jueves, 17 de octubre de 2013

Los Errores de los "Nuevos Austriacos" (II): Barbas en Remojo


Él sí es un real Bills
Ya vimos que las acusaciones de “errores” contra la Escuela Austriaca y Mises no eran tales y a veces estaban infundadas. Hoy continuo, y espero terminar, con las incriminaciones adicionales a los austriacos por parte del feketiano Guillermo Barba. Los partidarios de Antal Fekete en general defienden la Real Bills Doctrine (Doctrina de las Letras Reales), aunque tal vez no sean todos los casos. 

Barba comienza diciendo que: 
"Los economistas post Mises fallaron al no desarrollar una auténtica teoría “mengeriana” del interés, a pesar de que las pistas se encontraban desde la explicación que dio el propio Menger en El Origen del Dinero."
Sin embargo no fueron los austriacos “post Mises” los que rechazaron algunos planteos de Menger en este tema. Fue el maestro de Mises y seguidor de Menger, Böhm-Bawerk (1884: 260-63), el que con anterioridad demolió parte de su teoría del interés. En absoluto eso es algo exclusivo de los sucesores de Mises, viene al menos desde la segunda generación de la Escuela Austriaca.  Pero en cuanto a teoría del capital, Mises estaba definitivamente siguiendo la tradicion de Menger y alejandose de Bawerk (Kirzner, 1976: "On the definition of capital: Böhm-Bawerk defined capital as the aggregate of intermediate products (i.e., of produced means of production) and in so doing was criticized by Menger. Menger sought "to rehabilitate the abstract concept of capital as the money value of the property devoted to acquisitive purposes against the Smithian concept of the 'produced means of production.'" As early as his work on Socialism (1923), Mises emphatically endorsed the Mengerian definition. In Human Action he pursued the question even more thoroughly through without making it explicit that he was objecting to Böhm-Bawerk's definition." y también ver Garrison, 1990). 

El error advertido por Mises (1949: 401) es evidente en este párrafo de Barba: 
“El oro es la sustancia cuya utilidad marginal es tan alta –la mayor de todas, que para todos los fines prácticos es constante. El apetito por el rey de los metales, es casi insaciable, seguido de la plata que tiene el segundo puesto en esta materia.”
El problema acá es que, a menos que hablemos de un super-avaro como el Tío Rico*, el Rey no demanda el oro en sí, sino que demanda los recursos que puede obtener con el. Esta es la diferencia esencial. Si el Rey quiere expandir su imperio por ejemplo, necesita armas. Para conseguirlas necesita comprarlas. Para comprarlas necesita oro. Es extremadamente superficial pensar que el Rey demanda oro, pues es obvio que el en realidad demanda los bienes que necesita vía el dinero (oro). Si el Rey quiere pelear una guerra, ¿De que le sirve acumular oro en bóvedas sin usarlo? El “apetito insaciable” es por recursos (riqueza) que necesita, no por oro (dinero).

Como demuestra Daniel Sanchez el concepto praxeológico de utilidad marginal (que no tiene nada que ver con saciedad) no es violable lógicamente. Ni siquiera una aparente situación de utilidad constante o creciente (como el "monstruo de utilidad") puede considerase que la viola. 

Luego dice: 
"Más aún, los “austríacos” post Mises fallaron en desarrollar todas las implicaciones del Principio de Marginalidad, en particular, en la preferencia del tiempo. Y es que ésta sólo tiene sentido cuando se le considera en términos de una preferencia marginal del tiempo."
Esto es dificil de creer. El austriaco “post Mises” Murray Rothbard (1962: 379, 386, 387) dedica casi 100 páginas de su libro a la determinación del interés usando escalas de valores temporales y análisis estrictamente marginal:
"This individual has, of necessity, a diminishing marginal utility of money, so that each additional unit of money acquired ranks lower on his value scale. This is necessarily true. Conversely, and this also follows from the diminishing marginal utility of money, each successive unit of money given up will rank higher on his value scale. The same law of utility applies to future money, i.e., to prospects of future money. To both present money and future money there applies the general rule that more of a good will have greater utility than less of it...
One inevitable characteristic of an individual’s time-preference schedule is that eventually, after a certain amount of present money has been supplied on the market, no conceivable interest rate could persuade him to purchase more future goods. The reason is that as present money dwindles and future money increases in a man’s possession, the marginal utility of the former increases on the man’s value scale, and the marginal utility of the latter decreases. In particular, every man must consume in the present, and this drastically limits his savings regardless of the interest rate...
In some cases, as in that of John Smith above, the person’s marginal utility of money falls too fast, as compared with that of future money, for him to participate as a net demander of present goods at low rates of interest. In other words, Smith’s time-preference ratio is too low in this area for him to become a demander of present goods and a supplier of future goods. On the other hand, Robinson’s higher schedule of time preferences is such that, at low rates of interest, he becomes a supplier of future goods for present goods."
Mises (1949: 476, 477-78) al analizar la acción en el transcurso del tiempo también habla en términos marginales:
"As a rule what separates the actor from the goal of his endeavors is more than one step only. He must make many steps. And every further step to be added to those previously made raises anew the question whether or not he should continue marching toward the goal once chosen. 
Action is not concerned with the future in general, but always with a definite and limited fraction of the future. This fraction is limited, on the one side, by the instant in which the action must take place. Where its other end lies depends on the actor’s decision and choice."
Hasta da un ejemplo (1949: 481) con una escala de valores que refleja la elección marginal temporal:
"Not only the first step toward want-satisfaction, but also any further step is guided by time preference. Once the desire a to which the scale of values assigns the rank 1 is satisfied, one must choose between the desire b to which the rank 2 is assigned and c that desire of tomorrow to which—in the absence of time preference—the rank 1 would have been assigned. If b is preferred to c, the choice clearly involves time preference. Purposive striving after wantsatisfaction must needs be guided by a preference for satisfaction in the nearer future over that in a remoter future."
El método marginal ha estado siempre presente en los análisis temporales de los austriacos. No puede decirse a la ligera que su análisis no está basado en sentido de “términos de una preferencia marginal del tiempo.”

Barba continua:
"Ésta es la del ahorrador marginal, quien es el primero en vender su bono de oro como protesta por las bajas tasas de intereses que recibe del gobierno y de los bancos, que las han empujado por debajo de la tasa de preferencia marginal del tiempo a causa de la abundancia de ahorro. Al hacerlo, recibe sus monedas de oro en propia mano."
Este no es necesariamente un análisis alejado de los austriacos “post Mises”, algo similar es lo que Hazlitt (1946: 168-69) dijo, aunque no referido al oro: 
"To argue, on the basis of an extreme example, that the volume of real savings would not be reduced by a substantial reduction in the interest rate, is like arguing that the total production of sugar would not be reduced by a substantial fall of its price because the efficient, low-cost producers would still raise as much as before. 
The argument overlooks the marginal saver, and even, indeed, the great majority of savers. The effect of keeping interest rates artificially low, in fact, is eventually the same as that of keeping any other price below the natural market. It increases demand and reduces supply."
Barba hace despues esta afirmación: "Mises y sus seguidores fallaron en revelar el nexo inseparable que hay entre el oro y el interés."

¡Es asombroso que diga eso! Porque el economista austriaco "post Mises" Guido Hülsmann (2009) recientemente ha tratado de demostrar precisamente que un cambio de la demanda del dinero mercancía (oro o plata) sí puede provocar cambios de la tasa de interés pura (diferencial de precios), mientras que un cambio de la demanda de dinero fiat no lo haría. Algo que Rothbard (1962: 774-75) había negado y que por tanto también había tratado en su libro.

Independientemente de quien tenga razón (Rothbard o Hülsmann), ese solo hecho revela que los austriacos "post Mises" discutieron, discuten y tienen en cuenta el nexo entre interés y dinero mercancía oro. Que no sea el que los seguidores de Fekete creen que es, no implica para nada que "fallaron en revelar el nexo".

Además el hecho de que mantener dinero (metálico por ejemplo) en los saldos de tesorería requiere el sacrificio de (además de lo que se podría haber adquirido con el) la tasa de interés, es algo tenido totalmente en cuenta por Mises (1949: 426-27). 
"The keeping of cash holding requires sacrifices. To the extent that a man keeps money in his pockets or in his balance with a bank, he forsakes the instantaneous acquisition of goods he could consume or employ for production. In the market economy these sacrifices can be precisely determined by calculation. They are equal to the amount of originary interest he would have earned by investing the sum. The fact that a man takes this falling off into account is proof that he prefers the advantages of cash holding to the loss in interest yield."
Como explica Robert Murphy (2008: 157) en su guía de estudio: 
"Holding cash balances requires a definite sacrifice, as theowner of a specific quantity of money must forego the goods for which it could immediately be traded, and the interest it could earn if lent. This consideration demonstrates that money provides services merely by resting “idle” in one’s cash balance."
La demanda de dinero depende de consideraciones subjetivas, no simplemente de la tasa de interés, la misma solo entra en la escala valorativa que en ultima instancia determina la demanda de dinero. Irónicamente la explicación de Barba acerca a los “nuevos” austriacos a los keynesianos.

Barba por último dice:
"La omisión final de los economistas “austríacos” post Mises, es no haber estudiado la especulación a profundidad, en especial después del embargo al oro impuesto de forma unilateral por Estados Unidos en 1971, y el inicio poco tiempo después del comercio de futuros de oro, con la que el sistema se dotó de la (falsa) capacidad de crear oro de la nada vía el apalancamiento de “oro” papel."
Hay muchos trabajos austriacos actuales que tienen en cuenta la especulación, solo por citar un par que encontré a al azar. Bagus (2007) tiene un paper de cómo la expansión crediticia incrementa y financia proactiva y reactivamente la especulación y burubja de precios de activos, lo que coincide con Huerta de Soto (2004: "[L]a creación monetaria en forma de expansión crediticia permite la financiación inicial de proyectos de inversión... surgirá una grave descoordinación o desajuste intertemporal entre el comportamiento de inversores y consumidores. Este desajuste se manifestará, inicialmente, en una burbuja de inversión especulativa financiada por la inflación fiduciaria que terminará afectando a los precios de los bienes de capital que tenderán a elevarse desproporcionadamente..."). Parnaudeau (2008) muestra que la especulación motivada por la desviación de la tasa de interés de corto con respecto a la “tasa natural”, pudo provocar fluctuaciones de largo plazo en países europeos.

