"Stalin habrá sido lo que quieras, pero industrializó la URSS". Este es un argumento muy típico de muchos socialistas. Incluso quienes reconocen y condenan los brutales crímenes y el genocidio de Stalin, ceden ante la idea que básicamente dice: "Sin Stalin,
Rusia con los zares habría seguido siendo un país agrícola atrasado". El corolario de ello es: "Sin la industrialización, la URSS no podría haber tenido la industria pesada que necesitó para derrotar a Hitler". Es decir, a pesar de ser un genocida, a pesar de ser un dictador; el título de "modernizador" de Stalin pesa bastante todavía para muchos.
Los economistas Anton Cheremukhin, Mikhail Golosov, Sergei Guriev y Aleh Tsyvinski se proponen, en este fantástico paper, analizar esas afirmaciones. Imitando lo que hicieron Cole y Ohanian con la Gran Depresión y también Chari, Kehoe y McGrattan; usan un modelo de crecimiento neoclásico de dos sectores. Para mostrar que unas determinadas políticas pueden ser reflejadas en un conjunto de distorsiones (wedges, en ingles. Lo traduzco como "patrón" en el gráfico para no marear a los no expertos) en un modelo. El cual, por cierto, se usa ampliamente en la literatura científica para analizar la industrialización y cambio estructural en otros contextos. Este es la primer aplicación al caso soviético. Así que los autores no están inventando nada extraño, esto es análisis convencional y probado. Siempre debemos tomar en cuenta que los economistas no toman en cuenta el costo que implicó el terror y el genocidio de Stalin. Es decir, aún asumiendo que Stalin no hubiera sido un genocida y un dictador sanguinario; los resultados de sus políticas, veremos, fueron pésimas incluso en los escenarios más favorable para él.
En 1928 el líder soviético Iósiv Stalin abandona la NEP implementada por Lenin y comienza con sus famosos Planes Quinquenales para "industrializar" la URSS. El mito, que la izquierda extiende hasta hoy, es que esto fue fundamental para que la Unión Soviética dejara de ser un país agrícola atrasado y se convirtiera en una potencia industrial. De haber continuado con los zares, se dice, Rusia seguiría siendo un país agrícola en 1940.
Los autores usan el modelo para simular:
a) Que habría pasado si la economía rusa no hubiera tenido la revolución y seguía con la tendencia de los zares de 1885-1913, extrapolándola hasta 1940. No se toma en cuenta los efectos de la I Guerra Mundial porque los datos de productividad por sector y trabajo no muestran signos de caída significativa en la productividad total de los factores en 1914-17. Además, los autores simulan una caída exógena importante en el stock de capital en 1918 para ver los efectos de la I Guerra Mundial. Su simulación muestra que la economía hubiera vuelto a la tendencia de pre-guerra en 1928. Por lo tanto, acá no sirven argumentos del tipo "ellos no consideran el hecho de hubo una guerra mundial", porque sí lo hacen.
b) Que habría pasado si la economía rusa no hubiera tenido la revolución y seguía con la tendencia de los zares de 1885-1913, extrapolándola luego de 1940. Ello se hace en ausencia de la II Guerra Mundial.
c) Que habría pasado si la industrialización de Stalin hubiera seguido sin que ocurra la II Guerra Mundial, con los niveles de capital y patrones de fines de los años 30s y siendo tan generosos como para suponer que la productividad total de factores crece como antes de 1913.
d) Que habría pasado si Rusia seguía con la NEP. Bajo dos supuestos de productividad total de factores. Uno correspondiente al periodo de los zares (0,5 %) y otro a Japón (2 %).
e) Que habría pasado si Rusia no tenía la revolución y crecía tomando como patrón a Japón. Al igual que Rusia, Japón llevó a cabo reformas económicas importantes en la segunda mitad del siglo XIX y además tenían aproximadamente el mismo nivel y tasas de crecimiento de PBI per cápita previo a la I Guerra Mundial. Además, muchos patrones se comportan similar en ambos países. Por lo tanto, la comparación está muy justificada.
