Cuando se menciona que el Patrón Oro contiene un freno natural o espontaneo a la expansión excesiva de la oferta monetaria, a saber, la dificultad de minar y producir el oro pues es una actividad costosa en términos de recursos; se suele argumentar en contra que siempre se pueden encontrar minas desconocidas con abundante metal precioso. El razonamiento se puede resumir así: ustedes Austriacos dicen que usar el oro como dinero tiene un freno natural a la expansión desmedida de oferta monetaria, pero ¿Qué pasa si se encuentran minas desconocidas con oro abundante y fácilmente accesibles? Y el ejemplo paradigmático es que algo así ocurrió durante la conquista de América. Si estamos bajo Patrón Oro y mañana sucede algo similar, tendríamos una depreciación monetaria tan grande como las que ocurren con el dinero fiat.
El problema de las minas con oro abundante y fácilmente accesible que aparecen de vez en cuando junto con el caso histórico de la conquista de América salen muchas veces como excusa para justificar fluctuaciones importantes en el poder adquisitivo del metal precioso. De esa forma se desestima al Patrón Oro en un intento de valorizar, al menos un poco, al inestable sistema fiat. Sin embargo, veremos que ni siquiera en el peor de los casos de ese episodio histórico el aumento de metales preciosos principales usados como dinero entonces (oro y plata)* logró estar siquiera cerca del crecimiento del dinero fiat actual en Europa.
En el año 1500 el stock europeo de metálico era (estimativamente) de alrededor de 3.500 toneladas de oro y 37.500 toneladas de plata (Hülsmann, 2008: 74; Brown, 2012: 17). Entre los años 1503 y 1660 el metal precioso proveniente desde el Imperio Español en América solo hacia España fue de 16.886 toneladas métricas de plata pura más 181 toneladas métricas de oro puro (Hülsmann, 2008: 74; Hamilton, 1929; 1970). Las cifras son subestimadas pues no tienen en cuenta el contrabando. Aunque imposible de saber, estaría entre el 10 % y 50 % de lo registrado, muy probablemente más cerca del 10 % dado que contrabandear era costoso y severamente castigado (Hamilton, 1929).
El total de metal precioso (toneladas de oro más toneladas de plata) ingresado por el puerto español (17.067 toneladas) aumentó un 42 % el stock total de metálico en Europa entre 1500 y 1660 (pasó de 41.000 toneladas a 58.067). Aunque Hamilton (1929) admitía que otras estimaciones previas eran hasta diez veces las de él (es decir, aproximadamente 1.810 toneladas de oro y 168.860 de plata), con lo que el stock de metal precioso podría haber aumentado un 420 % entre 1500 y 1650. Hülsmann (2008: 74-75) también menciona que las estimaciones de incremento del stock de metal en Europa en 1500-1650 varían entre 50 % y 500 %. Es decir, una tasa de crecimiento anual (compuesta) de la oferta de metal precioso de 0,3 % y 1,20 % respectivamente.
Incluso asumiendo el escenario más extremo de incremento de la oferta monetaria metálica europea, el 500 % en 150 años equivalente a un aumento de 1,20 % promedio por año, ello está muy por debajo del actual sistema fiat. Según datos del FMI recopilados por la Fed, en la zona euro durante los 45 años que van entre 1970 y 2015 la oferta monetaria amplia M1 creció un total de 3.609 %, es decir una tasa de 8,4 % promedio anual. Mientras que el M2 aumentó un 794 %, que equivale a una tasa de 6,5 % cada año promedio, en los 35 años de 1980-2015. Es decir, tasas anuales entre cinco y siete veces mayores en menos de un tercio del tiempo.
Por otro lado, cuando tomamos en cuenta la tasa de 0,3 % anual de crecimiento monetario metálico durante 150 años para comparar, las diferencias se vuelven casi ridículas: bajo régimen fiat la M1 y M2 del área euro crecieron respectivamente a una tasa 28 y 22 veces superior en tan solo 45 y 35 años. Ni hablar de que si aceptamos las mejores cifras de crecimiento monetario para la época antigua (un 50 % o menos a lo largo de 150 años), los valores entre casi 800 % y 4.000 % de aumento del dinero fiat en solo una tercera parte del tiempo lucen astronómicos. Es verdad que, para la gente del siglo XVI y XVII, un 50 % (¡Ni hablemos de un 500 %!) de expansión monetaria fue algo fuera de lo normal; pero es poquísimo en términos relativos al dinero fiat moderno.
Casi no hay punto de comparación. El inédito descubrimiento de oro y plata en el Nuevo Mundo y el aumento de oferta de dinero metálico de entonces, incluso en el peor de los casos, se queda muy lejos del incremento del stock monetario realizado bajo el sistema de dinero fiat.
Por lo tanto, ¿Es comparable la expansión monetaria inédita entre 1500 y 1650 con las que ocurren bajo el sistema fiat alternativo actual? La respuesta es claramente negativa. Incluso en uno de los episodios de mayor aumento de metal precioso de la historia humana, a saber, el descubrimiento de América, tanto el monto absoluto como la tasa a la que creció la oferta monetaria ni siquiera se acercaron a la expansión de dinero que vivimos bajo dinero fiat. La oferta monetaria de metálico estuvo todavía muy lejos de fluctuar con la violencia y amplitud en que lo hace el sistema monetario fiat de hoy.
En conclusión, usar la conquista de América como símil de que ante descubrimientos de ciertos yacimientos la oferta de oro y plata puede variar como lo hace la del dinero fiat es, como mínimo, exagerado. Es cierto que no puede existir un dinero cuyo valor de cambio sea constante y es cierto que aun bajo el dinero mercancía (elegido por el mercado) se modifica permanentemente su oferta, demanda y poder adquisitivo, como cambian las de cualquier otro bien en el mercado. Pero ni siquiera usando el no muy confiable escenario más extremo de aumento de metálico por parte de los conquistadores en Europa en los siglos XVI y XVII puede ese episodio ser equiparado con el incremento de oferta monetaria que ha ocurrido históricamente bajo el sistema fiat.
* Estoy teniendo en cuenta un "Patrón Oro estricto" para esa época, es decir, solo tomo como oferta monetaria los metales preciosos. Hoy en día la oferta monetaria incluye el efectivo papel más los depósitos a la vista, entre otras cosas.
Brown, Kendall W. (2012) A History of Mining in Latin America: From the Colonial Era to the Present. Albuquerque, New Mexico: University of New Mexico Press.
Hamilton, Earl J. (1929) “Imports of American Gold and Silver Into Spain, 1503-1660”. The Quarterly Journal of Economics. Vol. 43, No. 3, pp. 436-472
Hamilton, Earl J. (1970) American Treasure and the Price Revolution in Spain, 1501-1650. New York: Octagon Books.
Hülsmann, Jörg G. (2008) The Ethics of Money Production. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute.