lunes, 12 de mayo de 2014

Mitos "Siniestros": Desigualdad en el Siglo XIX y Pobreza Mundial hoy


La izquierda, en general, repite el cuento de que con el capitalismo y la globalización desde el Siglo XIX, la desigualdad ha venido aumentando dada la intrínseca tendencia del mismo a hacerlo. La brecha entre ricos y pobres, suelen decir, se profundizó con respecto a los siglos anteriores gracias al comercio desenfrenado, la búsqueda de beneficios, la acumulación de capital, etc. No solo es lógicamente falso tal cuento de fantasía, ni siquiera los hechos empíricos lo comprueban. 

Este paper es un poco viejo, tiene 12 años, pero aun así es bueno. El mismo demuestra como la desigualdad en Inglaterra disminuyó la mayor parte del Siglo XIX gracias a la globalización y la industrialización.

Entre 1500 y 1815 el precio de los alimentos básicos, en general, siempre subía más que el de los bienes (de lujo) que los ricos consumían. Por consiguiente, le desigualdad real aumentó casi todo el periodo. Los pobres y los ricos dependían del intercambio de servicios entre ellos mucho más que hoy en día: Los pobres necesitaban productos tierra-intensivos (la tierra era propiedad de los ricos) como comida y casa, mientras que los ricos contrataban servicios laborales (servidumbre y artesanos) más que en la actualidad. Una caída en los salarios reales implicaba una baja del costo de vida de los ricos.

Sin embargo entre 1815 y 1914 ocurrió lo contrario: Los salarios reales crecieron por 1) mayor demanda de la industria (los sirvientes se volvieron más caros) y 2) la globalización que bajó el precio del grano relativo a otros bienes.

La insipiente industria necesitaba trabajadores, para atraerlos les ofrecían remuneraciones mayores que las que obtenían como siervos. Al mismo tiempo los ricos debían pagar más salarios para evitar que su servidumbre se fuera a las industrias. El servicio domestico bajó su participación en la fuerza laboral entre 1841 y 1851, y de nuevo luego de 1911. Esto refuerza la tesis de Mises sobre el origen del odio al capitalismo: 
"A pesar de todos sus beneficios el capitalismo ha sido furiosamente atacado y criticado. Es preciso que comprendamos el origen de esta antipatía. Es un hecho que el odio hacia el capitalismo no se originó en las masas, ni entre los propios trabajadores, sino en la aristocracia terrateniente – la alta burguesía, la nobleza – de Inglaterra y del continente europeo. Ellos culparon al capitalismo por algo que no era para ellos demasiado agradable: a principios del Siglo XIX los más altos salarios pagados por la industria a sus trabajadores forzó a la burguesía terrateniente a pagar igualmente altos sueldos a los trabajadores agrícolas. La aristocracia atacó la industria enjuiciando el nivel de vida de las masas de trabajadores."
La globalización y el libre comercio abarató enormemente el precio de los alimentos en el primer cuarto del Siglo XIX (luego de Waterloo) y en el ultimo tercio. En Francia, Alemania e Italia la desigualdad no disminuyó tanto como Inglaterra debido a las tarifas aduaneras.

Algo está muy claro: La era de la tendencia a la desigualdad fue previa a la revolución industrial y la globalización, es decir fue previa al capitalismo. La llegada del capitalismo redujo la (tendencia a la) desigualdad permanente entre ricos y pobres de toda la historia humana previa y elevó el nivel de vida de los trabajadores haciendo que dejaran de ser siervos de los terratenientes. En la época previa a la revolución industrial, el crecimiento poblacional era una de las razones para la caída de salarios reales y la desigualdad. La industria, el comercio libre y la acumulación de capital hicieron que, por primera vez en la historia, la población pudiera elevar el salario real al mismo tiempo que la población crecía.

Desigualdad en Inglaterra: En el eje vertical está el Costo de vida del 20 % más rico/Costo de vida del 40 % más pobre, ambos relativos a 1770. Cuando la línea sube hay más igualdad y cuando baja hay más desigualdad.
Volviendo a la actualidad, hasta 2010 los estudios científicos (acá, acá, acá, acá, acá y acá) habían demostrado que la pobreza mundial (pobreza en el mundo en desarrollo, gente que gana menos de 1 dólar al día) estaba en menos del 6 % en 2006 (hacia el 2000 estaba en 13 %) y que África estaba por bajar a la mitad la pobreza de 1990 para el año 2015. En 2010 un estudio del Banco Mundial reveló que, por el contrario, la pobreza en los países en desarrollo era del 25 % en 2005. Aunque venía bajando del 52 % en 1992, los investigadores del Banco Mundial además decían que el número de pobres (pero no la fracción de los mismos) aumentó y que los países en desarrollo que no fueran China, Africa especialmente, no iban a alcanzar las metas del Milenio de la ONU.

¿A que se debía esa diferencia? Como es usual, a un problema metodológico: El Banco Mundial ancla la distribución del ingreso estimada de los países al ingreso medio obtenido de las encuestas que usan para computar consumo. Mientras que los otros la anclan al PBI per capita, reescalan la media de la distribución de cada país para que sea igual al PBI per capita usando las cuentas nacionales. La elección entre las encuestas o las cuentas nacionales es lo que explica semejante diferencia, la media de la distribución en las encuestas (en los países en desarrollo) es mucho más baja y crece menos que el PBI per capita de las cuentas nacionales. Obviamente si anclamos la distribución a un número más chico, la pobreza será mayor y si crece menos, la pobreza disminuirá más lentamente. No sabemos a ciencia cierta por qué, pero en los países en desarrollo los resultados de estimar el ingreso con encuestas o con cuentas nacionales varían mucho. Por ejemplo, en las cuentas nacionales India creció 100 % entre 1994 y 2010, pero según las encuestas solo lo hizo un 38 % en ese periodo.

Entonces, ¿Cómo hacemos para saber cual de los métodos usar? Sala-i-Martin y Pinkovskiy proveen un principio de solución: Para poder zanjar la diferencia de ambos criterios, necesitamos una tercera fuente de datos independiente que muestre la actividad económica. Cualquiera de los dos criterios que encaje mejor con eso, será la que más nos sirva para estimar el ingreso. ¿Cuál es la tercera fuente de datos? Las imágenes satelitales del planeta de noche que revelan nuestras luces artificiales, es decir esto y esto. La electricidad es un input extremadamente importante en la mayoría de los procesos productivos y el consumo. Pues bien, vean India de 1994 y la India de 2010. Mirando las luces, ¿Alguien cree que creció solo un 38 % y no un 100 %? 

Resultado: El testeo de las luces planetarias nocturnas se ajusta muchísimo mejor al PBI per capita que a las encuestas. Por lo tanto el Banco Mundial se equivoca. Gracias a la globalización y al comercio internacional relativamente libre, en la actualidad la pobreza mundial ha disminuido brutalmente del 26,8 % en 1970 a 5,4 % de la población mundial en 2006, el número de pobres bajó de 403 millones en 1970 a 152 millones en 2006 y la desigualdad mundial (entre países), usando cualquier coeficiente (Gini, Atkinson, Theil), ha bajado.

 




Hoffman, Philip T.; Jacks, David S.; Levin, Patricia A. Y Lindert, Peter H. (2002) "Real Inequality in Europe since 1500". Journal: Journal of Economic History. Vol. 62, No. 2, 322-55.

Sala-i-Martin, Xavier y Pinkovskiy, Maxim (2014), "Lights, Camera,... Income!: Estimating Poverty Using National Accounts, Survey Means, and Lights". NBER Working Paper No. 19831.

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