Salerno (2006) demuestra que la teoría de los precios austriaca desde Mises, tiene en cuenta la especulación en la determinación de los precios por ejemplo:
"It is important to be clear on precisely the sense in which the concept of “market-clearing price” is used in the theory of money prices and what it implies for the formulation of supply and demand schedules. Since the theory of money prices deals with quantities of money that are actually transferred in exchange, i.e., what Mises (1998, p. 327) called “actual market prices” and Marget (1966, vol. 2, p. 222) labeled “realized prices,” the demand and supply curves that are relevant to the determination of money prices are instantaneous curves whose shape and position inevitably embody speculative forecasts and incomplete knowledge of arbitrage opportunities... Prices at any moment are determined by the existing stocks of the various goods and money and existing value scales of buyers and sellers (which incorporate available though imperfect knowledge and speculative and fallible anticipations of future market conditions)."
Pero además hay artículos pre y post 1971 de austriacos y "fellow travelers" sobre qué es la especulación, una entrada de wiki, su función social en la bolsa, en el precio del petróleo, en los mercados de futuros, como trabaja justo a tiempo, sobre las reservas especulativas, como los especuladores previenen pérdidas, como la especulación ayuda a conservar el petróleo y por supuesto Walter Block con su impecable y clásica defensa.

La omisión final de los economistas “austríacos” post Mises, es no haber estudiado la especulación a profundidad, en especial después del embargo al oro impuesto de forma unilateral por Estados Unidos en 1971, y el inicio poco tiempo después del comercio de futuros de oro, con la que el sistema se dotó de la (falsa) capacidad de crear oro de la nada vía el apalancamiento de “oro” papel. - See more at: http://inteligenciafinancieraglobal.blogspot.com.ar/#sthash.tJZfh9iq.dpu
La omisión final de los economistas “austríacos” post Mises, es no haber estudiado la especulación a profundidad, en especial después del embargo al oro impuesto de forma unilateral por Estados Unidos en 1971, y el inicio poco tiempo después del comercio de futuros de oro, con la que el sistema se dotó de la (falsa) capacidad de crear oro de la nada vía el apalancamiento de “oro” papel. - See more at: http://inteligenciafinancieraglobal.blogspot.com.ar/#sthash.tJZfh9iq.dpuf
Muy claro está que Mises no era infalible. Nadie lo ha sido nunca ni lo será jamás en el (¿único?) Universo donde vivimos. Mises cometió numerosas equivocaciones. Sin embargo no podemos achacarle a él y a sus seguidores errores que no cometieron, de hecho no podemos hacerle eso a nadie, ni a nuestros peores enemigos intelectuales. Porque lejos de atacarlos a ellos, nos estaremos atacando nosotros en cuanto alguien demuestre lo que estamos haciendo.




*Hay que notar además que para el avaro Tío Rico el oro no es dinero, pues no lo demanda para intercambiarlo luego por los bienes que desea. El oro para él es un bien de consumo, satisface una necesidad subjetiva directa: El placer de sentir que posee mucho. El obtiene satisfacción acumulándolo, no usándolo para cambios indirectos.

La omisión final de los economistas “austríacos” post Mises, es no haber estudiado la especulación a profundidad, en especial después del embargo al oro impuesto de forma unilateral por Estados Unidos en 1971, y el inicio poco tiempo después del comercio de futuros de oro, con la que el sistema se dotó de la (falsa) capacidad de crear oro de la nada vía el apalancamiento de “oro” papel. - See more at: http://inteligenciafinancieraglobal.blogspot.com.ar/#sthash.tJZfh9iq.dpuf

Bibliografía: 

Bagus, Philipp (2007), "Asset Prices – An Austrian Perspective". Journal: Procesos de Mercado: Revista Europea de Economía Política. Vol. 4, No. 2, 57-93.

Böhm-Bawerk, Eugen von (1884), Capital and Interest: A Critical History of Economic Theory. NY: MacMillan and Co. 1890. 

Garrison, Roger W. (1990) "Austrian Capital Theory: The Early Controversies". Journal: History of Political Economy. Vol. 22, 133-154.  

Hazlitt, Henry (1946), Economics in One Lesson. Mises Institute. Auburn, Alabama. 2008. 

Huerta de Soto, Jesús (2004), "La Teoría de la Eficiencia Dinámica". Journal: Procesos de Mercado: Revista Europea de Economía Política. Vol. 1, No. 1, 11 a 71.

Hülsmann, Jörg Guido (2009), “The Demand for Money and the Time-Structure of Production”. En Hülsmann, Jörg Guido y Kinsella, Stephan (2009), Property, Freedom, and Society: Essays in Honor of Hans-Hermann Hoppe. Mises Institute. Auburn, Alabama. 2009. 309-24. 

Kirzner, Israel M. (1976) "Ludwig von Mises and The Theory of Capital and Interest". En Moss, Laurence S. (1976) The Economics of Ludwig von Mises: Toward a Critical Reappraisal. Kansas City: Sheed and Ward, Inc. 

Mises, Ludwig von (1949), Human Action. The Scholar's Edition. Mises Institute. Auburn, Alabama. 1998. 

Murphy, Robert P. (2008) Study Guide to Human Action: A Treatise on Economics. Mises Institute. Auburn, Alabama. 2008.  

Parnaudeau, Miia (2008), "European Business Fluctuations in the Austrian Framework". Journal: The Quarterly Journal of Austrian Economics. Vol. 11, No. 2, 94–105. 

Rothbard, Murray N. (1962) Man, Economy, and State, with Power and Market. Mises Institute. Auburn, Alabama. 2004.

Salerno, Joseph T. (2006) “A Simple Model of the Theory of Money Prices”. Journal: The Quarterly Journal of Austrian Economics. Vol. 9, No. 4, 39–55.

lunes, 14 de octubre de 2013

Los Errores de los "Nuevos Austriacos"


Una de las divisiones más importantes dentro de la Escuela Austriaca de Economía es entre Free Bankers (Selgin , White, Schuler, Cwik, Horwitz, etc.) que defienden la libertad bancaria sin Banco Central pero con reserva fraccionaria para los bancos privados y los Full-Reservers (Rothbard, Salerno, Huerta de Soto, Hoppe, Block, Hülsmann, etc.) que defienden la libertad bancaria sin Banco Central y sin reserva fraccionara (un coeficiente de 100%) ya sea por motivos éticos (es un fraude) o por motivos económicos (su inestabilidad inherente provoca ciclos económicos y la necesidad de un Banco Central). Sin embargo hay una tercera rama más pequeña, que podríamos ubicar del lado de los Free Bankers (Hülsmann, 1996) aunque tienen sus diferencias y ambos defienden la reserva fraccionaria, que son los Teóricos de la Liquidez (Fekete, Sproul, Rallo, Capella, Castillo, etc.) que defienden la doctrina de las Letras Reales (Real Bills Doctrine). A esta última adscribe Guillermo Barba, el autor de esta crítica que quiero revisar a continuación, en particular los errores que el autor adjudica a los austriacos. Debo advertir además que mi crítica es al artículo del autor, no al "manifiesto" de Feteke.

Barba comienza por señalar 3 "errores" que los austriacos post-Mises (aunque también lo incluye a el) han cometido. Veamos uno por uno. 

1) En el primer “error” señalado por Barba hay por los menos dos equivocaciones:  
"Entre ellas está, primero, el haber adoptado la Teoría del Equilibrio General de los precios, a pesar de que Menger mismo fue el primero en desafiar a Aristóteles, señalando que el fenómeno de los precios reside en el desequilibrio." (negritas originales)
Sin embargo Mises (1949: 326), dentro de su mayor obra en el capítulo llamado "Precios", explícita y específicamente dice que su construcción imaginaria ERE (evenly rotating economy, discutiblemente similar al equilibrio general) no sirve para los precios, aunque puede ser útil para comprender los beneficios y perdidas empresariales.   
"The imaginary construction of the evenly rotating economy is a mental tool for comprehension of entrepreneurial profit and loss. It is, to be sure, not a design for comprehension of the pricing process. The final prices corresponding to this imaginary conception are by no means identical with the market prices." (negritas y cursiva mías)
La segunda equivocación está acá:
"Esto quiere decir que los precios son dinámicos, no estáticos, y que por tanto no existe sólo uno, sino que varían entre dos extremos: el más alto (“ask” en inglés) y el más bajo (“bid”)."
Porque una lectura de Mises (1949: 324) demuestra que no ignoraba para nada eso. Primero Mises deja claro que, en un acto de intercambio, hay un margen dentro del cual los precios fluctúan y se terminan determinando: 
"In an occasional act of barter in which men who ordinarily do not resort to trading with other people exchange goods ordinarily not negotiated, the ratio of exchange is determined only within broad margins. Catallactics, the theory of exchange ratios and prices, cannot determine at what point within these margins the concrete ratio will be established." (negritas y cursivas mías)
Esos “márgenes amplios” entre las valoraciones (y lo que están dispuestos a pagar o recibir) de compradores y vendedores, demuestran que Mises no hablaba de "un solo precio". A medida que aumenta la concurrencia al mercado y gracias al uso del dinero, esos márgenes se reducen, pero no desaparecen. 
"The multiplication of the acts of exchange and the increase in the number of people offering or asking for the same commodities narrow the margins between the valuations of the parties. Indirect exchange and its perfection through the use of money divide the transactions into two different parts: sale and purchase. The divisibility of money, unlimited for all practical purposes, makes it possible to determine the exchange ratios with nicety. The exchange ratios are now as a rule money prices. They are determined between extremely narrow margins: the valuations on the one hand of the marginal buyer and those of the marginal offerer who abstains from selling, and the valuations on the other hand of the marginal seller and those of the marginal potential buyer who abstains from buying." (negritas y cursivas mías)
Mises seguía la teoría de los precios de Böhm-Bawerk cuyas parejas marginales tienen perfectamente en cuenta los "dos precios" o "dos extremos" que dice Barba.

