sábado, 31 de octubre de 2015

Pobreza en Argentina (actualización al 2014)


Esta es una pequeña actualización de un post del año pasado sobre tasa de pobreza de las personas en Argentina con datos que llegaban al 2013. 

Mientras tanto, el INDEC, que falsea los datos desde 2007 por ordenes del gobierno, dejó de publicar el índice de pobreza desde el segundo semestre de 2013 (también por ordenes del gobierno).


Como la vez anterior, el lector kirchnerista puede "seguir el camino amarillo" hacia el mundo de fantasía en donde en el primer semestre de 2013 la pobreza es solo 4,7 % y donde están esperándolo el espantapájaros, el hombre de hojalata y el león.

Según los datos de la UCA, el porcentaje de personas pobres en 2014 alcanzó el 28,7 %, aumentando un 1,3 % respecto del número de 2013. Para el CIPPES la pobreza subió el primer semestre hasta el 31,5 % y cayó en el segundo al 29,3 %. El IPYPP muestra el valor más alto del gráfico para el cuarto trimestre de 2014 en 35,3 %. Por último, según la CGT, a fines de 2014 la pobreza era 28,5 %.

Algo que olvidé mencionar en el post anterior es que en el año 2003 hubo un cambio metodológico en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Por lo que, aún cuando no es una serie homogénea, a fines prácticos al índice de pobreza se lo suele presentar de forma continua.


Nuevamente acá está la pobreza promedio para 1990-99, 1991-2001, 2003-2014 y según el INDEC falseando datos (INDEK). El promedio de 2003-2014, solo toma los valores de diciembre del INDEC hasta 2006. Luego, a partir de 2007, los valores anuales de la UCA.

El kirchnerismo, en el promedio de su periodo de gobierno, tiene una pobreza mayor de el promedio de Menem (1990-99) y de la convertibilidad (1991-2001). El relato K, una vez más, se cae por sí mismo y solo puede ser creído por fanáticos que no ven la realidad.

jueves, 29 de octubre de 2015

El mito del "recalentamiento de la economía"


De acuerdo con la corriente principal (mainstream) de la ciencia económica, el "recalentamiento de la economía" ocurre cuando hay un exceso de demanda agregada (gasto monetario) respecto de la oferta agregada (producción potencial o tendencial). Ese exceso provoca desequilibrios como que la inflación aumente.

La analogía es la de un motor (la economía de un país) que, en el principio, comienza a funcionar (nivel de actividad del país) desde su mínimo y está frío. Luego mientras sigue funcionando, a medida que pasa el tiempo y llega al máximo de su potencial o lo sobrepasa, su temperatura (inflación) aumenta hasta llegar a valores preocupantes.

Alan Greenspan explica el caso clásico del supuesto recalentamiento (Salerno, 2010: 546). Cuando las empresas invierten (realizan gasto en inversión) en nuevo equipo capital o procesos tecnológicos demandan crédito adicional a los bancos. Cuando ese crédito se gasta en esos proyectos, los precios de los factores, incluyendo salarios, suben. Al subir esos costos, las empresas reaccionan aumentando los precios de los productos. Ello aumenta el costo de vida que incentiva a los trabajadores a pedir ulteriores aumentos de salarios. Lo que aumenta los costos y precios todavía más, precipitando una potencialmente explosiva "espiral salarios-precios" que puede hacer salir de control la inflación.

Esta historia, aceptada tanto por el mainstream como por la supuesta "heterodoxia", es, sin embargo, completamente errónea.

Si las empresas demandaran más crédito para invertir en bienes de capital o nueva tecnología, suponiendo que el ahorro permanece igual, las tasas de interés tenderán a subir y otras empresas van a pedir prestado menos de lo que lo hacían a las anteriores menores tasas. Si el banco central decide "acomodarse" a esta mayor demanda de crédito, solo puede hacerlo inyectando adicionales reservas en el sistema bancario y expandiendo la cantidad de dinero (en sentido amplio). Es decir, el incremento de la oferta de crédito no es inflacionario a menos que aumente la oferta monetaria (Salerno, 2010: 546-48; Lewin, 2012).

