miércoles, 14 de diciembre de 2016

Milton Friedman sobre el verdadero Patrón Oro


Milton Friedman nunca se ha caracterizado por defender irrestrictamente el Patrón Oro sino al contrario, lo ha criticado por sus supuestos "altos costos" de recursos (Friedman, 2002 [1962]: 42). Sin embargo, Friedman (1976) luego admitiría correctamente cuál sería la forma de un auténtico Patrón Oro (traducción mía): 

Un real y verdadero Patrón Oro tiene muchas ventajas. Si tal patrón pudiera existir, sería uno en el que el oro fuera literalmente dinero y el dinero literalmente oro. En el cual las transacciones serían hechas literalmente en términos del propio metal amarillo o piezas de papel que fueran 100 por ciento certificados de almacén de oro. Bajo un Patrón Oro de este tipo, o uno ligeramente modificado, los gobiernos tendrían muy poca libertad de acción para adoptar política monetaria. 

Luego, también describía cómo posteriormente a 1914, y con el abandono del Patrón Oro Clásico, jamás se retornó a un verdadero Patrón Oro (traducción mía): 

El Patrón Oro que emergió luego de la Primera Guerra Mundial era mucho más débil de lo que supo ser antes y se debilitó todavía más luego de 1934. Era copiosamente endeble porque los gobiernos se estaban convirtiendo en criaturas muy diferentes. De ser elementos menores en la economía, con presupuestos pequeños y poca intervención, pasaron a jugar un rol cada vez mayor y a aceptar ser más y más responsables del curso de los eventos. 

Pasamos de un Patrón Oro real o, al menos, una aproximación a uno; a un sistema que he llamado un pseudo Patrón Oro, un Patrón Oro falso. Un sistema en el cual, en lugar del oro ser dinero y determinar la política del país, el oro era una mercancía cuyo precio era fijado por los gobiernos. En lugar de dejar que los flujos de entrada y salida de oro dominaran la política monetaria doméstica, era la política monetaria doméstica la que ahora determinaba qué ocurría con el precio del oro y con los flujos del metal. 

Sin entrar en discusión de cosas muy cuestionables sobre su artículo (por ejemplo, si es correcta o no su tesis de que no se puede ni es "deseable" retornar a algo similar al Patrón Oro Clásico hasta que el gobierno vuelva a ser 10 % del PBI y que reine el laissez faire), incluso el lider de la Escuela de Chicago reconoce que luego de 1914 solo se impusieron pseudo Patrones Oro (como el Patrón de Cambio Oro I y el Patrón de Cambio Oro II). 










Friedman, Milton (2002 [1962]), Capitalism and Freedom: Fortieth Anniversary Edition. Chicago: The University of Chicago Press.

Friedman, Milton (1976), "Has Gold Lost Its Monetary Role?". En Meyer, Feldberg; Kate Jowell y Stephen Mulholland Eds. (1976) Milton Friedman in South Africa. Cape Town and Johannesburg: Graduate School of Business of the University of Cape Town and The Sunday Times. 34-41.

domingo, 11 de diciembre de 2016

Pseudo Patrones Oro: El Sistema de Bretton Woods (1946-1971)


Mientras que, terminada la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña impuso su inflacionario y manipulable pseudo Patrón Oro llamado “Patrón de Cambio Oro”; al finalizar la Segunda Guerra Mundial, llegó el turno de los norteamericanos. El nuevo Patrón de Cambio Oro impuesto en 1945 sería conocido con el nombre de “Sistema de Bretton Woods”, pues surgió de las conferencias en Bretton Woods, New Hampshire, en julio de 1944. Esta vez, el Patrón de Cambio Oro anduvo mucho mejor que el impuesto entre 1925 y 1931, pero aun así no era otra cosa que otro inflacionario y manipulable pseudo Patrón Oro. 

Para demostrarlo, volveremos a hacer lo que ya hicimos antes, fijarnos si cumple con las características esenciales de un auténtico Patrón Oro:

(a) El oro es el dinero. Por ende, no existen monedas distintas ni tipo de cambio fijo. El oro no es el dinero. En Estados Unidos desde 1933 estaba prohibido coactivamente que los ciudadanos tengan cualquier tipo de oro (monedas, bullion o certificados de oro). Única y exclusivamente los gobiernos y bancos centrales extranjeros pueden obtener bullion. Es un sistema de tipo de cambio fijo: el oro es comprado y vendido por la autoridad a un precio fijo de un dólar = 1/35 de onza o 35 dólares la onza. Los demás países y sus autoridades monetarias mantienen un tipo de cambio fijo con el dólar.

(b) Su cantidad está determinada por las fuerzas del mercado: la demanda y también la oferta. No existe peligro de que una nación no tenga suficiente dinero. El banco central goza del monopolio de la oferta monetaria. Puede incrementar la cantidad de circulante independientemente de la proporción a la producción o existencias de oro.

(c) La unidad monetaria es (de hecho y legalmente) definida en términos de peso de oro de una determinada fineza. Las reservas bancarias están completamente centralizadas en una agencia del gobierno (banco central) y se vende oro por dólares a un “precio fijado” a los bancos extranjeros. La unidad monetaria ya no es un nombre, sino que hay un precio fijado.

(d) Las notas de banco y depósitos a la vista son redimibles instantáneamente por oro a valor par. Los dólares, otras notas de banco y depósitos a la vista ya no son redimibles instantáneamente en monedas de oro, ni en bullion, ni en nada de oro para los norteamericanos a ningún valor. Solo se permite a los gobiernos y bancos centrales extranjeros, en bullion.