Por lo tanto no es cierto que Mises adoptó "la Teoría del Equilibrio General de los precios" ni es cierto que dijo que exista un solo precio en un intercambio.

Alguien me pasó este comentario de Mises (1949: 756-57) para demostrar que era teórico del equilibrio: 
"The characteristic feature of the market price is that it tends to equalize supply and demand. The size of the demand coincides with the size of supply not only in the imaginary construction of the evenly rotating economy. The notion of the plain state of rest as developed by the elementary theory of prices is a faithful description of what comes to pass in the market at every instant. Any deviation of a market price from the height at which supply and demand are equal is—in the unhampered market—self-liquidating." (negritas y cursivas mías)
Sin embargo tampoco es así. Hay que distinguir entre  las construcciones que Mises usa: "Plain state of rest", "final state of rest" y "evenly rotating economy".

En esa cita Mises habla del "plain state of rest" (PSR). Un PSR no es un equilibrio general y ¡Ni siquiera es un equilibrio! (Salerno, 1993: "Mises calls the "plain state of rest" (PSR),13 in which no market participant, given his existing marginal-utility rankings of goods and money and knowledge of prevailing prices, can enhance his welfare by participating in further exchange. However, despite their character as market-clearing prices, these are also disequilibrium prices." -negritas y cursivas mías). El mismo es lo que ocurre en la realidad todos los días, es únicamente transitorio y no es una construcción imaginaria. Es lo que pasa al final del día en el mundo real cuando cierra la bolsa por ejemplo o en algún mercado donde los precios son más o menos estables y llega un momento en que no hay más operaciones al final de la jornada. Ocurre cada vez que un comprador y vendedor se ponen de acuerdo en un precio y hacen un intercambio agotando ambos momentáneamente las ganancias (que subjetivamente creen obtuvieron) de ese cambio (Klein, 2010: 135), como cuando uno va a comprar un chicle a un kiosco. Es lo que Menger llamaba “points of rest”, con lo cual Mises nunca se apartó de la tradición de Carl en esto, como dice Barba (Menger, 1871: 188: “But even in this chain of transactions we can, by observing closely, find points of rest at particular times, for particular persons, and with particular kinds of goods. At these points of rest, no exchange of goods takes place because an economic limit to exchange has already been reached.”).

El "final state of rest" (FSR) sí es una construcción imaginaria donde sí hay final prices (de equilibrio). No se debe confundir un "final" (equilibrio general) con un "plain" (real) "state of rest". Los precios del PSR no coinciden en nada con los del FSR ni con los del ERE.

Barba además dice: "El “equilibrio” de oferta y demanda además –explica Fekete, es un concepto espurio por otra razón: no considera en absoluto el rol que juega en la realidad actual, la especulación." (negritas originales)

Es increíble que diga eso, en especial el uso de la frase "en absoluto" si es que se está refiriendo a autores austriacos. Rothbard en su libro por ejemplo ¡Tiene secciones enteras dedicadas a la especulación y la determinación de precios! Una se llama "Speculation and Supply and Demand Schedules" que trata sobre cómo se forman los precios de "equilibrio" en condiciones de trueque (direct exchange). A pesar de analizar precios de "equilibrio" (porque los primeros capítulos de su libro son de análisis elemental "estático"), Rothbard muestra lo importante que es la especulación y como acelera que se alcancen (Rothbard, 1963, 133: "Such unanimously correct forecasts are not likely to take place in human action, but this case points up the fact that, the more this anticipatory, or speculative, element enters into supply and demand, the more quickly will the market price tend toward equilibrium."). Luego hace el análisis con dinero y dinámico después.

Y peor aún, para Mises (1949: 295, 106) las perdidas y las ganancias empresariales son producto del desequilibrio y la especulación es inherente a toda acción siempre.
"Profit and loss are, on the contrary, always a phenomenon of a deviation from “normalcy,” of changes unforeseen by the majority, and of a “disequilibrium.” They have no place in an imaginary world of normalcy and equilibrium... Every action refers to an unknown future. It is in this sense always a risky speculation"
Es precisamente esa especulación de los empresarios lo que revoluciona el mercado y mueve la estructura de los precios (Mises, 1949: 539-40):
"The most provident and enterprising individuals are driven to earn profit by readjusting again and again the arrangement of production activities so as to fill in the best possible way the needs of the consumers, both those needs of which the consumers themselves are already aware and those latent needs of the satisfaction of which they have not yet thought themselves. These speculative ventures of the promoters revolutionize afresh each day the structure of prices and thereby also the height of the gross market rate of interest."
2) El segundo error según Barba es:
"En segundo lugar, los economistas post Mises abrieron sus brazos a la Teoría Cuantitativa del Dinero, a pesar de que Menger nunca lo hizo. De hecho, esa teoría va en contra de su concepto de “marketability”, basado en el principio de la utilidad marginal, con la que de hecho planteó una teoría cualitativa del dinero." (negritas originales)
De más está decir que Mises (desde su primer libro) ha sido posiblemente el principal crítico de la Teoría Cuantitativa y sus errores dentro de la Escuela Austriaca. Barba parece no estar atacándolo a él en este párrafo, sino a sus seguidores.

Pero aun acá falla. Rothbard (Hazlitt también) siempre ha sido muy  crítico de la Teoría Cuantitativa, aun cuando ha usado el supuesto neutral del dinero en alguno de sus análisis solo de manera heurística pero siempre recordando lo irreal de ese supuesto, incluso desarrolla una de las mejores críticas de la ecuación de Fisher (MV=PQ) jamas hechas. Henry Hazlitt en todos sus escritos siempre enfatizó la calidad del dinero además de su cantidad (Hazlitt, 1946: 151: "The value of money, as we have seen, depends upon the subjective valuations of the people who hold it. And those valuations do not depend solely on the quantity of it that each person holds. They depend also on the quality of the money." y Hazlitt, 1960: 4: "Again, the value of any monetary unit, such as the dollar, depends not merely on the quantity of dollars but on their quality.").

Bagus (2009) explica que debido a que Mises (1949: 398: "Money is the thing which serves as the generally accepted and commonly used medium of exchange. This is its only function. All the other functions which people ascribe to money are merely particular aspects of its primary and sole function, that of a medium of exchange"), al igual que Menger (1871: 280: "But it appears to me to be just as certain that the functions of being a “measure of value” and a “store of value” must not be attributed to money as such, since these functions are of a merely accidental nature and are not an essential part of the concept of money."), mantenía que el "medio de cambio" era la única función del dinero (ellos no consideraban al "depósito de valor" como una función, sino simplemente como un aspecto que se desprendía de la función de intercambio), eso no le permitió desarrollar una teoría cualitativa del dinero. Hayek tambien pensaba como Mises y Menger (Hayek, 1976: 55: "To serve as a widely accepted medium of exchange is the only function which an object must perform to qualify as money, though a generally accepted medium of exchange will generally acquire also the further functions of unit of account, store of value, standard of deferred payment, etc. The definition of money as 'means of payment' is, however, purely circular, since this concept presupposed debts incurred in terms of money. Cf. L. v. Mises [45], pp. 34 ff."). Aun cuando la interpretación de Bagus puede ser discutible, el hecho de que a) la mayoría de los austriacos post Mises rechazaron y rechazan la Teoría Cuantitativa y b) uno de los continuadores más importantes de la Escuela (Hazlitt) siempre enfatizó la calidad de dinero, demuestra que la frase "los economistas post Mises abrieron sus brazos a la Teoría Cuantitativa del Dinero" es, como mínimo, exagerada. 

Una gran ironía de esto es que si Mises cometió el error que Barba le adjudica (el de no haberse fijado en la calidad del dinero al enfocarse en el solo como medio de intercambio y no como depósito de valor), fue precisamente porque Mises continuaba lo que Menger ya había expuesto. Por lo tanto adjudicarle alguna "desviación" de la tradición de Menger a Mises y sus seguidores sería absurdo. Y los que realmente se habrían desviado de Menger fueron los "Nuevos" austriacos. 

Para no explayarme mucho más en este post solo diré que sobre el tema de que el oro o el dinero tiene utilidad marginal "constante" el gran crítico de Fekete, Robert Blumen, se ha encargado de demostrar lo absurdo que sería eso. Desde el punto de vista Austriaco la utilidad marginal jamás puede ser ni constante ni creciente para ningún bien económico. Desde el punto de vista neoclásico es posible hacer una "función" de utilidad constante o creciente, en todo caso esto acerca a los "Nuevos" austriacos al mainstream y los aleja de los austriacos. Mises (1949: 401) refutó esa idea para el dinero y Rothbard (1963: 311-15) también.

3) Llegamos así al tercer error:
"Asimismo, el tercer error de Mises es haber desestimado la Doctrina de las Letras Reales de Adam Smith como “inflacionaria”. Al hacerlo, ignoró de nuevo a Menger que en su ensayo “Geld”, sugirió que un completo sistema de pagos requeriría de la utilización de una cámara de compensación de letras reales de corto plazo (máximo 91 días). Menger las consideró como “muy benéficas para la economía”."
Aquí Barba tiene razón en que Mises rechazó la doctrina de las letras reales como inflacionaria. ¿Por qué lo hizo? ¡Porque de verdad lo es! (ver acá, acá, acá y acá)

Y como inflacionaria que es, puede provocar ciclos expandiendo el crédito sin respaldo de ahorro real. Hayek mostró como la doctrina fue una de las principales causas de la Gran Depresión (White, 2012: 98: "Policy based on the real bills doctrine was, for Hayek, not just a minor error. It was a principal source of the great Depression the world was experiencing." y Hayek, 1929: 96-98 de la edición 2008).