Si no se produce un aumento del crédito sin respaldo (o sea, un incremento por emisión de medios fiduciarios) ni del crédito verdadero (respaldado por ahorro genuino), una expansión adicional de la demanda de recursos para invertir y ampliar el aparato productivo por parte de los empresarios provocará un aumento de 1) el precio de los factores de producción (materias primas, trabajadores, herramientas, etc.) complementarios necesarios y 2) las tasas de interés de los fondos requeridos (Hayek, 1929, 2008: 35, 37, 41; Mises, 1949: 583). Ni los recursos reales (maquinas, trabajadores, instalaciones, hierro, etc.) ni los fondos prestables disponibles han aumentado mientras que sí lo ha hecho la demanda por ellos. La suba de costos, 1) y 2), por la mayor demanda para las inversiones adicionales abortará inmediatamente el intento de expansión desmesurada de los inversores. El valor actual de muchos proyectos cae porque suben las tasas.

Pero además, el proceso de crecimiento económico es posible porque los hogares deciden ahorrar más de su ingreso corriente que antes. Ese ahorro adicional provee a las empresas de fondos y recursos para invertir en construir bienes de capital, incluyendo los nuevos y diferentes necesarios para implementar los innovadores procesos tecnológicos. Luego, una vez que los bienes de capital estén completos y los nuevos procesos tecnológicos estén en marcha, la productividad del trabajo sube permitiendo que los negocios oferten más cantidad de productos de consumo a menor costo por unidad. De esta forma la economía crece aumentando la oferta de numerosos bienes de consumo resultando en una baja de sus precios. Aun en esas circunstancias, los beneficios continúan siendo altos y las empresas crecen sanas a pesar de la baja de precios de venta debido a que los costos medios caen más (inducidos por la acumulación de adicionales bienes de capital y mayor productividad del trabajo).

En palabras simples, el crecimiento económico, entendido como un aumento de la oferta y disponibilidad de bienes de consumo que desea la población gracias a la acumulación de capital, no es inflacionario. Repito, el crecimiento económico no es inflacionario. Si no se produce un aumento del dinero sin respaldo, la economía no se "recalienta" por mayor nivel de actividad. Al contrario, la expansión de la producción por mayor ahorro y acumulación de capital presiona todavía más los precios de los bienes a la baja. Es falso también que "para crecer necesitamos 'un poco' de inflación". 

Eso es lo que ocurrió con la industria de la electrónica, los videojuegos y las computadoras. La enorme acumulación de capital permitió que sus precios bajaran de manera brutal casi constantemente desde los 70s hasta hoy. Al mismo tiempo que mantenía márgenes de beneficios positivos y crecía el sector enormemente. En 1970 una computadora valía, y no estoy exagerando, unos U$S 4.600.000. Hoy una Dell de escritorio está en U$S 400 y no necesito ni si quiera explicar lo infinitamente superior que es en hardware y software a una de 1970. O veamos como evolucionó el precio de las computadoras portátiles y de escritorio desde 1992 hasta hoy.


Y para que vean que no estoy cometiendo una falacia de la composición con ese ejemplo (lo que es cierto para la industria informática particular no es cierto para la economía toda), les daré un caso histórico de una economía entera que creció con deflación: Estados Unidos en 1865-1896. Los precios tendieron a bajar todo ese periodo.




La tasa compuesta de crecimiento anual basada en los datos de PBN real de Balke y Gordon para 1869-1896 fue 3,74 %, con los datos de Romer en ese mismo periodo fue 4,06 % y según Officer y Williamson (Measuring Worth) fue 3,79 % para el intervalo más amplio 1865-1896. Incluso el PBI real per capita, según estos dos últimos autores, crece a una nada despreciable tasa de 1,46 % anual entre 1865 y 1896. Y no es despreciable porque debemos tener en cuenta que la población se duplicó en ese lapso desde 36 a 71 millones. Nadie puede negar que la economía creció notablemente entre 1865 y 1896. 

Mientras tanto, en los 31 años entre 1865 y 1896 los precios de los bienes de consumo cayeron (es decir, deflación) a una tasa anual de 1,86 % según el índice del nivel general de precios del NBER, 1,95 % según el IPC de la FED de Minneapolis y 2,11 % según el IPC de Officer y Williamson (Measuring Worth).

La economía americana crece (no sin algunas crisis en el medio, claro) hasta más o menos triplicarse en todas las series de producto bruto real estimado. Y ello ocurrió cuando los precios de los bienes finales tendieron a bajar todo el periodo.



Observen, además, que los salarios reales de los trabajadores se duplicaron en el lapso deflacionario de 1865-1896. Lo cual muestra que la productividad del trabajo ciertamente aumentó.

La inflación en absoluto es necesaria para crecer. La teoría del recalentamiento de la economía es uno de los grandes mitos de la Macroeconomía.








Hayek, Friedrich A. von (1929) Monetary Theory and the Trade Cycle. London: Routledge. 1933. En Salerno, Joseph T. Ed. (2008) Prices and Production and Other Works. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute.

