseo por el parque. Gente quedó temporalmente desempleada y mucha riqueza se perdió en mala inversión.
La brutal caída de la inversión real refleja la muy saludable liquidación de las malas inversiones del auge previo (Salerno, 2010: 278) y la flexibilidad de salarios explica que, aun con una contracción monetaria, quiebras bancarias y una deflación similares; la economía pudo funcionar en el siglo XIX sin colapsar como en los años 30s del siglo XX.
Como ya se aclaró, la contracción monetaria y la quiebra de bancos per se no fue la causa de la Gran Depresión. Sino los esfuerzos del gobierno (y de la FED) para evitar el reajuste de precios y salarios relativos.
Friedman, Milton y Schwartz, Anna J. (1963) A Monetary History of the United States, 1867-1960. Princeton, NJ: Princeton University Press. 1993.
Friedman, Milton y Schwartz, Anna J. (1970) Monetary Statistics of the United States: Estimates, Sources, Methods. New York: Columbia University Press for the National Bureau of Economic Research.
Margo, Robert A. (2000) Wages and Labor Markets in the United States, 1820-1860. Chicago: University of Chicago Press.
Rothbard, Murray N. [Salerno, Joseph T. Ed.] (2002) A History of Money and Banking in the United States: The Colonial Era to World War II. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute.
Salerno, Joseph T. (2010) Money, Sound and Unsound. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute.
Temin, Peter (1968) "The Economic Consequences of the Bank War". Journal of Political Economy. Vol. 76, No. 2, 257-274.
Temin, Peter (1968) "The Economic Consequences of the Bank War". Journal of Political Economy. Vol. 76, No. 2, 257-274.
Temin, Peter (1969), The Jacksonian Economy (The Norton essays in American history). New York: W. W. Norton & Company.
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