El free banker Richard Timberlake ha demostrado también que el abandono del (verdadero) Patron Oro y su reemplazo con la Doctrina de las Letras Reales (Real Bills Doctrine) por parte de la FED, contribuyó al cataclismo de la Gran Depresión (Timberlake, 2007: “After Strong’s death, with real bills central bankers in charge, the Great Contraction devastated both the monetary and the economic systems... The gold standard did not succeed; neither did it fail. The issue is not even moot, because the gold standard was not functional. What failed was the theory—the real bills doctrine—that U.S. central bankers used in its place to guide monetary policy into the monetary disequilibrium that never ended.”).

El rechazo por parte de la Escuela Austriaca a la doctrina de las Letras Reales está bien justificado.  Vale la pena ver este video de Huerta de Soto desde el minuto 5:45 hasta el 22:53 donde no solo muestra lo inflacionaria que es la "Teoría de la Liquidez" y como puede causar ciclos, sino que además "ataca" muy sutilmente a Fekete.



Bibliografía  

Bagus, Philipp (2009), "The Quality of Money". Journal: The Quarterly Journal of Austrian Economics. Vo1. 12, No. 4, 22-45.

Hayek, Friedrich von (1929), "Monetary Theory and the Trade Cycle". Se encuentra en Salerno, Joseph T. (2008) Prices and Production and Other Works. Mises Institute. Auburn, Alabama. 2008. 
 
Hayek, Friedrich von (1976), Denationalisation of Money -The Argument Refined. Institute of Economic Affairs. 1990.

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Klein, Peter G. (2010) The Capitalist and the Entrepreneur: Essays on Organizations and Markets. Mises Institute. Auburn, Alabama. 

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Mises, Ludwig von (1949), Human Action. The Scholar's Edition. Mises Institute. Auburn, Alabama. 1998.
   
Rothbard, Murray N. (1963) Man, Economy, and State, with Power and Market. Mises Institute. Auburn, Alabama. 2004.
  
Salerno, Joseph T. (1993) "Mises and Hayek Dehomogenized" Journal: The Review of Austrian Economics. Vo1. 6, No. 2, 113-46.

Timberlake, Richard H. Jr. (2007) "Gold Standards and the Real Bills Doctrine in U.S.  Monetary Policy". Journal: The Independent Review. Vol. 11, No. 3, 325–354.

White, Lawrence H. (2012) The Clash of Economic Ideas: The Great Policy Debates and Experiments of the Last Hundred Years. Cambridge University Press.

sábado, 12 de octubre de 2013

Mises on "Fixed Prices"

I don't know who this guy is or what he says, but I like him

After my critique (here and here) of the assertion that firms can control prices, I was reading Mises' book about money. I was glad to see that he already agreed with me from the beggining.



In The Theory of Money and Credit, Mises (1912a: 162-65) says:
"The modern theory of prices has stated all its propositions with a view to the case of direct exchange. Even where it does include indirect exchange within the scope of its considerations, it does not take sufficient account of the peculiarity of that kind of exchange which is dependent upon the help of the common medium of exchange, or money. This, of course, does not constitute an objection to the modern theory of prices. The laws of price determination which it has established for the case of direct exchange are also valid for the case of indirect exchange, and the nature of an exchange is not altered by the use of money. Nevertheless, the monetary theorist has to contribute an important addition to the general theory of prices.

If a would-be buyer thinks that the price demanded by a would be seller is too high, because it does not correspond to his subjective valuations of the goods in question, a direct exchange will not be feasible unless the would-be seller reduces his demands. But by indirect exchange, with money entering into the case, even without such a reduction there is still a possibility that the transaction may take place. In certain circumstances the would-be buyer may decide to pay the high price demanded, if he can hope similarly to obtain a better price than he had reckoned upon for those goods and services that he himself has to dispose of. In fact, this would very often be the best way for the would-be buyer to obtain the greatest possible advantage from the transaction. Of course, this will not be true, as in the case of transactions like those of the stock exchange, or in individual bargaining, when both parties cooperate immediately in the determination of prices and consequently are able to give direct expression to their subjective estimates of commodity and medium of exchange. But there are cases in which prices appear to be determined one-sidedly by the seller, and the buyer is obliged to abstain from purchase when the price demanded is too high. In such a case, when the abstention of the purchaser indicates to the seller that he has overreached his demand, the seller may reduce his price again (and, of course, in so doing, may possibly go too far, or not far enough). But under certain conditions a different procedure may be substituted for this roundabout process. The buyer may agree to the price demanded and attempt to recoup himself elsewhere by screwing up the prices of the goods that he himself has for sale. Thus a rise in the price of food may cause the laborers to demand higher wages. If the entrepreneurs agree to the laborers' demands, then they in turn will raise the prices of their products, and then the food producers may perhaps regard this rise in the price of manufactured goods as a reason for a new rise in the price of food. Thus increases in prices are linked together in an endless chain, and nobody can indicate where the beginning is and where the end, or which is cause and which effect.

In modern selling policies "fixed prices" play a large part. It is customary for cartels and trusts and in fact all monopolists, including the state, to fix the prices of their products independently, without consulting the buyers; they appear to prescribe prices to the buyer. The same is often true in retail trade. Now this phenomenon is not accidental. It is an inevitable phenomenon of the unorganized market. In the unorganized market, the seller does not come into contact with all of the buyers, but only with single individuals or groups. Bargaining with these few persons would be useless, for it is not their valuations alone but those of all the would-be purchasers of the good in question that are decisive for price determination. Consequently the seller fixes a price that in his opinion corresponds approximately to what the price ought to be (in which it is understandable that he is more likely to aim too high than too low), and waits to see what the buyers will do. In all of those cases in which he alone appears to fix prices, he lacks exact knowledge of the buyers' valuations. He can make more or less correct assumptions about them, and there are merchants who by close observation of the market and of the psychology of buyers have become quite remarkably expert at this; but there can be no certainty. In fact, estimates often have to be made of the effects of uncertain and future processes. The sole way by which sellers can arrive at reliable knowledge about the valuations of consumers is the way of trial and error. Therefore they raise prices until the abstention of the buyers shows them that they have gone too far. But even though the price may seem too high, given the current value of money the buyer may still pay it if he can hope in the same way to raise the price which he "fixes" and believes that this will lead more quickly to his goal than abstention from purchasing, which might not have its full effect for a long time and might also involve a variety of inconveniences to him. In such circumstances the seller is deprived of his sole reliable check upon the reasonableness of the prices he demands. He sees that these prices are paid, thinks that the profits of his business are increasing proportionately, and only gradually discovers that the fall in the purchasing power of money deprives him of part of the advantage he has gained. Those who have carefully traced the history of prices must agree that this phenomenon repeats itself a countless number of times. It cannot be denied that much of this passing on of price increases has indeed reduced the value of money, but has by no means altered the exchange ratios between other economic goods in the intended degree.

In order to guard against any possible misunderstanding, it should be explicitly stated that there is no justification for drawing the conclusion from this that all increases of prices can be passed on in this way, and so perhaps for assuming that there is a fixed exchange ratio between the different economic goods and human efforts. To be consistent, we should then have to ascribe the rise in the money prices of goods to the vain efforts of human greed. A rise in the money price of a commodity does as a rule modify its exchange ratio to the other commodities, although not always in the same degree as that in which its exchange ratio to money has been altered.

The champions of the mechanical version of the quantity theory may perhaps admit the fundamental correctness of this line of argument, but still object that every variation in the objective exchange value of money that does not start from changes in the relations between the supply of money and the demand for it must be automatically self-correcting. If the objective exchange value of money falls, then the demand for money must necessarily increase, since in order to cope with the volume of transactions a larger sum of money is necessary. If it were permissible to regard a community's demand for money as the quotient obtained by dividing the volume of transactions by the velocity of circulation, this objection would be justified. But the error in it has already been exposed. The dependence of the demand for money on objective conditions, such as the number and size of the payments that have to be coped with, is only an indirect dependence through the medium of the subjective valuations of individuals. If the money prices of commodities have risen and each separate purchase now demands more money than before, this need not necessarily cause individuals to increase their stocks of money. It is quite possible, despite the rise of prices, that individuals will form no intention of increasing their reserves, that they will not increase their demand for money. They will probably endeavor to increase their money incomes; in fact this is one way in which the general rise of prices expresses itself. But increase of money incomes is by no means identical with increase of money reserves. It is of course possible that individuals' demands for money may rise with prices; but there is not the least ground for assuming that this will occur, and in particular for assuming that such an increase will occur in such a degree that the effect of the decrease in the purchasing power of money is completely canceled. Quite as justifiably, the contrary assumption might also be hazarded, name1y that the avoidance of unnecessary expenditure forced upon the individual by the rise of prices would lead to a revision of views concerning the necessary level of cash reserves and that the resultant decision would certainly be not for an increase, but rather for even a decrease, in the amount of money to be held." (bold and italics are mine)
It must be emphasized that this quote is present even in the original 1912 german edition (Mises, 1912b: 180-84), where "festen Preise" means "fixed prices" (according to Google). 

