sábado, 14 de marzo de 2015

La Gran Depresión en USA, 1930: Los efectos desconocidos de la Smoot-Hawley

Smoot y Hawley

"En las décadas recientes, en casi todos los países del mundo, se han llevado a cabo intentos de usar mayores tarifas protectoras para desarrollar la auto-suficiencia económica (autarquía) entre los dominios pequeños y medianos. Sumas enormes se invirtieron en plantas manufactureras para las cuales no había demanda económica. El resultado es que somos más ricos hoy en estructuras físicas cuyas instalaciones no pueden ser usadas completamente o incluso no ser utilizadas en absoluto. El producto de todos estos esfuerzos para anular las leyes que el mercado decreta para la economía capitalista es, en resumen, desempleo permanente de millones, pérdidas para la industria y la agricultura, así como fábricas ociosas." 

Ludwig von Mises (1931)



La Ley Smoot-Hawley fue una tarifa arancelaria impuesta a productos extranjeros aprobada en Estados Unidos en junio de 1930. Impulsada por los senadores Willis Hawley y Reed Smoot, se trataba de una de las medidas adoptadas para "combatir la recesión" que ya estaba en marcha. Esta es probablemente la medida más directa y puramente estatista de la Gran Depresión. Por sí sola, es suficiente como para refutar cualquier absurda declaración de que "el Estado no hizo nada" a principios de los años 30s

Herbert Hoover, en uno de sus primeros actos siendo Presidente (desde el 4 de marzo de 1929), convocó a una sesión especial del Congreso el 15 de abril para aumentar tarifas agrícolas. Hoover creía que las tarifas protectoras realmente ayudarían a los agricultores y una para ellos era una de sus promesas de campaña de 1928 (Rothbard, 1963: 241; O’Brien, 2001). Así que el Republicano Hoover era un proteccionista declarado. Él mismo firmó y convirtió en Ley la propuesta de los dos senadores el 16 de junio de 1930. 

Hasta 1995 había un consenso de que la Smoot-Hawley exacerbó la Gran Depresión: 60 % de los economistas y 64 % de los historiadores estaban de acuerdo (Whaples, 1995). Sin embargo, en los últimos años (como comenta Mankiw) la mayoría de los (macro)economistas, muchos de ellos keynesianos-proteccionistas-mercantilistas pero también el especializado en comercio internacional y defensor del librecambio Douglas Irwin así como el liberal y asimismo partidario del libre comercio Robert Lucas; han subestimado completamente el papel que jugó la tarifa Smoot-Hawley en la Gran Depresión. Al punto de darle un papel marginal y ni siquiera secundario. Es decir, la mayoría de los economistas dicen que fue una mala decisión imponer la tarifa, pero no entra como una causa importante de la magnitud de la Gran Depresión (Rustici; Phalan y Yazigi, 2012).

El gran error macro

Para comenzar a ver lo engañoso de analizar la tarifa desde el punto de vista agregado, empecemos con una pregunta: ¿De cuánto fue la tarifa? Irwin hace su análisis de la tarifa usando datos agregados y un macro-modelo de equilibrio general computado. Pero no usa un grado alto de descomposición. Bond; Crucini; Potter y Rodrigue (2012) sí lo hacen. Y demuestran que, a pesar de que la tarifa media fue ciertamente 45,7 % en su pico de 1933, el efecto de la estructura de la misma fue equivalente a una tarifa uniforme de 69,7 % en ese año. Aun así, a estos autores su análisis les da como resultado que, a nivel macro, el efecto es modesto.

¿Por qué razón los economistas modernos desprecian, en relación con otras fuerzas, el papel de la tarifa Smoot-Hawley en la Gran Depresión? Simple: el análisis macroeconómico, agregado y masivo no permite ver los efectos microeconómicos, concatenados y de relaciones entre sectores (Rustici; Phalan y Yazigi, 2012). Por ejemplo: dado que el comercio exterior solo representaba el 7 % del PBN, aun si asumiéramos que el mismo desapareció; ello no explicaría la caída de 36 % del PBN entre 1929 y 1933 (Rustici; Phalan y Yazigi, 2012). Obviamente, incluso un aumento descomunal como el Smoot-Hawley no puede hacer desaparecer el comercio exterior de un país por completo, aunque sí disminuirlo significativamente. 

Veamos algunas de las consecuencias microeconómicas.