Lewin, Peter (2012), "Austrian Capital Theory: Why It Matters". New York: Foundation for Economic Education.

Mises, Ludwig von (1949), Human Action. The Scholar's Edition. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute. 1998.

Salerno, Joseph T. (2010) Money, Sound and Unsound. Auburn, Alabama: Ludwig von Mises Institute.

viernes, 16 de octubre de 2015

El mayor logro de la humanidad


Bradford De Long está lejos de lo que considero un economista respetable. Sus pedantes cometarios en su blog sobre cosas que no conoce muy bien y los lugares comunes en que coloca a sus adversarios ideológicos no son muy buenos. Es una especie de Paul Krugman más cínico. Sin embargo, nadie es malo en todas las áreas. En un paper de hace varios años, realiza una estimación del PBI mundial de hasta un millón de años atras (sí, leíste bien).
 

En el gráfico podemos ver el Producto Bruto Interno (PBI) real per cápita mundial promedio (en dólares internacionales de 1990) desde un millón de años antes de Cristo hasta el año 2000. Es decir, se observa el ingreso real promedio por habitante del planeta durante el último millón de años.

Gracias a esto, podemos decir con una gran seguridad que la raza humana* ha sido pobre prácticamente toda su historia. La pobreza ha sido casi siempre la condición de la humanidad.

La riqueza y bienestar que hoy tenemos es algo absolutamente singular. La actual prosperidad es extremadamente reciente. La parte verdaderamente "exponencial" del crecimiento moderno comienza en el siglo XIX. A partir de entonces el ingreso real per capita experimenta un crecimiento inédito en toda la historia.


Si tomamos la variación porcentual del PBI real per cápita mundial con respecto a la fecha previa, podemos confirmar que es durante el siglo XIX cuando más crece el ingreso real por persona en el planeta.

Mucho de lo que hoy conocemos como nuestra civilización se realizó gracias al capitalismo en el siglo XIX. Nuestro ingreso real ha comenzado a aumentar descomunalmente solo los últimos 200 años del último millón. Es decir, la raza humana solo ha sido "rica" el 0,02 % del tiempo. Casi nada. Todo el 99,98 % del tiempo restante fuimos pobres.


La población, por otro lado, comienza su crecimiento exponencial a partir de 1700 aproximadamente. Pero ese aumento se consolida realmente a partir de 1800. La cantidad de humanos es otra variable que crece como nunca en la historia, gracias a la enorme renta generada por la acumulación de capital. De no haber sido así, la humanidad jamás habría podido aumentar su cantidad a esos niveles dada la "Ley de Malthus".

Aun con ese crecimiento poblacional exponencial, a partir del siglo XIX se pudo aumentar constantemente el ingreso real por cada habitante del planeta también exponencialmente.

Nunca jamás en la historia tanta gente vivió tan bien como ahora. Somos increíblemente más afortunados que todos nuestros ancestros en eso. Pero lo damos tan por hecho que no somos concientes de la época absolutamente excepcional en la que vivimos. 

Es cierto que el actual no es el mejor de los mundos posibles, pero en verdad es el mejor mundo en que hemos vivido nunca. Reducir increíblemente en solo 200 años la pobreza que acompañó mucho más de un millón de años a la humanidad, es el logro más grande la historia de la civilización.



* "humanos" en el sentido amplio, evolutivamente hablando. De forma de incluir a los ancestros del ser humano actual (homo sapiens sapiens) de 100 o 200 mil años.

sábado, 10 de octubre de 2015

Liberalismo VS keynesianismo en Estados Unidos


En este post vamos a ver las tasas compuestas de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) de Estados Unidos para los periodos de oro del liberalismo y del keynesianismo.

Siempre debemos recordar que no había contabilidad nacional en el siglo XIX. Las cuentas nacionales son una creación del siglo XX. Por lo tanto, lo único que podemos hacer son estimaciones de esa época. Las más modernas son las de Balke y Gordon (1988), Romer (1989) y las de Williamson y Johnston (Measuring Worth).

Debido a que estamos hablando de estimaciones, suele ocurrir que, en general, mientras más atrás en el tiempo vamos, más difícil y menos seguros son los resultados al realizarlas. Probablemente las más sólidas y revisadas comienzan en 1869. 

El periodo de 1869-1913 en Estados Unidos (y el mundo) suele ser llamado la "Era de oro del liberalismo". Durante esos años se impuso el Patrón Oro a nivel internacional, en Estados Unidos y varios países aún no había Banco Central, el comercio y los precios eran relativamente libres y el Estado era pequeño (en general, 10 % del PBI). Esa era termina claramente con el inicio de la Primera Guerra Mundial y el abandono del Patrón Oro. 