Milton Shapiro explains this very well in his refutation of “administered price” theory in his book (Shapiro, 1974: 366):
“For instance, no real-world firm really has the "power" to suspend the law of demand and supply—that is, to avoid ending up with a surplus for overpricing its product, or to avoid less-than-maximum profits by underpricing its product and realizing a shortage. Sooner or later, after trial-and-error searching for the market-clearing price, every real-world firm finds itself eventually having to "take" the market price that actually clears its supply. Thus real-world firms are "price-takers" no less than firms in pure competition, the only difference being this: PC firms "take" their P from the market right from the start (they have perfect knowledge!), whereas real firms "take" their P only after trial-and-error search in the market. Irony of ironies: real firms are, in an ultimate sense, price-takers, too!”
Two things must be clear:

1) Firms do not and can not violate or suspend the Law of supply and demand.

2) Firms do not violate consumer sovereignty by “fixing prices”.




Bibliography

Mises, Ludwig von (1912a), The Theory of Money and Credit. New Haven: Yale University Press. 1953.

Mises, Ludwig von (1912b), Theorie des geldes und der Umlaufsmittel. Munchen und Leipzig: Ferlag von Duncker & Humblot. 

Shapiro, Milton M. (1974) Foundations of the Market Price System. University Press of America, Inc. 1985.

sábado, 5 de octubre de 2013

Teorías Horribles sobre la Inflación


Luego de un periodo de relativa estabilidad de precios, la inflación en Argentina ha vuelto a ser un problema en la última década. Como era de esperar, el gobierno, además de mentir con los números que “miden” la suba de precios, ha hecho todo lo que puede para desligarse de la causa de la inflación. Para cumplir esta misión, los propagandistas gubernamentales han tenido que recurrir a teorías refutadas hace años. Dos de ellas son la teoría de la “Puja Distributiva” y la de la “Inflación Oligopólica”. En este largo post intentaré demostrar las falacias teóricas así como las pruebas empíricas que refutan ambas.

Falacias Teóricas

La "Puja Distributiva"

Esta teoría dice básicamente que el proceso inflacionario es resultado acumulativo de la puja entre empresarios y sindicatos de empleados por obtener una parte del ingreso generado. Es decir que ante un aumento de los salarios, el empresario (al ver elevado sus costos y disminuido sus beneficios o ingreso) aumentará el precio del bien que vende, pues se supone que tiene cierto control sobre él, para mantener su rentabilidad y descargar el aumento salarial sobre los consumidores. Los trabajadores (al ver elevado el precio de lo que compran y disminuidos su ingresos) para “recuperar” el poder adquisitivo perdido, pedirán nuevamente un aumento salarial. El proceso se reanudará y el resultado serán precios más altos. También se puede incluir que el empresario puje con los clientes el precio. Cada aumento agregadamente provocará e impulsará el proceso inflacionario. La teoría sin embargo tiene defectos fatales. 

1) No se le "saca" a los empresarios necesariamente: La primera falacia es que en realidad no hay "puja" entre empleados y empleadores, sino que el conflicto le quita a los consumidores y a otros trabajadores. Al pedir un aumento de salarios, los sindicatos perjudican a otros trabajadores y "explotan" a los consumidores, no a los productores (Hutt, 1930). Los sindicatos no están "recuperando" (o "pujando por") algo que el empresario les "quitó", sino que están ganando a costa de otros "proletarios". Lo que los trabajadores "recuperan" no se lo quitan al empleador sino al consumidor y a otros asalariados. El problema es que la gran mayoría de los consumidores son trabajadores, por lo tanto la ganancia de los trabajadores sobre los consumidores, en realidad es una pérdida para ellos mismos. 

Cualquier grupo de personas propietarias de un factor de producción puede obtener un precio mayor manteniendo fuera de oferta a otros propietarios de factores. En la medida que logran excluir a otros que también ofrecen el factor, provocan que haya menos oferta del bien que ayudan a producir (aun cuando su valor agregado podría no bajar). La ganancia de ese grupo se debe a las pérdidas de a) los excluidos de cooperar para producir más y de b) los que compran el bien pues deberán pagar un precio mayor por unidad por la reducción de la oferta. Esto es precisamente lo que hacen los sindicatos: Al querer obtener un mayor salario, usando variados métodos en general violentos, provocan que los trabajadores menos productivos (los marginales, los que no producen lo suficiente que justifique el aumentado salario) sean desplazados o excluidos. Al reducirse la oferta (hay menos trabajadores pues muchos fueron excluidos) un grupo privilegiado puede gozar de mayor salario. Como ha caído la demanda de muchos trabajadores (marginales), también se desplomó la demanda de muchos bienes complementarios (de capital) usados por ellos (por ejemplo una caída en la demanda de cocineros en McDonald’s provocará una caída en la demanda de espátulas para dar vuelta hamburguesas calientes), es decir que los capitalistas también pierden. Al mismo tiempo al haber menos trabajadores produciendo de los que habría sin el pedido de mayor salario del sindicato, la producción y oferta del bien se reduce y por tanto el precio sube, con lo cual pierden los consumidores. En otras palabras los sindicatos pueden ganar y obtener mayores salarios únicamente haciendo perder a a) los trabajadores menos productivos al dejarlos fuera desempleados (perjudicando también a otros trabajadores de otras ramas pues estos desempleados harán bajar sus salarios), b) a los capitalistas al disminuir la demanda de los bienes de capital complementarios que usan los trabajadores despedidos y c) a los consumidores haciéndolos pagar un precio más alto por la reducción de la oferta del bien (Hutt, 1930: 113-17).

Debe quedar claro que el hecho que el precio del bien suba por la oferta disminuida no significa que haya inflación. Hay trabajadores que fueron despedidos y que demandarán menos empujando los precios hacia abajo o si los cesados se desplazaron a otros sectores entonces bajarán los salarios en ellos haciendo que haya menos gasto y bajando precios, el ingreso de algunos capitalistas también cayó y además los consumidores al tener que pagar un precio más alto por el bien tendrán menos dinero disponible para comprar otros bienes disminuyendo así sus precios (y si dejan de comprar el bien por la suba de precio, entonces este ultimo bajará para poder venderse).

Otras falacias adicionales en las que se basa este argumento es el supuesto "conflicto" entre patrones y empleados, y la alegada "desventaja" de los trabajadores frente a los empleadores (Hutt, 1930: 21-75; 1973: 61-76). 

2) Supuestos monetarios ocultos: Aun suponiendo que lo anterior no es así y que la puja entre empresarios y trabajadores es verdadera, ¿Pueden provocar inflación sin un impulso monetario? No. Supongamos que no se produce un aumento del dinero y el crédito, ¿Pueden los empresarios comenzar un boom inflacionario? No. Pero pensemos que lo intentan y todos suben sus precios. A medida que aumentan los precios de los bienes y las actividades de los empresarios se expanden, estos últimos requerirán fondos adicionales para continuar pues se incrementará la demanda sobre los factores de producción complementarios que necesitan. La aumentada demanda sobre el mercado de préstamos hará subir la tasa de interés, lo que pondrá fin al boom y provocará una tendencia a la baja de los precios anteriormente subidos. Es a) la suba de la tasa de interés bruta de mercado y b) la suba del precio de los factores necesarios para expandir la producción lo que pondrá fin a la aventura expansionista-inflacionista. Ambos efectos (de "credit crunch" y "real resource crunch") disminuyen el amplio margen entre el futuro precio superior esperado del bien y los costos. Esta es la forma en que el mercado evita y pone freno a todo intento de especulación excesiva y burbuja. Cualquier teoría que diga que el boom (y la "espiral" precios-salarios) puede continuar, implícita y lógicamente esta asumiendo que hay expansión crediticia para financiarlo y por lo tanto reconoce que la inflación tiene causa monetaria (Mises, 1949: 551-52, 583 y Hayek, 1929: 36-38 de la edición 2008). Un buen ejemplo de ello fue la burbuja de las punto com 1997-2000. En 1995 con la privatización de Internet, comenzó a avecinarse la era tecnológica y la digital, los empresarios se entusiasmaron y llenaron de optimismo notablemente comenzando a expandir esos negocios. Sin expansión crediticia todos los valores de libros contables inflados por el exagerado entusiasmo no se podrían haber realizado por la inevitable fuerza que actuaría en dirección contraria: la tasa de interés habría subido a medida que el boom se expandía reflejando la demanda aumentada contra una cantidad escasa de fondos. Este es el freno natural que la economía no intervenida por el gobierno pone a las aventuras especulativas demasiado optimistas, es el poderoso incentivo a que los empresarios paren. Pero ello no fue así. El Banco Central americano (la FED) no quería arruinar la fiesta tecnológica, por lo cual expandió y facilitó el crédito manteniendo la tasa de interés relativamente baja para financiar las aventuras empresariales y evitando el freno natural del mercado (Lewin, 2012). De esa forma, el Banco Central provocó la burbuja tecnológica.

Veamos ahora el otro lado. Suponiendo que no se produce un aumento del dinero y el crédito ¿Pueden los sindicatos comenzar un boom inflacionario? No. Si los sindicatos aumentan los salarios y los empleadores suben los precios a los consumidores para mantener sus márgenes de beneficios, mientras la oferta de dinero permanece igual, entonces algo tiene que ceder (Murphy, 2008). Supongamos que el sindicato en la industria A obtiene un aumento de salario que lo ubica por encima del de mercado (es decir la demanda de los productos de A y la productividad de los trabajadores de A). Las empresas en la industria A suben los precios por la suba de costos. Ceteris paribus esto eleva los precios en A y el nivel de los mismos. Pero inmediatamente comienza a actuar una fuerza que tenderá a bajarlos. Como la demanda de dinero no ha cambiado, el mayor nivel de precios hará que la gente necesite más dinero para cubrir su cantidad deseada. La oferta de dinero tampoco se modificó, no hay dinero adicional, por lo tanto la única manera de obtenerlo es ofrecer más bienes y reducir los gastos. En otras palabras para incrementar sus tenencias de efectivo la gente deberá a) trabajar más (producir más bienes, aumentar la oferta) y b) disminuir sus compras (disminuir su demanda). Este aumento de la oferta de bienes y baja de gasto hará bajar los precios de los bienes de otras industrias haciendo que el nivel de precios baje a su altura previa al aumento salarial. Como las compras disminuyen porque la gente quiere hacerse de más dinero, los negocios verán bajar sus ventas y deberán reducir sus precios. En este ejemplo el nivel de precios volverá a su antigua posición porque, como la oferta monetaria no cambió, es el único que balancea la demanda de dinero con su oferta. Si la oferta y demanda de dinero permanece igual, los precios aumentados en la industria A por la suba de salarios se compensan con menores precios y salarios en otras industrias, el sindicato de A solo provocó un cambio de precios relativos, pero no un aumento del nivel de precios (Batten, 1981). La subida del nivel de precios disminuye el poder adquisitivo del dinero retenido (demanda de dinero) por la gente, esto será así incluso para los afortunados a los que se les aumentó el sueldo. A pesar que su situación financiera es mejor que antes, pueden encontrar que el dinero en sus bolsillos no es suficiente dado el aumento de precios.