(e) Las monedas de oro, así como el bullion, circulan con total libertad junto con las notas de banco y depósitos (es decir, sustitutos monetarios). Dada la prohibición completa de oro para todos los ciudadanos, ni las monedas de oro ni el bullion son usados en los intercambios diarios. Circulan en su lugar las notas de banco de la Fed (dólares) y los depósitos denominados en ellas.

(f) Se permite funcionar correctamente lo que se conoce como mecanismo Flujo Precio-Especie. El mecanismo de flujo especie no funciona. Ya no hay proceso de reversión que detenga la expansión monetaria ni que equilibre la balanza de pagos. Inflación y desequilibrio crónicos.

Veamos en más detalle cada punto:

En cuanto a (a), básicamente el sistema de Bretton Woods es un nuevo sistema monetario internacional de divisas con tipo de cambio fijo basadas en el dólar.

Toda posesión de oro por parte de los estadounidenses quedó absolutamente prohibida con la Orden Ejecutiva 6102 del 5 de abril de 1933. En uno de los actos más ridículamente dictatoriales y criminalmente expropiadores de la historia humana, el presidente Roosevelt obligó a los ciudadanos norteamericanos a entregarle antes del 1 de mayo todo el oro que tuvieran en monedas, bullion y certificados de oro bajo multas de 10.000 dólares de entonces (¡¡¡Casi 186.000 dólares hoy en día!!!) o hasta 10 años de prisión o ambas si no cumplían. Todo el oro debía ser depositado en algún banco miembro de la Reserva Federal. A cambio, les darían dólares al precio de 20,67 dólares la onza. Por supuesto, luego esos dólares serían devaluados hasta 35 dólares la onza, aun cuando los ciudadanos no podían ir a adquirir oro ni por ese precio. Solo ciertas personas que por necesidad usaban oro en sus actividades podían conseguirlo, teniendo licencia y llenando papeleo. Por ejemplo, los dentistas adquirían oro únicamente para propósitos de ser utilizado en prestar sus servicios. Las personas ni siquiera podían tener oro fuera de Estados Unidos, en alguna cuenta en el exterior.

A diferencia del anterior sistema de Patrón de Cambio Oro, donde lo eran el dólar y la libra, esta vez únicamente el dólar es la divisa clave. Solo el dólar era directamente convertible en oro al precio fijo y previamente devaluado de 35 dólares la onza. Los únicos que podían convertir sus dólares a oro por ese precio eran las “instituciones oficiales” (bancos centrales y gobiernos extranjeros). Como ya se mencionó, los ciudadanos americanos no solo no podían convertir sus dólares a oro, sino que además hasta tenían prohibido si quiera poseer el metal.

Todas las demás divisas, podían ser convertidas en dólares a un tipo de cambio fijo aunque ajustable. Es decir, que las demás naciones y bancos centrales del mundo no tenían como reservas oro para “respaldar” sus monedas, sino dólares. Esa es una de las claves del sistema.

Además y punto (b), la Fed puede expandir la oferta monetaria con un enorme grado de discrecionalidad. Tenía mucha seguridad de que, a diferencia del Patrón Oro Clásico, los dólares que se acumularan en el exterior se quedarían allí, siendo usados como reservas para inflar la oferta de divisas de los bancos centrales extranjeros. En palabras simples, “[E]l dólar de Estados Unidos podía disfrutar del prestigio de estar respaldado por oro y al mismo tiempo no ser realmente redimible en el metal” (Rothbard, 1983: 250). Y es que, además, la inflación que realizara Estados Unidos podía ser “exportada” a los demás países. 

Es muy claro que la Fed podía expandir, había enormes incentivos para hacerlo y adquirió un margen de control de la oferta monetaria brutal. El mercado no determinaba la cantidad de dinero.

(c) Bajo el Patrón Oro Clásico, existían muchas “piscinas” (pools) con oro separadas unas de otras en el mundo, muchas veces en sus respectivos bancos centrales. Por otro lado, una de las características esenciales del sistema de Bretton Woods era propender a poner las reservas de oro del mundo en básicamente una sola gran “piscina”. Por supuesto que, afortunadamente, la centralización no fue completa y todavía quedaban varias reservas de oro en otros bancos centrales cuando el modelo colapsó en 1971. Pero bajo el sistema de Bretton Woods, únicamente un banco convertía sus notas (dólares) a oro: la Fed. Todos los demás bancos y bancos centrales, tendrían gran parte de sus reservas en dólares o convertirían sus respectivas notas a la divisa americana (Hülsmann, 2008: 217).

Debido a circunstancias históricas, Estados Unidos controlaba la mayor reserva de oro del mundo al inicio del sistema y, obviamente, ello fue uno de los factores que contribuyeron a que el dólar sea la “divisa clave”. Durante la Primera Guerra Mundial y mucho después, el país norteamericano se convirtió en un gran refugio para el oro europeo, lo que lo convirtió en uno de los dos países con mayor “piscina” de oro durante el primer Patrón de Cambio Oro (1925-1931). Terminada la Segunda Guerra Mundial, USA ya poseía la mayor reserva de oro vista en la historia. Dado el extraordinariamente grande stock de oro de Estados Unidos, podía perder reservas y el sistema “funcionar” (aguantar) por un periodo de tiempo más largo de lo normal.

En cuanto a (d), con lo explicado en el punto (a), es evidente que ni las notas de banco de la Fed (dólares) ni los depósitos denominados en ellas podían ser redimibles instantáneamente en ningún tipo de oro por parte de los ciudadanos norteamericanos. No solo no eran redimibles, sino que estaba “prohibido” que lo fueran, pues incluso poseer y atesorar oro era ilegal.