Mientras que el lapso de 1951-1973 suele ser llamado en Estados Unidos y el mundo la "Era de oro del keynesianismo" por los propios keynesianos (Skidelsky, 2009: 24, 115). En la cual los gobiernos intervinieron sin precedentes, fiscal y monetariamente, para “manejar” la economía (conseguir "pleno empleo" y crecimiento alto).

El siguiente gráfico muestra los resultados de las respectivas tasas de crecimiento:

Tasas compuestas de crecimiento anual del PBI en Estados Unidos
para los periodos de oro del keynesianismo y del liberalismo
Para el periodo de oro del keynesianismo, 1951-1973, el PBI real (en miles de millones de dólares encadenados de 2009 y haciendo un promedio de los 12 meses de cada año para el valor anual sin estacionalidad) de Estados Unidos según el U. S. Bureau of Economic Análisis (BEA), tiene una tasa anual compuesta de crecimiento de 3,86 %. Y si hacemos un promedio de las tasas de crecimiento anuales en esos 22 años nos da 3,88 %, no muy diferente.

Mientras que para el periodo de oro del liberalismo, 1870-1913, la tasa de crecimiento compuesta anual del Producto Bruto Nacional (PBN)* real en Estados Unidos, según las estimaciones modernas, es 3,90 % según Balke y Gordon, 4,07 % de acuerdo con Romer y 3,97 % según Williamson y Johnston. Y el promedio de tasas anuales de cada uno de los 43 años es 4,06 % de Balke y Gordon, 4,05 % de Romer y 4,06 % de Williamson y Johnston.

Claramente, aunque la diferencia es pequeña, la era de oro del liberalismo (1870-1913) supera en tasa de crecimiento anual promedio del PBI a la keynesiana (1951-1973) en cualquiera de las estimaciones modernas y revisadas. Se puede conseguir "alto crecimiento" sin el manejo deliberado del Estado.

Siempre hay que tener en cuenta algo muy importante: estamos comparando 22 años (1951-1973) contra casi el doble, 43 años (1870-1913). Por lo tanto, nadie razonable puede quedarse únicamente con la tasa promedio de crecimiento sin ver la cantidad de tiempo que duraron. Aun cuando las tasas de crecimiento entre la Era de oro del liberalismo y del keynesianismo son muy similares, la economía americana creció mucho más tiempo, a la misma tasa promedio, en el primer caso que en el segundo. Ello, por lo tanto, la hace superior. No es lo mismo crecer 22 años al 4 % anual promedio, que hacerlo durante 43 años.

Además, el crecimiento de la era keynesiana fue artificial e insostenible. Descontando crecimiento alto por posibles efectos "catch up" de posguerra, su fin llegó por su propia política inflacionaria y expansiva. Algo que hasta los propios keynesianos dicen. Skidelsky (2009: 128), aunque lo intenta minimizar como algo "limitado" y no esencial, lo admite: "[K]eynesian policy as practised in the 1960s brought the golden age into crisis….". De hecho, el fin no llegó abruptamente con el "shock petrolero" de 1973. Sino que la erosión y el fin de la "Era de oro del keynesianismo" comienzan, como mínimo, en 1968 y por sus propias tensiones internas (Glyn et al., 1988).





* Aun cuando hay diferencias entre PBN y PBI, se comportan casi idénticamente entre 1951 y 1973 y en absoluto cambia la tasa de crecimiento si la tomamos del PBN. Por lo que comparar tasas de crecimiento del PBN del siglo XIX y el PBI del XX no es problemático.





Balke, Nathan S. y Gordon, Robert J. (1988) "The Estimation of Prewar GNP: Methodology and New Evidence". NBER Working Paper No. 2674. Y también Journal of Political Economy. Vol. 97, No. 1, 38-92. 1989.

Glyn, Andrew; Hughes, Alan; Lipietz, Alain y Singh, Ajit (1988), "The Rise and Fall of the Golden Age". Cambridge Working Papers in Economics. World Institute for Development Economics Research.

Louis Johnston and Samuel H. Williamson, , "The Annual Real and Nominal GDP for the United States, 1790 - 2014" MeasuringWorth.

Romer, Christina D. (1989) "The Prewar Business Cycle Reconsidered: New Estimates of Gross National Product, 1869-1908". Journal of Political Economy. Vol. 97, No. 1, 1-37.

Skidelsky, Robert J. (2009) Keynes: The Return of the Master. New York: PublicAffairs. 2010.