Les doy un caso bien extremo para entender mejor lo que ocurre. Supongamos que en Argentina todos los sindicatos se ponen de acuerdo y logran algo sin precedentes: Que a todos los trabajadores argentinos se les pague 1 millón de pesos* mensuales (U$S 104.000 a precio de dólar de mercado negro). Todos estarían contentos con semejante “logro”, los trabajadores serian millonarios. Ahora bien, suponiendo que no se produce un aumento en la cantidad de dinero, para poder pagar tan bestiales salarios (y mantener su “malvado” margen de beneficio) cualquier empresa, como por ejemplo un kiosco, debería cargar precios enormes por cada bien, la coca-cola podría pasar a valer de $14 a $3500. Pero antes de poder pagar los super-salarios, el kiosco debe primero vender a esos precios altísimos. Si la gente no tiene más dinero en el bolsillo, ¿Cómo van a pagarlos? Es una imposibilidad lógica, la gente no tiene más dinero para convalidar los precios altísimos y poder con eso pagar los ultra-salarios (que necesitan para poder pagar los precios inflados). Lo que en realidad ocurrirá, será que la inmensa mayoría de las empresas del país se fundirán y el desempleo será astronómicamente alto. La suba masiva de salarios solo provocará una caída del producto como jamás se ha visto en la historia de un país y un desempleo del, digamos, 99% (piénsenlo, ¿Cuantos trabajos existen en el país que aguanten pagar $1 millón al mes de sueldo? Muy pocos). Pero de ninguna manera habría inflación alta, los precios aumentados miles de veces no tienen con que sustentarse, no subirán. Si nadie pone el dinero y paga, los precios por las nubes no valen. De la misma manera que no causa inflación si alguien pide $20 millones por un Fiat Duna usado modelo 97.

La política violenta e ineficiente de los sindicatos no puede causar inflación, a menos que sea acompañada por aumento de la cantidad de dinero y crédito. Los sindicatos actuales (y desde hace décadas) provocan desempleo de parte de la mano de obra para crear privilegios a algunos miembros al elevar el salario por encima de lo que el mercado determinaría, bajan los salarios de otros trabajadores, usan métodos violentos, incentivan malestar entre trabajadores y patrones para su provecho, envenenan ideológicamente a sus compañeros, son corruptos, eliminan oportunidades de empleo, funden empresas, explotan a los consumidores, retrasan o evitan la implementación de nuevas tecnologías y muchas cosas más. Sin embargo no hace falta agregarles defectos que no poseen, ya tienen suficientes, ellos no pueden provocar inflación ni “colaborar” en un proceso inflacionario sin un aumento de la cantidad de dinero.

Un dato a tener en cuenta es que hoy en día en este país (Argentina) la teoría de que la suba de salarios debido a presiones sindicales puede causar inflación es tildada por la supuesta “heterodoxia” como una explicación ortodoxa/monetarista/neoliberal/clásica que culpa a los trabajadores y exculpa a los empresarios. La realidad sin embargo es que el principal exponente de la misma fue un reconocido heterodoxo (postkeynesiano): Nicholas Kaldor (1976: "I find the alternative explanation put forward by the O.E.C.D. and others which regards the basic cause as increased trade union militancy mainly attributable to the sharply rising deductions from the pay packet for payment of income tax and insurance contributions – more plausible." -las cursivas son mías). La explicación de Kaldor de que las "presiones inflacionarias" de los sindicatos en algunos países europeos pidiendo mayores salarios podían explicar, al menos una buena parte, de la inflación de 1968-70, fue un intento de salvar el barco keynesiano del hundimiento que había provocado la estanflación. De hecho la teoría de que la puja de salarios causa la inflación ¡Surgió como la alternativa a la explicación "ortodoxa" monetarista! (Gordon, 1977: "[T]wo major schools of thought, the "international monetarist" and the "wage push," have developed alternative explanations having radically different policy implications." -las cursivas son mías). Los "heterodoxos" que insisten que esta explicación es "ortodoxa" (por ejemplo acá y acá) solo demuestran su ignorancia sobre la "escuela" a la que supuestamente adscriben.

Lamentablemente para ellos la "puja distributiva" lógica e implícitamente reconoce que la inflación tiene una causa necesariamente monetaria. Las subidas de salarios por encima del nivel de mercado por parte de los sindicatos provocan desocupación o reducción salarial en otras ramas, pero no inflación. Un incremento de precios por parte de los empresarios, si la gente no tiene más dinero en el bolsillo, provocaría una baja de ventas (y la consiguiere baja de precios), pero no inflación. Ninguna alternativa, ni combinación de las mismas, puede provocar un proceso inflacionario, a menos que vayan acompañadas por un aumento de la oferta monetaria. Por ejemplo la suba de salarios por encima del mercado provocará desempleo, y como el Estado va en general detrás del objetivo keynesiano de “pleno empleo”, una de las formas de combatirlo es aumentando la cantidad de dineno (Hazlitt, 1960: 8-9, 32-33, 127-29). Para que la teoría de la "puja" sea cierta, es decir que haya inflacion por suba de precios y salarios, debe necesariamente aumentarse la cantidad de dinero. Lejos se distanciarse del monetarismo/clásico/neoliberal/ortodoxo, la explicación "heterodoxa" asume su validez implícitamente. 

Incluso la supuesta “inercia inflacionaria” de este proceso no puede surgir sin aumentar la cantidad de dinero (o una reducción de la demanda del mismo). Las expectativas no surgen de la nada arbitrariamente en la gente, estas se deben al pasado cercano que los agentes experimentaron. La razón de la inflación “inercial” es inflación anterior o cambios muy bruscos en los precios pasados. No es que antes no había inflación y la gente empezó a dudar de la nada del gobierno y por ello empezó a tener expectativas inflacionarias sino que, debido a que en el pasado hubo inflación y no se espera que disminuya, la gente anticipa una ulterior subida de precios. La “inflación inercial” es consecuencia de la inflación (pasada) pero no su causa (Rothbard, 1983: 66-68). Además no hay una "conexión causal necesaria" entre los precios pasados y los presentes (sin incluir el dinero). Los precios se determinan a través de las valoraciones subjetivas de la gente, el que los precios hayan sido estables en tiempos pasados se debe a que esos determinantes no han cambiado demasiado ni muy de golpe. Los precios no se determinan por otros precios ni son empujados “inercialmente” por ellos, son determinados por las valoraciones subjetivas de los compradores. Factores institucionales pueden ciertamente influir en esas valoraciones de los individuos pero, invariada la cantidad de dinero, no podrían extenderse por el lapso requerido por la teoría de la inflación inercial (Mises, 1912: 112-13).  

En cada inflación la oferta de dinero es en general un factor causal, ya sea activa o permisivamente, las “presiones” no pueden provocar inflación a menos que causen, induzcan o sean acompañadas por un incremento de la cantidad de circulante (Haberler, 1960: “It follows that in every inflation the quantity of money is a causal factor, either active or permissive, and none of the factors and policies mentioned above can produce serious inflation unless they cause or induce or are accompanied by an increase in that quantity. Sometimes the connection between anyone of these factors and the quantity of money is direct and noncontroversial. In other cases it is indirect and subtle.”). Ni los empresarios ni los sindicatos pueden causar inflación, si no se produce un aumento en la cantidad de dinero. El único que puede aumentar la masa monetaria es el Estado y orquestar una expansión con su grupo privilegiado, los bancos que operan con reserva fraccionaria. 

3) Asume "formadores de precios": Finalmente, aun si todo lo anterior no fuera cierto, el último pilar que tiene esta teoría es que se basa en los “precios administrados” o "formadores de precios" (para una crítica ver acá y acá) o que las empresas grandes ejercen alguna clase de control o poder sin rival sobre el precio de tal forma que incluso pueden desafiar la Ley de oferta y demanda en la determinación de los precios. Además supone que solo con poner el precio es suficiente para que la gente lo pague. Solo diré que esta no es una teoría de precios, no explica cómo se determinan los mismos, sino que solo se limita a describir lo que se observa superficialmente, un "rule of thumb" de comportamiento de las empresas. Es verdad que las empresas en el mundo real ponen el precio, pero no lo determinan. La empresa puede pedir el precio que quiera, pero hasta que los consumidores no lo paguen no hay precio que valga. Los que en última instancia determinan los precios son los consumidores comprando o absteniéndose de comprar, no las grandes empresas. En los intercambios libres nadie controla el precio pues nadie puede controlar que la otra parte esté dispuesta a pagarlo, el precio surge por interacción de valoraciones de las partes. Walmart y McDonald’s podrían restringir su producción y pedir precios super altos, pero ninguno puede controlar cuanto están dispuestos a pagar los compradores. Ford podría haber pedido cientos de miles de dólares por su Ford T y haber producido 3 al año, así como un granjero podría pedir 5 veces el precio de mercado por su cosecha. El vendedor no puede controlar la disposición a pagar del comprador y, mutatis mutandi, viceversa. Lo único que pueden controlar es el precio que piden por el bien o servicio, pero es una imposibilidad controlar que la otra parte pague lo que uno pide.