Lo que nos lleva al punto (e). Es evidente que, con la prohibición coactiva de poseer oro en cualquiera de sus formas para los ciudadanos americanos, el mecanismo fundamental de control interno de un genuino Patrón Oro queda inutilizado. Ya no es posible pedir que se rediman al instante las notas de banco o depósitos por oro y mucho menos atesorarlo. El “drenaje interno” de oro (internal drain, la pérdida de reservas de los bancos debidas al incremento de la conversión por parte de los clientes nacionales de las notas y depósitos en monedas de oro o bullion), que tiende a mantener a raya las aventuras expansionistas de los bancos, desaparece.

Al desvanecerse ese límite, el banco central y los bancos comerciales amplían el rango de expansión de medios fiduciarios que son capaces realizar. En el lugar del metal precioso circulan las notas de la Fed (dólares) como efectivo, las cuales, a diferencia del oro, se pueden crear.

Por último el punto (f) implica que al quedar anulado el dispositivo de “drenaje interno”, como vimos en (e), se pierde una parte fundamental del mecanismo de reversión clave de un auténtico Patrón Oro. Uno podría pensar que, al menos, queda el “drenaje externo” para tender a revertir las aventuras inflacionarias de Estados Unidos; sin embargo, tampoco es el caso.

Una de las características principales del Patrón de Cambio Oro en cualquiera de sus formas es que, de facto o de jure, la contra partida (el Activo) del balance del banco central que emite la divisa en circulación incluye, además de oro y deudas en moneda nacional, una gran parte de divisa extranjera convertible en oro. Como ya vimos, esas divisas extranjeras en el periodo del Patrón de Cambio Oro de 1925-1931 eran el dólar americano y la libra esterlina; pero en este caso, es únicamente el dólar americano. Esas divisas, aunque son propiedad de los bancos centrales extranjeros, permanecen depositadas en el país de origen (Rueff, 1972: 15-16). El banco central puede expandir la oferta monetaria no solo contra el oro y deudas denominadas en la moneda nacional, sino también contra dólares o deudas en dólares.

Los flujos que salen de Estados Unidos hacia un país bajo el sistema de Bretton Goods (Patrón de Cambio Oro 2) incrementa la oferta monetaria en el mercado receptor SIN reducir de ninguna manera la oferta monetaria americana. El banco central que obtiene los dólares emitidos, y hace que entren directa o indirectamente como sus reservas, los deja depositadas en el mercado de New York. Allí pueden, como antes, dar respaldo para expandir el crédito, dando préstamos a los nacionales (Rueff, 1972: 17-18).

Tal y como ocurría antes con el primer Patrón de Cambio Oro y las libras, el Sistema de Bretton Woods hace que el resto de los países piramiden sus respectivas ofertas monetarias sobre los dólares.

Si Estados Unidos expande su oferta monetaria, tiende a tener un déficit de balanza de pagos pues, ceteris paribus, los precios en el país americano suben por encima de los del resto del mundo y las importaciones aumentan mientras caen las exportaciones relativamente. Pero acá viene la clave de todo el sistema: lo que sale de Estados Unidos hacia los otros países no es oro, sino los dólares. Dólares que no vuelven a Estados Unidos a ser cambiados por oro, sino retenidos externamente para usarse para expandir oferta monetaria. USA recibe bienes y servicios reales del país exterior (importaciones) y cambio le da dólares. Los exportadores foráneos que vendieron a Estados Unidos van al banco central en su país y a cambio piden moneda doméstica. El banco central nacional imprime su divisa y compra los dólares. Por lo tanto, las ofertas monetarias y precios internos de ambas naciones (Estados Unidos y el país que le vendió bienes) crecen. En palabras simples, el Sistema de Bretton Woods tendía a crear inflación mundial.

En resumen, la Fed piramida sus notas (dólares) y depósitos (denominados en dólares) sobre sus (aumentadas) reservas de oro. Esas notas y depósitos son ulteriormente usados por los bancos comerciales como respaldo para piramidar sus depósitos. Y, a su vez, los depósitos en los bancos comerciales de Estados Unidos de los bancos centrales extranjeros son usados de respaldo para piramidar sus divisas y depósitos de la banca comercial de allá. Únicamente Estados Unidos redimía por oro los dólares o depósitos en dólares (Rothbard, 1983: 250).





Hülsmann, Jörg G. (2008) The Ethics of Money ProductionAuburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute

Rothbard, Murray N. (1983) The Mystery of Banking. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute.

Rueff, Jaques (1972), The Monetary Sin of the West. New York: The Macmillan Company.

viernes, 2 de diciembre de 2016

El mito de que el Patrón Oro causó la Gran Depresión

 
Si en algo coinciden monetaristas, keynesianos y demás variantes de buena parte del mainstream (corriente principal) económico es en culpabilizar al Patrón Oro de la Gran Depresión de los 30s. Ya sea porque supuestamente el Patrón Oro tenía "defectos inherentes" restringiendo la política monetaria gubernamental que lo hicieron fallar y colapsar el sistema financiero (keynesianos) o debido a que, por razones políticas o sociales, no se aplicaron las "reglas de juego" del Patrón Oro al esterilizar los flujos de oro, lo que lanzó la economía al precipicio (monetaristas).
 
Como correctamente señala Salerno (2010: 580), el caso en contra del Patrón Oro, como culpable de causar la Gran Depresión, agravarla, propagarla internacionalmente y retrasar la recuperación; es de principio a fin un caso de error de identificación.
 