Un efecto importante ignorado de la tarifa es su efecto financiero. El mercado secundario de valores, como la Bolsa de Nueva York, cayó dos veces en los últimos ocho meses legislativos de la tarifa hasta ser convertida en ley. Incluso un (market) monetarista como Scott Sumner reconoce que entre marzo y abril de 1930 había unos mínimos "brotes verdes" en la economía y que la Bolsa ya había recuperado mucho de lo que perdió en el crac del 29. Luego en mayo y junio todo se esfumó y la bolsa cayó de nuevo. ¿Qué ocurrió? Los titulares de las noticias hablaban del progreso de la tarifa Smoot-Hawley en el Congreso. En general, cada vez que caía un obstáculo que impedía que se sancionara, la bolsa se destruía. Finalmente todo quedó en manos del Presidente Hoover para firmarla y hacerla Ley, cosa que todos sabían que haría. Cerca del fin de semana antes que Hoover firmara y el mismo lunes 16 de junio, el Dow sufrió la mayor caída de un solo día de todo el año: mil millones en un día (Rustici; Phalan y Yazigi, 2012). 

Pero además, la tarifa Smoot-Hawley jugó un papel fundamental en la aparición de pánicos bancarios. Los keynesianos y monetaristas suelen solo ver el PBI derrumbarse en los años 30s. Pero no ven que las pérdidas del PBI no estuvieron distribuidas uniformemente a lo largo de la economía americana. Sino que estaban concentradas en determinados estados: los estados orientados a la exportación. Los demás países del mundo contraatacaron el proteccionismo norteamericano levantando sus propias barreras arancelarias. Es decir, la tarifa arruinó muchas de las exportaciones de Estados Unidos, cayendo desde 7 mil millones en 1929 a solo 2.4 mil millones en 1932 (Rustici; Phalan y Yazigi, 2012). La mayoría de esas exportaciones eran agrícolas. Debido a ello, los primeros en caer fueron (las empresas de) los estados que se especializaban en exportar y particularmente los del sector agrícola. Los ingresos de los granjeros cayeron brutalmente provocando que los primeros miles de bancos en caer fueran los rurales. Pero, además de la agricultura, también las exportaciones mineras colapsaron. Las exportaciones de hierro y acero se hundieron 85 % hacia 1932 (Rustici; Phalan y Yazigi, 2012). Por ende, los estados dedicados a la minería sufrieron una caída desmesurada de ingreso. Como resultado de ello, cayó la cadena de bancos Wingfield (un tercio de los bancos de Nevada con 65 % de los depósitos y 75 % de los préstamos comerciales). Con los autos pasó igual, las exportaciones cayeron 82 %. Debido a ello, el sistema bancario de Detroit (atado al destino de la industria automotriz) colapsó completamente (Rustici; Phalan y Yazigi, 2012).

El link es claro. La tarifa Smoot-Hawley provocó daños en determinados sectores de la economía: las industrias exportadoras (por ello la caída del PBI estaba concentrada en estados dependientes de exportaciones y no a lo largo de toda la economía de USA). Debido a las dificultades y caída de ingresos de las mismas, sus respectivos sistemas bancarios comenzaron a caer. El "efector contagio" de esas caídas comenzó a extenderse. Como resultado de la caída de los bancos, la oferta monetaria colapsó. En resumen, una mala política de comercio (la Smoot-Hawley) fue el detonante de los pánicos bancarios y de la contracción monetaria. El shock negativo de comercio impactó en la política monetaria (Rustici; Phalan y Yazigi, 2012). Esto, claramente, no es un canal de transmisión muy visible a niveles agregados.

Pero además, la teoría austriaca del capital juega un papel importante adicional. Al cerrar las exportaciones, muchos bienes de capital heterogéneos e inconvertibles en muchos grados quedaron ociosos y sin valor (silos vacíos, herramientas y maquinaria oxidadas, superficies sin plantar, etc.) La tarifa Smoot-Hawley creó malas inversiones adicionales (a las que hubieran existido sin la presencia de la tarifa) en la estructura productiva americana que ya necesitaba reajustarse a las distorsiones previas provocadas por la expansión crediticia de los años 20s. Ello provocó una severa e innecesaria liquidación y cierre de granjas y empresas agrícolas. Innecesaria porque, de no haber existido la absurda intervención proteccionista estatal, no habría ocurrido o lo habría hecho en menor grado. Todas concentradas en regiones particulares que sufrieron los primeros pánicos bancarios. Por ello los primeros bancos en caer eran, en su mayoría, aquellos con sucursales de estados rurales. Las dos cosas, 1) la inflación monetaria de los años 20s que provocó el auge artificial y la inevitable recesión en 1930 más 2) la restricción del comercio que implicó la tarifa; llevaron a una caída mucho mayor de lo que hubiera sido. La explicación coincide tanto para aclarar el patrón de caída de los bancos así como su distribución geográfica (Rustici; Phalan y Yazigi, 2012).