Lo que observamos superficialmente en el mundo es el “rule of thumb” de las empresas de sumar los costos y poner un markup, así aparentemente “fijan” los precios. ¡Pero eso no es controlar el precio! Uno puede poner el precio y markup que quiera, pero hasta que no venga alguien y suelte el billete, no vale nada. Si pasan 5 semanas y no se vende el producto porque los consumidores lo encuentran más barato en otro lado o porque no están dispuestos a pagarlo tan caro, entonces se deberá bajar o seguir acumulándolo. Si el mundo fuera tan simple como para que la formula para el precio sea "costos + margen de beneficio (markup)" y luego vendiéramos, entonces todos seríamos empresarios. La realidad es que las empresas grandes o chicas permanentemente están tratando de estimar, vía prueba y error, el precio que coincida con las valoraciones subjetivas de las parejas marginales que determinan los precios. No solo este proceso esta en total acuerdo con la soberanía del consumidor, las “sociedades de un solo precio” (como los supermercados por ejemplo) son instituciones creadas para evitar los enormes costos de negociación de los intercambios aislados (como un bazar o zoco árabe, donde hay que negociar cada precio) y así facilitar encontrar el precio determinado por las valuaciones de los participantes. Las empresas del mundo real son "tomadoras de precios", pero no en el sentido neoclásico de "competencia perfecta" (Shapiro, 1974: "Thus real-world firms are "price-takers" no less than firms in pure competition, the only difference being this: PC firms "take" their P from the market right from the start (they have perfect knowledge!), whereas real firms "take" their P only after trial-and-error search in the market. Irony of ironies: real firms are, in an ultimate sense, price-takers, too!"). 

Por último vale la pena señalar como el economista kirchnerista Alfredo Zaiat ("[E]xiste otra visión sobre las fuentes de tensión en los precios. Esta no considera que las políticas fiscales y monetarias hayan sido el origen de la inflación, sino que la causa se encuentra en incrementos de costos ligados a la puja distributiva y mecanismos de indexación..." -las cursivas son mías), que dice ser "heterodoxo" y busca desligar como sea al gobierno de la causa de la inflación, desconoce incluso que la modelación de la teoría que él mismo apoya puede tener en cuenta que el gobierno contribuye a la inflación (Agis, desconocido: "el modelo (1’)-(4) implica que tanto el salario real de equilibrio como la inflación son una función creciente de la tasa de crecimiento del gasto público..." -las cursivas son mías).

 La "Inflación Oligopólica"

Básicamente dice que los “grupos concentrados” o grandes empresas (oligopólicos o monopólicos) de la economía pueden usar su posición para aumentar sus precios y así generar un proceso inflacionario. Como ocurrió con el caso anterior, esta explicación contiene los mismos 3 errores: Parte de una falacia, tiene un error teórico básico y además presupone implícitamente expansión monetaria.

1) Los "formadores de precios", de nuevo... : Como es de esperar esta teoría parte de lo que se ha criticado más arriba.

2) Confusión entre precios altos y precios en alza: Aun aceptando que los formadores de precios existen, ya sea un monopolio u oligopolio, la explicación contiene una falacia teórica muy grave. Los partidarios de esta teoría sostienen que “la concentración oligopólica” permite a las empresas producir inflación. Como se supone que los precios son más altos en mercados mono/oligopólicos que en los competitivos, de alguna manera se da el salto lógico por el cual pueden elevar el precio continuamente. Por supuesto hay serios problemas con esto. La teoría del monopolio asume que se enfrenta a la curva de demanda de pendiente negativa (bastante inelástica), si eleva el precio necesariamente la cantidad disminuirá y con ella los beneficios (si eleva el precio por encima de su "óptimo"). De hecho precisamente al ser el exclusivo poseedor del bien, la única manera de conseguir un precio más alto es restringiendo la oferta. Sin embargo no puede pedir el precio que se le antoje. Como los beneficios caerán si eleva el precio demasiado (disminuirá el número de compradores y además puede crear incentivos a que entren nuevas empresas), no existe ningún incentivo para que el monopolista incremente continuamente el precio. El monopolista puede pedir precios más altos que la empresa competitiva, pero eso no significa que pueda subirlos constantemente periodo tras periodo. Ese salto lógico es falso y malentiende la teoría elemental del monopolio. Y ni siquiera es cierto que necesariamente el oligopolio cargue un precio más alto que la pequeña empresa competitiva.  

Como bien explica Miguel Olivera, la falacia implícita acá es confundir precios altos con precios en alza. Veamos este otro caso extremo (sugerido por un profesor de Olivera mientras comían pizza) para entender lo falsa que es esta teoría:
"Imaginate que hay sólo una gran empresa, LA FORESTAL SA, que produce todo lo que consumimos y que todos somos empleados de LA FORESTAL SA y consumimos lo que nos vende y ni siquiera vale la soberanía del consumidor. Dada la elasticidad de la curva de demanda (y bue... a los econ nos gusta la consistencia pero pueden saltarse esto último), LA FORESTAL maximiza beneficios y nos cobra los precios más altos que puede dada su función de costos, de demanda, etc. Incluso imaginate que nos tiene en el límite de la supervivencia. Aún así no hay inflación en este mundo y es un monopolio... es un flor de monopolio".
Ni siquiera en este caso del “Monopolio Definitivo” es válida la “oligo-inflación”. La conclusión de Olivera es impecable: “Sí aún así no estás convencido que la inflación es un problema macro y no de morfología de mercados entonces la economía no es lo tuyo: te lo digo ahora que tenés tiempo de dedicarte a cualquier otra cosa (pensalo Mecha, aún estás a tiempo, creeme).” Y la PD es imperdible: “Estuve tentado de llamar a esta apostilla "el test para saber si sos un econ macro o un chanta" pero me quedé con otro.”

Algunos incluso asumen que el crecimiento de una economía es inflacionaria. La expansión hace que suban los precios y esto es aprovechado por los “oligopolios” para subir los precios. Pero eso es falso. El proceso de crecimiento sano (financiado con ahorro) de una economía, con la oferta de dinero constante, provoca una constante tendencia a la baja de los precios de los bienes a lo largo del tiempo.  

3) Supuestos monetarios, ¡Otra vez!: Como bien explica Nicolás Cachanosky, aun suponiendo que oligopolios propician o participan en el proceso inflacionario y suben los precios un cierto porcentaje al año, ¿De dónde sale el dinero para pagarlos? Como en el caso de la “puja”, la teoría oligopólica supone sin decirlo un aumento en la cantidad de circulante, pues si la cantidad de dinero no crece el nivel de precios difícilmente suba. 

La ironía final de los que culpan a “los monopolios” por la suba sostenida de precios, es que su teoría sirve para ignorar precisamente al monopolio que verdaderamente causa la inflación: el Banco Central. Una auto-contradicción que resulta, como mínimo, graciosa.

Fracaso empírico
Ambas teorías tienen mucha evidencia empírica en contra.

La Inflación por "Puja Distributiva"

1) La evidencia demuestra que la misma asume una expansion de dinero (Andersen y Karnosky, 1977: "Thus, according to the model, the so-called cost-push phenomenon is to a considerable extent a reflection of the economy's adjustment to changes in the rate of money growth.")  

2) Además confunde causa con efecto. Mayores salarios no llevan a mayores precios, sino que mayores precios llevan a mayores salarios y que la causalidad (Granger) va desde la oferta monetaria hacia los precios, por ejemplo durante el periodo luego de la Segunda Guerra Mundial (Barth y Bennett, 1975: “there is evidence of unidirectional causality that runs from consumer prices to wages.”). Con anterioridad ya se había encontrado que la dirección de la causalidad va del dinero hacia el ingreso y no viceversa (Sims, 1972: “The main empirical finding is that the hypothesis that causality is unidirectional from money to income agrees with the postwar U.S. data, whereas the hypothesis that causality is unidirectional from income to money is rejected. It follows that the practice of making causal interpretations of distributed lag regressions of income on money is not invalidated (on the basis of this evidence) by the existence of "feedback" from income to money.”)

3) La teoría de la espiral salarios precios o la puja de salarios, a los sumo podría explicar (muy mal) la tasa de salarios, pero no es una teoría de la inflación (Gordon, 1977: "The wage-push hypothesis appears to be alive and well as an explanation of wage rates, but not as a theory of inflation or of monetary growth... Nicholas Kaldor prefers to attribute the acceleration of world inflation to a wage push caused by trade-union militancy. The results here provide little support for this wage-push interpretation."). 

4) Entre 1981 y 1984 se encuentra evidencia muy debil de ello en USA (Gordon, 1985: “There is only very weak evidence of "cost-push" in U.S. wage and price setting, in the sense of unidentified upward pressure on the inflation rate that cannot be linked to particular variables”).