Lo que fracasó en los años 20s y 30s ni era el Patrón Oro Clásico y ni siquiera era un Patrón Oro verdadero. El Patrón Oro Clásico ya había sido destruido por las políticas del gobierno luego de 1914 y jamás volvió, nunca.
 
El sistema monetario que causó los problemas fue un pseudo Patrón Oro inflacionario y manipulado por los gobiernos y los bancos centrales: el Patrón de Cambio Oro.
 
Tanto el banco central manipulando el Patrón de Cambio Oro (inflando el crédito en los 20s, causando el auge artificial e intentando inflar durante la crisis) como las políticas intervencionistas del gobierno (sobre precios y salarios) fueron los causantes de la mayor catástrofe económica del siglo XX en Estados Unidos y el resto del mundo.
 
No fue el oro, fue el Estado.









Salerno, Joseph T. (2010) Money, Sound and Unsound. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Pseudo Patrones Oro: El Patrón de Cambio Oro (1925-1931)


Enorme es la confusión siempre que se habla del Patrón Oro. Tanto historiadores como incluso economistas profesionales suelen expresarse sobre él genéricamente, como si el Patrón Oro de fines del siglo XIX fuera el mismo que el de entre guerras. En este post vamos a ver que hay diferencias brutales entre un verdadero Patrón Oro y el sistema impuesto entre la Primera y Segunda Guerra Mundial que ha sido denominado como Patrón de Cambio Oro.  

Luego de terminada la Primera Guerra Mundial, el mundo se encontraba en medio de un caos monetario puesto que, para desenvolverse en el conflicto bélico, la mayoría de los países habían abandonado el Patrón Oro Clásico. El sistema de flotación sucia de tipos de cambio que quedó luego de la conflagración global llevó a un desastre monetario en Europa. Las devaluaciones "competitivas" y emisión sin restricción de dinero causó hiperinflaciones en Alemania, Austria, Hungría, Rusia, Polonia, etc. Durante ese caos, se decidió que era necesario retornar de alguna forma al oro para paliar el desorden.

El origen del Patrón de Cambio Oro se encuentra en las conferencias de Génova de 1922. El objetivo de estas no era otro que intentar volver al Patrón Oro. Pero el retorno no sería al Patrón Oro Clásico, pues este constreñía demasiado la capacidad de expandir el dinero, sino a una versión distinta y más manipulable por parte de los gobiernos y bancos centrales.

¿Es el Patrón de Cambio Oro similar al Patrón Oro Clásico? ¿Es el Patrón de Cambio Oro un Patrón Oro auténtico siquiera? Para saberlo, veamos si el Patrón de Cambio Oro cumple con al menos las características mínimas de un verdadero Patrón Oro:


(a) El oro es el dinero. Por ende, no existen monedas distintas ni tipo de cambio fijo. Salvo por Gran Bretaña y Estados Unidos, en los demás países el oro no era el dinero, sino que ese lugar lo ocupaba la libra o el dólar. Y en Gran Bretaña tampoco el dinero era el oro por completo: se prohibió que circularan las monedas y el bullion solo se permitía a extranjeros. Es un sistema de tipo de cambio fijo tanto porque el bullion de países centrales (por ejemplo Gran Bretaña) se compra y vende a precio fijo y también porque los demás países tienen tipo de cambio fijo con la moneda reserva.


(b) Su cantidad está determinada por las fuerzas del mercado: la demanda y también la oferta. No existe peligro de que una nación no tenga suficiente dinero. Al permitir convertir las divisas solo en bullion (para extranjeros), se hizo posible incrementar el circulante independientemente de la proporción a la producción de oro.


(c) La unidad monetaria es (de hecho y legalmente) definida en términos de peso de oro de una determinada fineza. Las reservas en oro de gran parte del sistema bancario están centralizadas en una agencia del gobierno (banco central) y, por ende, estas se vendían a un "precio fijo" a los bancos. La unidad monetaria ya no es un nombre sino que hay un precio.


(d) Las notas de banco y depósitos a la vista son redimibles instantáneamente por oro a valor par. Las libras esterlinas, las notas de banco y depósitos a la vista ya no son redimibles instantáneamente en monedas de oro por parte de los británicos, ni en bullion (a los extranjeros con libras, sí).


(e) Las monedas de oro, así como el bullion, circulan con total libertad junto con las notas de banco y depósitos (es decir, sustitutos monetarios). Las monedas de oro no son usadas en los intercambios diarios. Solo se redimía bullion para transacciones grandes y para los extranjeros.


(f) Se permite funcionar correctamente lo que se conoce como mecanismo Flujo Precio-Especie. El mecanismo de flujo especie no funciona. Ya no hay proceso de reversión que detenga la expansión monetaria ni que equilibre la balanza de pagos. Inflación y desequilibrio crónicos.



Veamos más de cerca cada característica:

Sobre el punto (a) debe quedar claro que, bajo el Patrón de Cambio Oro, un país (en este caso Gran Bretaña, aunque también Estados Unidos) se queda en el Patrón Oro (su divisa libra esterlina es redimible por oro, no obstante solo bullion para extranjeros, o dólares) mientras el resto de los estados, aunque nominalmente bajo "Patrón Oro", realmente están bajo Patrón Libra Esterlina. Es decir, solo dos bancos (la Fed y el Banco de Inglaterra) cumplirían la tarea de banco central. Todos los demás bancos centrales nacionales mantendrían como reserva notas dólares americanos o notas libras esterlinas (ellas serían las "divisas clave"). Cualquier país europeo tendría como reservas para su divisa ya no oro, sino libras esterlinas (letras o depósitos pagables en libras en Londres) (Rothbard, 2002: 385). Por dar un ejemplo, cualquier español que fuera con pesetas al banco a pedir redención, recibiría libras en lugar de oro. Además, parte del acuerdo es que el resto de países europeos mantengan sus saldos en Londres y eviten usar su derecho legal a reclamar el oro (Rothbard, 2002: 386). A todos usos prácticos, el oro deja de ser el dinero.