Los resultados son contundentes:
1) En el largo plazo, la generación de 1928 bajo Stalin perdió 1 % de bienestar (con respecto a los zares) para siempre. Si naciste en la generación de 1928 en la URSS y eras consumidor (una persona normal), tu nivel de vida (el consumo, descontando efectos poblacionales) mientras viviste fue 1 % menor bajo Stalin que si hubieras nacido bajo los zares.
2) A corto plazo, en el periodo de planes quinquenales 1928-1940, sufrieron una caída brutal de consumo y bienestar de 24,1 %.
3) Solo la generación que nació en 1940 obtuvo beneficios de 16,5 % de largo plazo (beneficios sobrevalorados porque no se tienen en cuenta los efectos de la II Guerra Mundial). Las predicciones de largo plazo post-1940 son muy sensibles a los supuestos de que no ocurrió la II Guerra Mundial y demás cosas del punto c).
En otras palabras, según el modelo, Stalin provocó un costo de corto plazo enorme (24.1 %) y unos beneficios de largo moderados (16,5 % de bienestar solo para los que nacieron luego de 1940 y bajo supuestos muy bondadosos). El resultado económico es muy negativo. Además, toda una generación de nacidos en 1928 tuvo que vivir con Stalin un 1 % peor que con los zares durante toda su vida.
Los economistas Anton Cheremukhin, Mikhail Golosov, Sergei Guriev y Aleh Tsyvinski se proponen, en este fantástico paper, analizar esas afirmaciones. Imitando lo que hicieron Cole y Ohanian con la Gran Depresión y también Chari, Kehoe y McGrattan; usan un modelo de crecimiento neoclásico de dos sectores. Para mostrar que unas determinadas políticas pueden ser reflejadas en un conjunto de distorsiones (wedges, en ingles. Lo traduzco como "patrón" en el gráfico para no marear a los no expertos) en un modelo. El cual, por cierto, se usa ampliamente en la literatura científica para analizar la industrialización y cambio estructural en otros contextos. Este es la primer aplicación al caso soviético. Así que los autores no están inventando nada extraño, esto es análisis convencional y probado. Siempre debemos tomar en cuenta que los economistas no toman en cuenta el costo que implicó el terror y el genocidio de Stalin. Es decir, aún asumiendo que Stalin no hubiera sido un genocida y un dictador sanguinario; los resultados de sus políticas, veremos, fueron pésimas incluso en los escenarios más favorable para él.
En 1928 el líder soviético Iósiv Stalin abandona la NEP implementada por Lenin y comienza con sus famosos Planes Quinquenales para "industrializar" la URSS. El mito, que la izquierda extiende hasta hoy, es que esto fue fundamental para que la Unión Soviética dejara de ser un país agrícola atrasado y se convirtiera en una potencia industrial. De haber continuado con los zares, se dice, Rusia seguiría siendo un país agrícola en 1940.
Los autores usan el modelo para simular:
a) Que habría pasado si la economía rusa no hubiera tenido la revolución y seguía con la tendencia de los zares de 1885-1913, extrapolándola hasta 1940. No se toma en cuenta los efectos de la I Guerra Mundial porque los datos de productividad por sector y trabajo no muestran signos de caída significativa en la productividad total de los factores en 1914-17. Además, los autores simulan una caída exógena importante en el stock de capital en 1918 para ver los efectos de la I Guerra Mundial. Su simulación muestra que la economía hubiera vuelto a la tendencia de pre-guerra en 1928. Por lo tanto, acá no sirven argumentos del tipo "ellos no consideran el hecho de hubo una guerra mundial", porque sí lo hacen.
b) Que habría pasado si la economía rusa no hubiera tenido la revolución y seguía con la tendencia de los zares de 1885-1913, extrapolándola luego de 1940. Ello se hace en ausencia de la II Guerra Mundial.
c) Que habría pasado si la industrialización de Stalin hubiera seguido sin que ocurra la II Guerra Mundial, con los niveles de capital y patrones de fines de los años 30s y siendo tan generosos como para suponer que la productividad total de factores crece como antes de 1913.
d) Que habría pasado si Rusia seguía con la NEP. Bajo dos supuestos de productividad total de factores. Uno correspondiente al periodo de los zares (0,5 %) y otro a Japón (2 %).
e) Que habría pasado si Rusia no tenía la revolución y crecía tomando como patrón a Japón. Al igual que Rusia, Japón llevó a cabo reformas económicas importantes en la segunda mitad del siglo XIX y además tenían aproximadamente el mismo nivel y tasas de crecimiento de PBI per cápita previo a la I Guerra Mundial. Además, muchos patrones se comportan similar en ambos países. Por lo tanto, la comparación está muy justificada.