5) Recientemente se ha demostrado que en un país en desarrollo donde este fenómeno podría ocurrir con seguridad como China durante el periodo 2000-07, no ha habido “inflación por puja” (Zhiyong, 2009: “No supportive evidence has been found for the claim that excess wage induces high inflation. Inflation has no strong pull effect on excess wage either. So from the year of 2000 to 2007, there was no wage-inflation vicious spiral, and money supply is still the dominant factor for inflation. Theoretical researches indicate that the growth in excess wage or primary product price is neither the necessary nor sufficient condition for inflation.” -las cursivas son mías)

La "Inflación Oligopólica"

1) Siguiendo a Batten (1981) podemos intentar replicar el mismo gráfico para Argentina. Usando datos de PBI real trimestrales oficiales (si, ya se. A partir de 2007 esos datos son una mentira, pero ahora los usaré como estan) y datos de IPC decentes, como los de Natalio Ruiz por ejemplo (para hacerlos trimestrales hice un promedio cada tres meses), obtenemos este gráfico. En él podemos ver la comparación de la tendencia (media movil de 20 periodos) de la inflación anual (variación % anual del IPC trimestral, eje derecho) y del crecimeinto (variación % anual del PBI real trimestral, eje izquierdo). Debe quedar absolutamente claro que la tendencia del crecimiento de la producción de Argentina no presenta un decrecimiento continuo como la "inflación-oligopólica" requiere para que suban los precios. La "oligopolización" implica que la producción se reduce más y más cara periodo. Hay que aclarar que el "salto" inflacionario de 2002 al mismo tiempo que caía la producción brutalmente no apoya la tesis oligopólica. La subida repentina del indice de precios se debió a la devaluación del peso, inmediatamente luego de ella la inflación bajó, y la caída del output no fue porque los productores se pusieron de acuerdo ese año para restringir la producción, el desplome de actividad fue consecuencia también de la devaluación.

Tendencia de crecimiento (eje izquierdo) y de inflación (eje derecho) en Argentina
2) Para que nos demos una idea de lo falsa y vieja que es esta teoría, encontré al menos 2 estudios de los 70’s que lo prueban. Cagan (1975), y tambien Lustgarten (1975), demuestra que, para el periodo de alta inflación 1967-1973, precisamente las industrias concentradas y las grandes empresas no, repito no, causan la inflación sino que de hecho retrasan la transmisión de "presiones inflacionarias". Las empresas concentradas y grandes en general suben los precios menos y más lento que otras industrias “competitivas”. Las industrias concentradas "pasan" la "presión inflacionaria" pero no la originan (Cagan, 1975: "The weight of this evidence is that, contrary to widespread popular opinion, concentrated industries pass along inflationary movements and do not originate them, even though because of lags these industries can be observed to continue raising prices in a catching-up process after demand has slackened.").  Incluso hay casos mas viejos aun. Las investigaciones de los 60' demostraban que la correlación entre cambio de precios y concentración (medida por el índice Herfindahl), en el periodo 1953-59, era mínima (DePodwin y Selden, 1963). A pesar de no estar totalmente convencido, Ruggles llegó a la conclusión de que, al menos en el periodo que estudió (1929-31), el comportamiento de precios se puede explicar por otros factores que no son la concentración (Ruggles, 1955: “The major patterns of price behavior in the economy can be adequately explained in terms of factors other than industrial concentration.”). 

3) En cuanto a los “precios administrados” no hay evidencia empírica concluyente sobre si es cierta, no existe una demostración definitiva. Lo único que hay es mucha evidencia contradictoria, por cada paper a favor podemos encontrar otro en contra (Sawyer, 1981: “There is a considerable amount of conflicting and mainly American evidence on the “administered price” controversy.”). Una buena revisión de la bibliografía y análisis del debate, en especial ver la refutación de Stigler y Kindahl, está en el libro de Sawyer. 

4) La teoría ni siquiera puede explicar el fenómeno en el mismo país en diferentes periodos ni en diferentes países en el mismo periodo. Brasil en la misma época, con básicamente los mismos "formadores de precios", con similar historia hiperinflacionaria y con un crecimiento a "tasas chinas" tuvo mucha menos inflación que en Argentina. ¿Por qué si casi toda Latinoamérica creció muchísimo durante la década del 2000 (excepto en 2009), teniendo todos los países por ejemplo “grupos concentrados de grandes supermercados formadores de precios”, solo Argentina (y Venezuela) tiene inflación alta? ¿Son más buenos los empresarios en todos los demás países y no “abusan”? 

¿Por qué en el mismo país (Argentina) cuando el PBI (Meloni, 1999) crecía a la “tasa china” de 8.5% anual entre 1990 y 1994, y se hacían las reformas “corporativas neoliberales que concentraban el mercado en manos de unos pocos, bla bla bla”, la inflación se aplastó? ¿Por qué el gobierno de Menem, que “era favorable a las corporaciones, les dejaba que hagan y cobren lo que quieran, bla bla bla”, no tuvo inflación de 2 dígitos? ¿Por qué el gobierno actual de los Kirchner, que “están del lado del pueblo, luchan para que las corporaciones no abusen de la gente, bla, bla ,bla”, deja que ellas causen semejante suba de precios? Y no solo eso, ¿Por qué los mismos empresarios y grupos no le causaron una inflación alta a Nestor en los primeros años 2003 y 2004? En esa época estábamos en plena super-expansión saliendo del subsuelo, podrían haber aprovechado el momento.  

Partiendo del supuesto de que los empresarios quieren ganar todo lo que puedan “subiendo los precios”, ¿Por qué se detienen subiéndolos solo 25% al año? ¿Por qué no 50%? ¿O 360%? ¿O 1000%? El hecho de que nadie puede explicar esto suponiendo la "avaricia empresarial", demuestra la incoherencia lógica de la teoría. Y peor aun, ¿Por qué la mayoría de los países del mundo tiene inflación más baja que Argentina si también en ellos hay empresarios que quieren ganar todo lo que pueden? ¿Por qué no suben los precios? En otros lugares también hay “industrias concentradas”, pero no aumentan los precios en el porcentaje anual de acá.

Las incoherencias son tan obvias que las mentiras del gobierno deberían quedar claras ya.

5) Algunos afirman que precisamente porque se crece, hay margen para que los empresarios aprovechen a subir los precios. Eso asume que mientras más grande sea el boom mayor podria ser el margen para aumentarlos, además más empleo y más salarios obtienen los trabajadores. Por lo tanto el mayor periodo de inflación debería haber sido el de máximo boom. Este último ocurrió en el periodo 2002-2007 cuando la economia crecía al 8% anual ("tasa chinas"). El problema es que la inflación era mucho más baja que durante los años 2007-2012 cuando se creció a 3%. Y no temina ahí, la historia del Siglo XIX demuestra además que es falso creer que al crecer habra inflación, la economía se puede expandir y la industria prosperar sin subida de precios.  

6) La teoría de la inflación oligopólica es tan insostenible que ni siquiera entre la (supuesta) "heterodoxia" se acepta totalmente (¡¡¡Ni siquiera los marxistas la aprueban!!!). Cuando Manzanelli y Schorr la sacaron a la luz, Crespo y Fiorito tuvieron que salir a destruirla. La refutación fue tan demoledora que ni siquiera su posterior respuesta necesitó mucha réplica. Por supuesto Crespo y Fiorito demolieron una total falacia para dar entrada a la suya propia: La "puja distributiva".

7) El último golpazo dejaré que lo de otro economista "heterodoxo", Claudio Scaletta lo explica bien:
"Si es cierto que los malos entre los malos, por su poder de mercado, se estarían beneficiando del actual proceso inflacionario, a la vez que generándolo; es decir, si existiese una cosa tal como la “inflación oligopólica”, sus márgenes de ganancia deberían estar aumentando contante o consistentemente... El último informe de Estudio Bein presenta una serie de indicadores aproximados (“proxi”) de los “márgenes unitarios” de la industria para los últimos diez años,... Su resultado puede ser sorprendente para quienes defienden la existencia de una inflación oligopólica. Lo que se observa es un crecimiento de los márgenes en 2003, una caída constante hasta 2007, luego una leve recuperación, con altibajos, hasta 2010 y una caía posterior hasta 2012, precisamente en años de alta inflación. La caída punta a punta, entre 2002 y 2012, fue de alrededor del diez por ciento. La conclusión es que no fueron los malos los causantes de la inflación, sino que éstos perdieron en la puja distributiva; aunque no todos hayan perdido por igual." (las cursivas son mías)
Y tiene razón (en lo de la caída de márgenes, porque luego lanza la falaz teoría de la "puja" como el buen heterodoxo que es). Los márgenes de ganancia unitarios vienen bajando hace 4 años, y en todos hubo inflación alta, además cayeron incluso durante el periodo 2004-2007 cuando debieron aumentar por la enorme expansión económica. ¿Donde están los oligopolios aprovechando la inflación? Así se le da un golpe mortal a la teoría inflacionaria-oligopólica.

Ya sabiendo esto, la estupidez absoluta de los ministros del gobierno no deberia impresionarnos.

Conclusión 

Parece sorprendente (y vergonzoso) pero no solo los economistas afines al gobierno, sino que incluso el Banco Central acepta estas pseudo-teorías (BCRA, 2012: "Políticas monetarias contractivas o fuertes  apreciaciones cambiarias nominales no resuelven las causas primigenias de los  fenómenos inflacionarios en países en desarrollo como la Argentina. Éstas están  más relacionadas con la presencia de desequilibrios en la estructura productiva,  los “cuellos de botella” en determinados sectores, la puja distributiva, la  formación oligopólica de precios y los shocks exógenos de los precios  internacionales para cuya superación definitiva no existe otro camino que el  desarrollo productivo con inclusión social." -las cursivas son mías). Posiblemente esto no debería extrañar a nadie, el BCRA intentará hacer lo que sea para convencer que no es el principal causante de la inflación. Incluso la Reserva Federal americana hace algo similar, culpando a otros por la inflación (Bernanke, 2008: "Inflation has remained high, largely reflecting sharp increases in the prices of globally traded commodities... Rapidly rising prices for globally traded commodities have been the major source of the relatively high rates of inflation we have experienced in recent years..."). Sin embargo a los que esperamos un mínimo de seriedad de un órgano responsable, nos sigue sorprendiendo tanta chantada.




*Al momento de escribir esto (octubre de 2013) y a pesar de la alta inflación, 1 millón de pesos sigue siendo una cifra muy alta pues en términos relativos una coca-cola, por ejemplo, vale $14. Seria graciosamente irónico que en unos años alguien lea esto y ese millón no compre ni una trincha de pan.




Bibliografía

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