Los demás países que usan la divisa clave como reserva, en lugar de oro en sí, tienen un tipo de cambio fijo respecto a ella. Más aún, en las naciones que sí están bajo Patrón Oro (Gran Bretaña y Estados Unidos), y gracias a la creciente monopolización de emisión de notas y centralización de reservas vía bancos centrales, el oro es comprado y vendido a un "precio fijo" en términos de divisa nacional (Salerno, 2010: 351). Por ende, existía a usos prácticos un sistema de tipo de cambio fijo.

En cuanto a (b), las notas de banco y libras esterlinas ya no son redimibles en monedas de oro, como sí lo solían ser en el Patrón Oro clásico, sino que ahora solo se cambian por barras de oro (bullion) a los extranjeros poseedores de libras. Las monedas que en el curso de las transacciones llegan al banco central no son vueltas a poner a circular, sino que son fundidas en barras. De esta forma, se quita de circulación buena parte de ellas. En la medida que se funden monedas en barras es posible para los bancos centrales sustituir el oro circulante por notas y depósitos en divisa en montos varias veces mayores a la cantidad de piezas de metal que previamente se movían en el comercio. En resumen, se incrementa la cantidad de objetos monetarios fuera de cualquier proporción a la producción actual de oro, así como muchas más cuentas por las ahora mayores reservas auríferas en el central, muy por encima de la producción de las minas.

Los bancos centrales adquirían un cada vez mayor porcentaje de la producción de oro de la minería desde 1914. Ya para 1931, retenían prácticamente todo. El oro de las minas iba directamente al banco central. Es precisamente en base a esas reservas en el banco central que el crédito era creado.

En síntesis, el banco central no solo tomó el oro directo de las minas, sino que además se apropió como reservas de gran parte del metal precioso que antes circulaba como monedas. Por ende, el banco central y el gobierno tienen ahora el control sobre la oferta monetaria y ya no el mercado (Phillips et al., 1937: 45-46, 49; Rothbard, 2002: 383).

Vamos al punto (c). Como ya se mencionó, la monopolización de la emisión de notas y la centralización de las reservas de oro llevadas a cabo por parte de bancos centrales controlados por el gobierno, dieron origen a la ficción de que esas notas y los depósitos de los bancos privados denominados en ellas ya no eran meras reclamaciones a dinero mercancía, sino dinero en sí. En ese momento, las notas y el oro se perciben como dos bienes distintos y, por ende, el banco central "compra" y "vende" el metal precioso a un "precio fijo" en términos de la divisa nacional. El oro es una "reserva" que "respalda" la oferta de dinero notas (Salerno, 2010: 351). 

En cambio, bajo un Patrón Oro auténtico, las divisas nacionales no existen como entidades independientes y distintas del oro (Salerno, 2010: 350). Con el Patrón Oro Clásico el dinero es el oro y la unidad monetaria es simplemente un (nombre para un) cierto peso del metal; mientras que, por otro lado, bajo Patrón de Cambio Oro el dinero es la divisa.

En (d) una de las características esenciales del Patrón de Cambio Oro es que tanto las notas del Banco de Inglaterra (libras esterlinas) así como los depósitos a la vista ya no serían redimibles en monedas de oro para los británicos. Solo se permitiría redimir las libras en bullion. Es decir, en barras de oro (de más de 400 onzas) que, al tener un valor mucho mayor que las monedas, se usaban para transacciones grandes. Pero ni siquiera eso era completo. Los residentes de Gran Bretaña tampoco podían adquirir oro bullion libremente, sino que solo se redimía a extranjeros tenedores de libras. Lejos de ser un verdadero Patrón Oro, era un "Patrón Oro Bullion Internacional" (Rothbard, 2002: 381-84). 

Cuando a un banco central se le da el monopolio legal o de facto para centralizar las reservas de oro del público, sus notas y depósitos ya no son tratados como títulos de propiedad inmediatamente redimibles al dinero verdadero guardado en sus baúles (oro). Como ya se dijo, ahora el oro entra en la categoría de "activos" del banco central que sirven como "reservas" para emitir notas y depósitos. Estas, a medida que pasa el tiempo, pasan a ser generalmente aceptadas como dinero en sí en lugar de ser lo que son en realidad: reclamaciones de dinero (Salerno, 2010: 504).

La característica (e) es muy importante. Como consecuencia de que las monedas de oro ya no circulaban en transacciones diarias de la gente en el mercado británico, uno de los mecanismos esenciales del verdadero Patrón Oro que restringía las expansiones desmesuradas de crédito quedó trunco. Aunque esto, per se, es más que suficiente para demostrar que el Patrón de Cambio Oro jamás fue ni podría haber sido nunca un verdadero Patrón Oro, vale la pena aclarar que ni siquiera los británicos podían al menos pedir bullion por sus libras. Solo los tenedores de libras extranjeros estaban habilitados.

La ausencia de monedas en circulación crea un obstáculo muy grande para el ciudadano ordinario tanto para pedir la redención de las notas o depósitos en oro, así como para el atesoramiento del metal.