El creador de esta hipótesis, la cual demostró con abundante material de diarios de la época, fue el periodista Jude Wanniski en un artículo de 1977 (Wanniski, 1977) y en su libro de 1978 (Wanniski, 1978). Hoy en día, Thomas Rustici (2009; audio en inglés) es un defensor y desarrollador de la posición de Wanniski. Muy pocos economistas han tomado en cuenta estas conexiones microeconómicas, dejándose llevar por el análisis superficial macroeconómico. Hasta donde conozco, de habla española, Juan Ramón Rallo es uno de los pocos que lo notaron y advertía sobre esto en 2009.

Por último, vale la pena aclarar que la teoría Wanniski-Rustici es ampliamente compatible con la versión monetarista sobre que la contracción monetaria es la culpable de la severidad de la Gran Depresión. Como ya hemos visto, no es la contracción crediticia per se la culpable del cataclísmo. Sino la intervención estatal en los salarios y precios. Aun así, deben tenerse en cuenta, y esto es perfectamente compatible con el análisis austriaco también, los efectos invisibles (desde el punto de vista macroeconómico) de la tarifa en distorsionar adicionalmente la estructura productiva. La tarifa Smoot-Hawley es un gran ejemplo de una intervención estatal cuyos efectos nocivos no deseados fueron más importantes de lo que en general se cree en la ciencia económica.

No todo estaba perdido

Afortunadamente, en 1930 la Economía aún no estaba completamente afectada por las ideas neo-mercantilistas de Keynes. Todavía había una mínima chispa de economía sana heredada de los Clásicos y la Revolución Marginalista. Gracias a eso, en 1930 los economistas de todo Estados Unidos unánimemente firmaron una petición (Econ Journal Watch Eds, 2007; New York Times, 1930) pidiendo por favor que Hoover vetara la tarifa y que, lejos de ayudar a los productores agrícolas, sería muy perjudicial. La idea de, entre otros, Irving Fisher obtuvo una increíble aceptación. En solo 10 días ya tenían casi mil firmas, incluidos los economistas más importantes de todo Estados Unidos (Econ Journal Watch Eds, 2007). Al final, en uno de los actos más unánimes y conocidos de la historia de la ciencia económica, 1.028 economistas firmaron la petición.

Por supuesto, esto poco le importó a Herbert Hoover, quien terminó firmando la Ley Smoot-Hawley.






Bond, Eric W.; Crucini, Mario J. y Rodrigue, Tristan P. J. (2012) "Misallocation and Productivity Effects of the Smoot-Hawley Tariff". NBER Working Paper No. 18034.

Econ Journal Watch Eds. (2007) "Economists Against Smoot-Hawley". Econ Journal Watch. Vol. 4, No 3, 345-358.

Mises, Ludwig von (1931), "The Causes of the Economic Crisis: An Address". En Greaves, Percy L. Jr. Ed. (1978) The Causes of the Economic Crisis: And Other Essays Before and After the Great Depression. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute. 2006.

New York Times (1930), "1,028 Economists Ask Hoover to Veto Pending Tariff Bill".

O'Brien, Anthony. "Smoot-Hawley Tariff". EH.Net Encyclopedia, edited by Robert Whaples. August 14, 2001. URL http://eh.net/encyclopedia/smoot-hawley-tariff/ 

Rothbard, Murray N. (1963) America's Great Depression. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute. 2000.

Rustici, Thomas; Phalan, Theodore y Yazigi, Deema (2012), "The Smoot-Hawley Tariff and the Great Depression". Foundation for Economic Education: The Freeman.

Rustici, Thomas (2009) Lessons From The Great Depression. Capitalism Works Publishing.

Wanniski, Jude (1977), "The Crash of '29 -- A New View". The Wall Street Journal.

Wanniski, Jude (1978), The Way the World Works. Washington, DC: Regnery Publishing, Inc.

Whaples, Robert (1995) "Where Is There Consensus Among American Economic Historians? The Results of a Survey on Forty Propositions". Journal of Economic History. Vol. 55, No. 1, 139-154.

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