Los resultados son contundentes:
1) En el largo plazo, la generación de 1928 bajo Stalin perdió 1 % de bienestar (con respecto a los zares) para siempre. Si naciste en la generación de 1928 en la URSS y eras consumidor (una persona normal), tu nivel de vida (el consumo, descontando efectos poblacionales) mientras viviste fue 1 % menor bajo Stalin que si hubieras nacido bajo los zares.
2) A corto plazo, en el periodo de planes quinquenales 1928-1940, sufrieron una caída brutal de consumo y bienestar de 24,1 %.
3) Solo la generación que nació en 1940 obtuvo beneficios de 16,5 % de largo plazo (beneficios sobrevalorados porque no se tienen en cuenta los efectos de la II Guerra Mundial). Las predicciones de largo plazo post-1940 son muy sensibles a los supuestos de que no ocurrió la II Guerra Mundial y demás cosas del punto c).
En otras palabras, según el modelo, Stalin provocó un costo de corto plazo enorme (24.1 %) y unos beneficios de largo moderados (16,5 % de bienestar solo para los que nacieron luego de 1940 y bajo supuestos muy bondadosos). El resultado económico es muy negativo. Además, toda una generación de nacidos en 1928 tuvo que vivir con Stalin un 1 % peor que con los zares durante toda su vida.
La situación empeora mucho más cuando se simula como hubiera sido Rusia sin revolución y usando Japón como referencia de crecimiento. La generación de 1928 en una URSS con Stalin perdía 31 % de bienestar que si nacían en Rusia en el mismo periodo sin revolución, suponiendo un patrón de crecimiento japones. La generación de 1940 perdía 22,7 %. Y, durante los planes quinquenales de Stalin en 1928-40, perdieron un brutal 41,3 % del bienestar que pudieron disfrutar con los zares y un crecimiento como el de Japón.
Y el otro contrafactual, sobre como hubiera evolucionado la URSS con la NEP si hubiera continuado luego de 1928; nos da, en el peor escenario usando crecimiento de productividad zarista (0,5 %), prácticamente lo mismo que Stalin. Y en el mejor, con crecimiento de productividad japones (2 %), un aumento significativo con respecto al dictador. Es decir, que con Stalin la generación de 1928 pierde 20,1 % de bienestar y la de 1940 un 27,7 % que con la NEP con crecimiento de productividad japones.
Y el otro contrafactual, sobre como hubiera evolucionado la URSS con la NEP si hubiera continuado luego de 1928; nos da, en el peor escenario usando crecimiento de productividad zarista (0,5 %), prácticamente lo mismo que Stalin. Y en el mejor, con crecimiento de productividad japones (2 %), un aumento significativo con respecto al dictador. Es decir, que con Stalin la generación de 1928 pierde 20,1 % de bienestar y la de 1940 un 27,7 % que con la NEP con crecimiento de productividad japones.
Fuente: Cheremukhin, Golosov, Guriev y Tsyvinski (2013) |
No podemos retroceder el tiempo, pero sí podemos hacer este tipo de ejercicios contrafácticos rigurosos. Por lo tanto, queda demostrado de una vez por todas que no ha habido nada rescatable del experimento estalinista, nada en absoluto. Rusia se pudo desarrollar sin los planes quinquenales de Stalin, los cuales representaron una pérdida aún en los escenarios más favorables. El último bastión de defensa de los que pretendían sacar "algo positivo" de su dictadura, aún reconociendo sus crímenes, ha quedado en ruinas. Tan en ruinas como el propio imperio soviético y tan en ruinas como la absurda ideología que lo motivó.