Técnicamente en Estados Unidos todavía se podía redimir en monedas de oro. Sin embargo, los bancos ya no tenían reservas en monedas sino en notas de la Fed. Las reservas de oro fueron centralizadas en el banco central (la Reserva Federal) por ley en junio de 1917 y a los bancos se los incentivó a entregar notas de la Fed para redimir en efectivo los cheques y depósitos. Por lo tanto, muy poco oro circulaba para transacciones diarias en los años 20s incluso en Estados Unidos (Salerno, 2010: 573-74). Claramente, una intervención coactiva del Estado que terminó con una de las características centrales del Patrón Oro auténtico.

Finalmente, (f) es fundamental. El eliminar la circulación de monedas y bullion a los británicos no fue el mayor obstáculo para el funcionamiento del mecanismo flujo precio especie.


Antes, bajo Patrón Oro clásico, si Gran Bretaña inflaba la cantidad de libras provocaba un déficit de balanza de pagos que hacía que la divisa escapara fuera del país y cayera en manos de países extranjeros que pedían oro a cambio. El oro salía del banco central disminuyendo sus reservas, lo que provocaba una reversión y el abandono de su inicial política inflacionaria e incluso contraer el crédito. Con Patrón Cambio Oro la cosa era muy diferente. La expansión de libras, nuevamente, provoca un déficit de balanza de pagos y que estas se acumulen en manos extranjeras. Hasta allí, todo igual. Pero ahora viene el cambio radical: las demás naciones han sido "inducidas" (presionadas) a usar libras como reservas en lugar de utilizar el oro en sí. Las libras ya no vuelven desde el exterior a Gran Bretaña para reclamar el oro (deteniendo el intento inflacionario británico). Esas divisas ahora son guardadas y usadas por los países como reservas para expandir sobre ellas su propia moneda. Por ende, ya no hay reversión. Gran Bretaña aumenta su oferta monetaria y, sobre esa expansión, los demás países inflan la de ellos. Los británicos "exportan" su inflación al resto del mundo. Gran Bretaña podía continuar la expansión monetaria, su déficit acumularse y las demás naciones expandir sin mecanismo de reversión del mercado que los detuviera (Rothbard, 2002: 385).

Pero el vértice de la pirámide expansionista monetaria no tenía que ser solo la libra, pues también era redimible en dólares. Los americanos, asimismo todavía en el Patrón Oro, también podían participar de "catapulta inflacionaria". La Fed piramidaba su oferta monetaria de dólares sobre las reservas de oro, muchos de esos dólares creados iban hasta Gran Bretaña. El Banco de Inglaterra usaba esos dólares en reserva para piramidar un ulterior aumento de libras. Muchas de esas libras viajaban hasta países europeos, los cuales las usaban como reservas para piramidar sus respectivas ofertas monetarias. El dólar y la libra eran las "divisas clave", iniciadoras del proceso expansivo.

¿Podía continuar ello indefinidamente? Claro que no. A medida que se acumularan los desequilibrios en los demás países, la mínima pérdida de confianza llevaría al colapso. En 1931 llegó ese día: Francia venía reclamando oro a cambio de las numerosas libras que tenía desde 1927 y además la bancarrota de varios bancos en Europa llevó a los británicos a abandonar el Patrón de cambio oro completamente.

En conclusión, el Patrón de Cambio Oro no es ni jamás fue un Patrón Oro auténtico. No tenía ninguna de las características esenciales de un auténtico Patrón Oro. Por otro lado, el Patrón Oro Clásico sí las cumplía. Nunca hay que confundir ambos. Ni el Patrón de Cambio Oro era igual al Patrón Oro Clásico, y ni siquiera llegaba a ser un verdadero Patrón Oro. Solo fue un pseudo Patrón Oro.







Phillips, Chester A.; McManus, Thomas F. y Nelson, Richard W. (1937) Banking and the Business Cycle: A Study of the Great Depression in the United States. New York: The MacMillan Company.

Rothbard, Murray N. [Salerno, Joseph T. Ed.] (2002) A History of Money and Banking in the United States: The Colonial Era to World War II. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute.

Salerno, Joseph T. (2010) Money, Sound and Unsound. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute.

martes, 22 de noviembre de 2016

Las características esenciales del Patrón Oro


En un post previo ya vimos la definición, por lo tanto, a continuación se explican las características esenciales de un Patrón Oro auténtico. Por supuesto, lo aplicable en este caso específico del oro también vale para cualquier metal precioso que se elija como patrón, por ejemplo, la plata. También es aplicable a cualquier otro bien que el mercado elija como dinero. Los metales preciosos se usan, en general, como referencia porque evolutivamente han sido los favorecidos en última instancia como el mejor dinero posible.

Veamos entonces las características necesarias y no necesarias de un Patrón Oro auténtico:

NECESARIO

(a) El oro es el dinero. Por ende, no existen monedas distintas ni tipo de cambio fijo.

(b) Su cantidad está determinada por las fuerzas del mercado: la demanda y también la oferta. No existe peligro de que una nación no tenga suficiente dinero

(c) La unidad monetaria es (de hecho y legalmente) definida en términos de peso de oro de una determinada fineza. 

(d) Las notas de banco y depósitos a la vista son redimibles instantáneamente por oro a valor par.

(e) Las monedas de oro, así como el bullion, circulan con total libertad junto con las notas de banco y depósitos (es decir, sustitutos monetarios).

(f) Se permite funcionar correctamente lo que se conoce como mecanismo Flujo Precio-Especie. 

NO NECESARIO 

(i) Banco central (centralizador de reservas de oro y/o monopolista de emisión de notas) 

(ii) Reserva fraccionaria 

(iii) Cierto grado de regulación estatal bancaria

(iv) Uso de nombres en distintos países (dolar, libras, etc.) para la unidad monetaria oro en lugar de unidades de peso estándar (gramos, onzas, etc.) 

Las características “Necesarias” son absolutamente indispensables. Para la existencia de un Patrón Oro auténtico deben estar presentes todas. Con que falte una de ellas, ya estamos ante un pseudo Patrón Oro.

Por otro lado, las “No necesarias” no son indispensables. Su presencia no necesariamente altera la naturaleza del Patrón Oro. Pero cierto es que el mismo funcionaría mucho mejor sin ellas. Por ejemplo, el Patrón Oro verdadero puede desempeñarse con un banco central, pero se desenvolvería más perfectamente en su ausencia.

sábado, 12 de noviembre de 2016

¿Qué es el Patrón Oro?


Asombrosamente llevo muchos posts sobre el Patrón Oro pero todavía no he dado una definición precisa y específica de qué es.

En la mayoría de los casos cuando se busca la definición de Patrón Oro uno se encuentra que esta se basa fundamentalmente en que se fija el valor de la divisa a una determinada cantidad de oro. Sin embargo, además de inducir a pensar (erróneamente) que el Patrón Oro es un sistema de tipo de cambio fijo, esa descripción no llega a la esencia última del mismo. 

Pero vamos directamente a la definición en sentido más amplio: el Patrón Oro es un sistema monetario (internacional o nacional) en el cual el medio general de intercambio es dinero mercancía ofrecido por el mercado

Noten que en esta definición lo esencial es que es “ofrecido por el mercado”. Esa es la característica fundamental y distintiva del Patrón Oro auténtico. El gobierno está total y permanentemente excluido de manipular la oferta monetaria. En cualquier sistema monetario, el dinero o está determinado en su cantidad, composición y valor por el mercado (la gente) o no lo está (Salerno, 2010: 355). No hay terceras vías: o el control lo tienen los agentes privados o lo tiene un órgano centralizado del gobierno.

El término “oro” no debe necesariamente entenderse en el sentido literal de tener que ser sí o sí ese determinado metal precioso, sino que ha de interpretarse en su significado amplio aplicado a cualquier mercancía elegida por el mercado libre como medio de intercambio generalmente aceptado (dinero). Nadie partidario del dinero sano desea el oro per se, sino que se lo favorece porque históricamente ha surgido naturalmente de las interacciones de la gente en el mercado. Un nombre correcto para el sistema monetario nacional e internacional ideal sería “Patrón mercancía de mercado”, pero “Patrón Oro” es más reconocible para el público general.

Bajo Patrón Oro, la oferta total de dinero mercancía depende completamente de (1) la demanda por sus usos monetarios y no monetarios y de (2) los costos monetarios de su producción. Cambios en cualquiera de esos factores traerá aparejado modificaciones en la oferta de dinero. Por consiguiente, tanto el poder adquisitivo como la cantidad de dinero están absolutamente gobernadas por las condiciones del mercado que afectan la demanda y oferta de oro (Salerno, 2010: 342, 358).

Puede ocurrir, como era el caso del Patrón Oro clásico, que el mercado esencialmente determine la cantidad de dinero entre diferentes países y que el gobierno solo intervenga haciendo el sistema más inestable de lo que sería sin la intervención. Pero el control definitivo seguía en manos privadas y determinado por oferta y demanda como cualquier otro bien. Al oro había que descubrirlo, minarlo, acuñarlo, etc. y ello lo hacían privados. La oferta de oro estaba determinada por el mercado: por la demanda de oro en relación a la demanda y oferta de los otros bienes y factores, por los costos y productividad relativos en el sector minero y en la producción de las demás mercancías. En definitiva, la oferta monetaria mundial estaba determinada por las fuerzas del mercado libre y no por el gobierno. El gobierno interfería, por ejemplo, debilitando el link entre el nombre de la moneda y su peso de oro, pero todo el sistema seguía en manos privadas (Rothbard, 2011: 746).












Salerno, Joseph T. (2010) Money, Sound and Unsound. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute.

Rothbard, Murray N. (2011) Economic Controversies. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute.

viernes, 28 de octubre de 2016

La conquista de América como ejemplo contra el Patrón Oro


Cuando se menciona que el Patrón Oro contiene un freno natural o espontaneo a la expansión excesiva de la oferta monetaria, a saber, la dificultad de minar y producir el oro pues es una actividad costosa en términos de recursos; se suele argumentar en contra que siempre se pueden encontrar minas desconocidas con abundante metal precioso. El razonamiento se puede resumir así: ustedes Austriacos dicen que usar el oro como dinero tiene un freno natural a la expansión desmedida de oferta monetaria, pero ¿Qué pasa si se encuentran minas desconocidas con oro abundante y fácilmente accesibles? Y el ejemplo paradigmático es que algo así ocurrió durante la conquista de América. Si estamos bajo Patrón Oro y mañana sucede algo similar, tendríamos una depreciación monetaria tan grande como las que ocurren con el dinero fiat.

El problema de las minas con oro abundante y fácilmente accesible que aparecen de vez en cuando junto con el caso histórico de la conquista de América salen muchas veces como excusa para justificar fluctuaciones importantes en el poder adquisitivo del metal precioso. De esa forma se desestima al Patrón Oro en un intento de valorizar, al menos un poco, al inestable sistema fiat. Sin embargo, veremos que ni siquiera en el peor de los casos de ese episodio histórico el aumento de metales preciosos principales usados como dinero entonces (oro y plata)* logró estar siquiera cerca del crecimiento del dinero fiat actual en Europa. 

En el año 1500 el stock europeo de metálico era (estimativamente) de alrededor de 3.500 toneladas de oro y 37.500 toneladas de plata (Hülsmann, 2008: 74; Brown, 2012: 17). Entre los años 1503 y 1660 el metal precioso proveniente desde el Imperio Español en América solo hacia España fue de 16.886 toneladas métricas de plata pura más 181 toneladas métricas de oro puro (Hülsmann, 2008: 74; Hamilton, 1929; 1970). Las cifras son subestimadas pues no tienen en cuenta el contrabando. Aunque imposible de saber, estaría entre el 10 % y 50 % de lo registrado, muy probablemente más cerca del 10 % dado que contrabandear era costoso y severamente castigado (Hamilton, 1929).

El total de metal precioso (toneladas de oro más toneladas de plata) ingresado por el puerto español (17.067 toneladas) aumentó un 42 % el stock total de metálico en Europa entre 1500 y 1660 (pasó de 41.000 toneladas a 58.067). Aunque Hamilton (1929) admitía que otras estimaciones previas eran hasta diez veces las de él (es decir, aproximadamente 1.810 toneladas de oro y 168.860 de plata), con lo que el stock de metal precioso podría haber aumentado un 420 % entre 1500 y 1650. Hülsmann (2008: 74-75) también menciona que las estimaciones de incremento del stock de metal en Europa en 1500-1650 varían entre 50 % y 500 %. Es decir, una tasa de crecimiento anual (compuesta) de la oferta de metal precioso de 0,3 % y 1,20 % respectivamente. 

Incluso asumiendo el escenario más extremo de incremento de la oferta monetaria metálica europea, el 500 % en 150 años equivalente a un aumento de 1,20 % promedio por año, ello está muy por debajo del actual sistema fiat. Según datos del FMI recopilados por la Fed, en la zona euro durante los 45 años que van entre 1970 y 2015 la oferta monetaria amplia M1 creció un total de 3.609 %, es decir una tasa de 8,4 % promedio anual. Mientras que el M2 aumentó un 794 %, que equivale a una tasa de 6,5 % cada año promedio, en los 35 años de 1980-2015. Es decir, tasas anuales entre cinco y siete veces mayores en menos de un tercio del tiempo.

Por otro lado, cuando tomamos en cuenta la tasa de 0,3 % anual de crecimiento monetario metálico durante 150 años para comparar, las diferencias se vuelven casi ridículas: bajo régimen fiat la M1 y M2 del área euro crecieron respectivamente a una tasa 28 y 22 veces superior en tan solo 45 y 35 años. Ni hablar de que si aceptamos las mejores cifras de crecimiento monetario para la época antigua (un 50 % o menos a lo largo de 150 años), los valores entre casi 800 % y 4.000 % de aumento del dinero fiat en solo una tercera parte del tiempo lucen astronómicos. Es verdad que, para la gente del siglo XVI y XVII, un 50 % (¡Ni hablemos de un 500 %!) de expansión monetaria fue algo fuera de lo normal; pero es poquísimo en términos relativos al dinero fiat moderno.

Casi no hay punto de comparación. El inédito descubrimiento de oro y plata en el Nuevo Mundo y el aumento de oferta de dinero metálico de entonces, incluso en el peor de los casos, se queda muy lejos del incremento del stock monetario realizado bajo el sistema de dinero fiat.

Por lo tanto, ¿Es comparable la expansión monetaria inédita entre 1500 y 1650 con las que ocurren bajo el sistema fiat alternativo actual? La respuesta es claramente negativa. Incluso en uno de los episodios de mayor aumento de metal precioso de la historia humana, a saber, el descubrimiento de América, tanto el monto absoluto como la tasa a la que creció la oferta monetaria ni siquiera se acercaron a la expansión de dinero que vivimos bajo dinero fiat. La oferta monetaria de metálico estuvo todavía muy lejos de fluctuar con la violencia y amplitud en que lo hace el sistema monetario fiat de hoy. 

En conclusión, usar la conquista de América como símil de que ante descubrimientos de ciertos yacimientos la oferta de oro y plata puede variar como lo hace la del dinero fiat es, como mínimo, exagerado. Es cierto que no puede existir un dinero cuyo valor de cambio sea constante y es cierto que aun bajo el dinero mercancía (elegido por el mercado) se modifica permanentemente su oferta, demanda y poder adquisitivo, como cambian las de cualquier otro bien en el mercado. Pero ni siquiera usando el no muy confiable escenario más extremo de aumento de metálico por parte de los conquistadores en Europa en los siglos XVI y XVII puede ese episodio ser equiparado con el incremento de oferta monetaria que ha ocurrido históricamente bajo el sistema fiat.




* Estoy teniendo en cuenta un "Patrón Oro estricto" para esa época, es decir, solo tomo como oferta monetaria los metales preciosos. Hoy en día la oferta monetaria incluye el efectivo papel más los depósitos a la vista, entre otras cosas.







Brown, Kendall W. (2012) A History of Mining in Latin America: From the Colonial Era to the Present. Albuquerque, New Mexico: University of New Mexico Press.

Hamilton, Earl J. (1929) “Imports of American Gold and Silver Into Spain, 1503-1660”. The Quarterly Journal of Economics. Vol. 43, No. 3, pp. 436-472

Hamilton, Earl J. (1970) American Treasure and the Price Revolution in Spain, 1501-1650. New York: Octagon Books.

Hülsmann, Jörg G. (2008) The Ethics of Money Production. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute.